Gaza, Israel y la política del genocidio

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En relación al genocidio en curso en Gaza, perpetrado con total premeditación e impunidad por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y sus cómplices en Washington y la Unión Europea (UE), es oportuno recordar lo que Noam Chomsky escribiera en un notable libro publicado por primera vez en 1983 y que fuera actualizado y reeditado en 1999[i].

En dicho libro el lingüista estadounidense afirma: “la doctrina militar de atacar a civiles indefensos [como lo que hoy ocurre en Gaza, agrego por mi parte] procede de David Ben-Gurión, que era bastante explícito al respecto, aunque no en público, por supuesto. En una entrada del 1 de enero de 1948 en su Diario de la Guerra de Independencia escribe: “No hay duda de si una reacción es necesaria o no. La cuestión es solo el momento y el lugar. Volar una casa no es suficiente. Lo que se necesita son reacciones crueles y enérgicas. Necesitamos precisión en tiempo, lugar y víctimas. Si conocemos a la familia [debemos] golpear sin piedad, mujeres y niños incluidos. De lo contrario, la reacción es ineficaz. En el lugar de la acción no es necesario distinguir entre culpables e inocentes. Donde no hubo ataque, no debemos golpear”.

Esta última calificación no se observaba, con frecuencia, en el período preestatal y cada vez menos en años posteriores, como, por ejemplo, en Qibya.  En síntesis: la tragedia que estamos viendo hoy en Gaza nada tiene de novedosa: “volar” casas, asesinar a familiares de supuestos o reales militantes de Hamas, no tener la menor compasión por niños, mujeres y ancianos, era lo que recomendaba sin remordimiento alguno el fundador del Estado israelí. El inenarrable sufrimiento al que está sometido el pueblo palestino es la enésima reiteración de una política de “limpieza étnica” que ofende a la consciencia democrática de la Humanidad y que ocasiona indecibles sufrimientos al pueblo palestino.

El gobierno de Netanyahu incurre en un crimen de guerra que no quedará impune, aunque ahora parece poco probable que tal cosa ocurra pero que, con seguridad, ocasionará tremendos sufrimientos para quienes ejecutaron o consintieron este genocidio. El mundo no puede permanecer indiferente ante la fría ejecución de una política de exterminio que está inscrita en el acta de nacimiento del Estado israelí, como lo atestigua el citado pasaje de David Ben-Gurión.

Por una cruel ironía de la Historia, esa política reproduce la que padeciera el pueblo judío a manos de sus verdugos nazis. Cambiaron las circunstancias del contexto histórico y geopolítico; otros son los actores y sus métodos, y las víctimas de ayer se convirtieron en los victimarios de hoy, pero la quintaesencia de la política es la misma: la aniquilación de un pueblo al que sus opresores le niegan la condición humana y le roban su territorio. Es imprescindible e impostergable poner fin a semejante barbarie. Ningún gobierno o ninguna fuerza política y social pueden permanecer indiferentes ante esta nueva versión del Holocausto.

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Atilio Boron Argentino, cientista político

Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad del autor/a

*Cortesía del autor – https://atilioboron.com.ar/


[i] Se trata del libro titulado Fateful Triangle. The United States, Israel and the Palestinians (Londres: Pluto Press, 1999) Prefacio de Edward Said. Este pasaje se encuentra en la pg. 324 de la edición disponible en internet: https://dn790006.ca.archive.org/0/items/NoamChomskyFatefulTriangleF/%5BNoam_Chomsky%5D_Fateful_Triangle%2C_f.pdf

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