Palestina/Israel y la nueva realidad global

35

La sorpresiva y efectiva operación estratégica lanzada, el pasado siete de octubre, por la resistencia armada en la Franja de Gaza del Estado de Palestina, representada por Hamas y su aliada la Yihad Islámica  y su extensión en los territorios de la Cisjordania, Palestina  ocupada,  abren un nuevo frente bélico a Estados Unidos y sus socios subalternos de la OTAN, en un momento delicado de sus operaciones de apoyo a la derrotada contraofensiva del ejército de Ucrania contra los territorios reunificados de la Federación de Rusia del Donbass, la península de Crimea, y otros territorios fronterizos.

Aunque los contendientes en ambos conflictos regionales enfrentan directamente a fuerzas claramente diferenciadas, como lo son Palestina/Israel y Rusia/Ucrania, los efectos geopolíticos de ambos escenarios bélicos generan respuestas diversas en el plano militar, mediático y diplomático, que envuelven a regiones completas (Medio Oriente/Golfo Pérsico y Unión Europea/Eurasia) por concentrarse en tales lugares la fuerza política, militar, financiera y energéticas más importante del orbe; lo cual convierte tales conflictos entre Estados en globales, con consecuencias expansivas imprevisibles.

Continuando con su conducta de mesura, proporcionalidad, legalidad y contención,  la Federación de Rusia expresó preocupación por las consecuencias para la paz y la seguridad internacional que pudieran derivarse de los graves enfrentamientos entre fuerzas de la resistencia de Hamas y sus aliadas en el Estado de Palestina y las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI),  llamando a negociaciones entre las Partes para un alto al fuego, protección y auxilio a la población civil, liberación de prisioneros y pidiendo la intervención de la Asamblea General de la ONU y el Consejo de Seguridad para resolver  tan crítica situación.

En sentido contrario, el gobierno de Estados Unidos condenó unilateralmente – como es su costumbre hegemónica –  la acción armada palestina,  movilizó a dos de sus portaaviones de mayor poder de fuego hacia aguas próximas al teatro de operaciones, expresando condena unilateral a la acción palestina, reivindicando el «Derecho a la Defensa» del Estado de Israel -potencia colonial ocupante ilegal de esos territorios, según Resoluciones de la ONU — y amenazando a la República de Irán, la República Árabe Siria y al movimiento libanés Hezbollah, con demoledoras represalias militares en caso de intervenir en el conflicto en favor de Palestina y, no están satisfecho con esto, por lo que el Comandante de las fuerzas armadas de Estados Unidos y Presidente de ese Estado, Josep Biden, voló a la capital israelí, Tel Aviv,  a reunirse con el Primer Ministro Benjamín Netanyahu, a quien la ratificó el apoyo incondicional y la provisión de todos los medios de guerra necesarios para derrotar a la resistencia  del Estado de Palestina.

Por iniciativa del Reino de Jordania – factor legítimo de la región por su condición de Estado Fiduciario de Jerusalén Oriental, hoy ocupada por el Estado de Israel – ante el fracaso del Consejo de Seguridad de la ONU – por Veto de Estados Unidos de aprobar un Alto al Fuego y medidas humanitarias para proteger la población civil de Palestina y de Israel, la Asamblea General decidió, con los votos de 120 países más de la mitad de los 193 Estados Miembros), 15 votos en contra (incluidos Estados Unidos, Israel y la

mayoría de Estados Miembros de la Unión Europea) y 45 abstenciones, una Resolución no vinculante de carácter humanitaria, sin incluir condenas políticas a ninguna de las partes.

Tan disímiles comportamientos de Estados Unidos y la Federación Rusa como entes geopolíticos globales expresan, inequívocamente, las tendencias de los cambios profundos que se vienen operando en la real y efectiva Comunidad Internacional integrada a la ONU, la cual pretende reivindicar, no un «nuevo escenario internacional basado en reglas» no escritas ni pactadas por todos los Estados – como lo pretenden Estados Unidos y sus

países subalternos, sino la adecuación de tales instrumentos vigentes y válidos a las nuevas realidades del siglo XXI global, simétrico, interdependiente y plurilateral  para el desarrollo político y jurídico de la Organización de Naciones Unidas basados en el Derecho Internacional aprobado y vigente y los cambios necesarios en las atribuciones, funciones y competencias de la Secretaria General, la Asamblea General y el Consejo de Seguridad, que permitan alcanzar los objetivos de garantizar la paz, la seguridad internacional, promover el desarrollo sostenible de los Estados y la protección los derechos humanos, con base a los principios de igualdad jurídica de los Estados, No injerencia en los asuntos internos y solución pacífica de los conflictos.

__________________________

Yoel Pérez Marcano Venezolano, exembajador en San Vicente y las Granadinas y Belice

Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad del autor/a

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí