Cuando inició la tramoya impuesta por el expresidente Evo Morales entre la existencia de dos bandos –unos leales y otros traidores– en el Movimiento Al Socialismo (MAS), rayó una línea muy gruesa entre dos polos excluyentes no solo políticamente, sino axiológicamente, es decir, que no se puede ser leal y ser traidor al mismo tiempo, y tampoco se puede guardar silencio ni alejarse del problema: una persona debe escoger un bando y hacerlo pronto ante la posibilidad de ser tachado de “traidor” si llega tarde.
Esa narrativa fatal y destructiva obligó a crispar las contradicciones políticas en el MAS y que, tanto dirigencias como militantes, deban tomar una decisión de vida: estar o no con uno de los dos bandos, ya que en caso de no hacerlo podía “el tren dejarlos” y quedar solos. Así creó una apariencia de “falta de justicia” o, mejor dicho, creó la idea de que una “injusticia” estaría sucediendo en el MAS y que uno no puede quedar inerme ante tal hecho.
Leales son todos aquellos que respaldan el regreso a la presidencia de Morales, sin pensar en posibilidad, tiempos o análisis, simplemente como un acto de fe que Evo regresaría al poder; traidores son todos los que no piensan así, incluso se llegó a calificar a Álvaro García Linera de “traidor”.
La cacería comenzó: mientras más traidores detectas o acusas más “leal” eres. Es Evo quien decide quién es quién, no la historia ni la memoria ni el recorrido militante; solo él decide si una persona es leal (por más que antes fuera de derecha u opositor) o buena. Y, al contrario, si alguien está en desacuerdo con algunas decisiones de Evo, por más que haya combatido en Ñancahuazú con Ernesto Guevara igual es un traidor.
Esta doctrina evangelizadora entre fieles y apócrifos, creada artificialmente por Morales y sus “leales”, está destruyendo la Revolución y hasta ahora no hay quien la pare ya que solo puede hacerlo quien la está impulsado: Evo Morales, actual profeta de la lealtad.
La religión se apoderó del MAS, eliminó cualquier criterio de autocritica y ciencia, y es precisamente eso lo que terminará destruyendo la Revolución Democrática y Cultural… y aunque aún no lo sabe Evo Morales, también lo destruirá a él.
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José Llorenti Boliviano, cientista político
Saludos.
Este artículo o nota, creo que es uno de los primeros que en la Correo fija posición respecto a este doloroso momento que debe enfrentar el pueblo boliviano y sobretodo la militancia del Instrumento Político.
Según reciente aporte de la hermana Katya Colmenares, desde la instancia de formación de MORENA, quien realizó una serie de entrevistas a diversos hermanos actores sociales y políticos, es un poco más que una gruesa raya lo que está generando división al interior del MAS. Y mucho menos la mera voluntad de un líder por intentar volver al espacio de dirección estatal del Proceso de Cambios.
En esta discusión se presenta mucho más que eso o mera posición religiosa, también hay aquí una disputa política que afectará las prácticas y luchas políticas de todo un contingente de luchadores en todo el continente, por lo que espero que las posiciones que se tomen expresen mayores argumentos y razones que las desarrolladas en este artículo.
Gracias.
https://www.youtube.com/live/3uyooRNEvh8?si=gnVH4n4-BcgaM49V
Suscribo el contenido de este artículo. Habría que agregar que este momento crítico en el MAS a permitido aflorar los instintos más oscuros y la baja calaña metodológica y epistemológica de la realidad política del país. Enchancho la forma y el fondo de la conciencia de clase.