Es primera vez que escribo una columna en mi calidad de judío. Mi familia paterna huyó de Ucrania en 1921, escapando de los pogrom (1) desatados en la región a raíz de la caída del Imperio zarista, pero permaneció allí la familia de mi madre, compuesta por dos hermanos y dos hermanas. Vivían muy próximos a la frontera con Polonia y al comenzar la invasión de Ucrania por el ejército alemán, el gobierno soviético ordenó la retirada de toda la población. Mis dos tías aceptaron dicha orden. Uno de los varones se alistó en el ejército ruso y murió muy pronto en combate. El otro se quedó en Ucrania, convencido que su situación económica mejoraría con los alemanes. Fue detenido inmediatamente después del ingreso de las tropas invasoras, junto a su mujer y sus dos hijos, enviados a los campos de concentración y sometidos a la horrenda muerte víctima de gases tóxicos e incinerados.
Soy, en consecuencia, pariente directo de víctimas de la SHOA (2), capítulo siniestro en la historia de la humanidad, que motivó la creación de las Naciones Unidas en 1945 y la Declaración Universal de los Derechos Humanos en 1948, a fin de evitar, que nunca más, pudieran repetirse crímenes tan horrorosos. Efectivamente, estos hechos vividos durante la adolescencia, han marcado mi vida para siempre.
Por lo tanto, soy particularmente sensible a episodios como los que hoy estamos viviendo en Israel y Gaza.
Vivimos horas de angustia, al enterarnos de los bombardeos en Tel Aviv, ciudad donde reside una sobrina muy querida, hija de mi hermana, quién ejerce como profesora en la Universidad de Tel Aviv. También preocupados por la suerte de la familia Redco, dos amigos de juventud, quienes se trasladaron a vivir a Israel, una vez conocida la resolución de las Naciones Unidas en 1947, que dio vida al Estado de Israel, instalándose en los Kibutz (3 )
que transformaron el desierto en un vergel, extrayendo con sus propias manos, una a una, las piedras que poblaban ese territorio.
Los crímenes horrorosos cometidos por Hamas al invadir el sur de Israel, el 7 de octubre pasado, no pueden justificar el genocidio que el gobierno de Israel lleva a cabo contra los dos millones de palestinos que viven hacinados en la franja de Gaza. Practica incesantes bombardeos, que, “de acuerdo con las autoridades sanitarias palestinas, tres mil 785 personas han perdido la vida desde el inicio de la guerra, sobre todo mujeres, niños y adultos mayores. Casi 12 mil 500 han resultado heridas y se cree que otras mil 300 personas estarían sepultadas bajo los escombros”. (4)
Gaza está hoy cercada por mar y tierra, privada hace ya diez días del servicio de alcantarillado, agua potable, luz eléctrica, combustible, medicinas y alimentos. Israel, lanzó por aire panfletos ordenando el traslado de la población hacia el sur, lo cual generó una estampida de vehículos, y centenares de familias caminando a pie sin ningún destino cierto.
El episodio del bombardeo de un hospital con centenares de víctimas es simplemente horroroso. La tentativa de atribuirlo a Hamás es risible y está llena de contradicciones, con los propios voceros israelíes admitiéndolo y jactándose de ello inmediatamente después, para cambiar rápidamente de versión. La ONG Médicos Sin Fronteras, que tiene médicos en el hospital, calificó lo ocurrido como «una masacre».
No menos dolorosa es la complicidad de occidente, con los primeros ministros del Reino Unido y Alemania, sumándose a Biden en su visita a Israel, estrechando sus manos con Netanyahu y prometiéndole aumentar la ayuda bélica.
Peor aún, es la insensibilidad del gobierno de Israel para enfrentar el tema de los rehenes, que pareciera no serle prioritario, en medio de la terrible angustia de sus familiares.
El Estado de Israel, está gobernado hoy día por una coalición de extrema derecha, incluyendo al partido ultranacionalista Otsmá Yehudit, dominado por fanáticos religiosos. Viven en comunidades separadas del resto de la
población, visten sus ropas tradicionales e incluso están excluidos de hacer el servicio militar. Su líder es Itamar Ben-Gvir
Recordemos que el Primer Ministro de Israel Isaac Rabin, suscribió el año 1965 en Oslo, el famoso acuerdo de paz con el líder palestino Yaser Arafat, mediante el cual, Israel se comprometía a respetar las fronteras fijadas por Naciones Unidas en 1947, acordando un plazo de cinco años, para retirarse de los territorios ocupados.
Como consecuencia de este acuerdo, Rabin fue asesinado, por los mismos fanáticos religiosos judíos que hoy forman parte del gobierno de Israel, dejando en letra muerta los acuerdos de Oslo.
La guerra desatada por el Estado de Israel, no es una guerra contra Hamas. En definitiva, es una masacre desatada con todos sus recursos y poder de fuego, contra la población de Gaza.
Ha vuelto a imponerse la bíblica Ley del Talión: ojo por ojo, diente por diente, conocida desde la cultura de Mesopotamia. El antiguo código de Hamurabi, establece, entre tantas de sus normas jurídicas: “si un hombre libre vaciaba el ojo de un hijo de otro hombre libre, se vaciaría su ojo en retorno”.(5)
Netanyahu, se ha colgado de este conflicto para encubrir el juicio por soborno, fraude y ruptura de confianza, que lo tenía por las cuerdas previo al asalto de Hamas. Centenares de miles de ciudadanos israelíes se estaban manifestando hace ya tres meses todos los días sábado, exigiendo poner fin a su tentativa de subordinar la independencia del Poder Judicial. Nunca en la historia de Israel, habían tenido lugar manifestaciones semejantes.
El asalto de Hamas le cayó a Netanhayu como anillo al dedo para postergar toda acción judicial. Su declaratoria de guerra es la culminación del pogrom soterrado que venía aplicando desde el comienzo de su gobierno fundamentalista.
No es posible que miremos esta masacre de brazos cruzados. Así como ayer marchamos por Vietnam, nos unimos a las brigadas internacionales en defensa de la República española, y hemos luchado incansablemente por acabar con el criminal bloqueo impuesto a Cuba por los Estado Unidos hace ya casi 70 años, hoy debemos unirnos para detener una barbarie de consecuencias imprevisibles para toda la humanidad.
Afortunadamente acabo de recibir un video en el cual puede verse a miles de mujeres judías, cristianas y musulmanas, marchando ayer en Israel, unidas, orando en demanda de la Paz.
Oj…Alá.
- 1 Pogrom. Devastación en lengua rusa. Expresión utilizada en el sentido de matanza, acompañada de pillaje, contra las aldeas pobladas preferentemente por judíos.
- 2 SHOÁ: Sinónimo de holocausto, es decir la persecución y aniquilación sistemática de los judíos europeos por parte del Estado Alemán.
- 3 Kibutz: nombre con que se conocieron las granjas colectivas creadas en la Unión Soviética tras el triunfo de la Revolución bolchevique en 1917.
- 4 Emol.com.Noticias/Internacional//israel-hamas-bombardeos-gaza-norte.20.10.2023.
- 5 Spielvogel, Jackson, Civilizaciones de Occidente, Ed Thomson, México, 1997. Pg. 9-20
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Miguel Lawner Chileno, Arquitecto, Premio Nacional de Arquitectura 2019
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