Elecciones en Ecuador: por el derecho humano de vivir en paz sin neoliberalismo autoritario

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En camino al bicentenario de la tortuosa y añeja Doctrina Monroe, la disputa de Latinoamérica y el Caribe evidencian el asedio e injerencia permanente del Comando Sur, su insaciable apetito voraz por los recursos naturales energéticos, minerales metálicos, no metálicos, y ahora el triángulo del litio, columna vertebral de la fijación estadounidense; las tierras raras y los abundantes acuíferos de agua dulce.

La firma del Memorando de Entendimiento entre los Estados Unidos de Norteamérica y el régimen de presidente Lasso, para asistir militarmente al Ecuador, significa subordinación, sometimiento, para ejercer control geopolítico en la Región a los gobiernos progresistas de diverso matiz político e ideológico, así como también a los que hacen uso del principio de la libre autodeterminación, como Cuba, Nicaragua, Venezuela bolivariana, sobre los que persiste bloqueo, medidas coercitivas unilaterales, como es el caso específico de Cuba, que además se la ha enlistado en la perversa telaraña de países que financian el terrorismo, lo cual es demencial y neofascista ya que configura un abierto crimen y delito de lesa humanidad, que condena al pueblo cubano a la exclusión y disfrute de su derecho soberano de vivir con justicia social y sin bloqueo, que por cierto condenamos y censuramos. Estos gobiernos se inclinan en la defensa de la integración, proclaman la unidad en la diversidad, solidaridad, reafirmación en el concierto internacional que la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), es una región de paz, que fomenta la cooperación Sur-Sur ,y en sus actividades comerciales el uso de sus monedas locales y el desprendimiento del denominado patrón monetario dólar,  tal como lo vienen haciendo los Brics; moneda, además, utilizada como poderosa arma de guerra ideológica de sanciones, en tal virtud se fomenta un nuevo orden mundial multicéntrico, multipolar, antihegemónico, respetuoso del Derecho Internacional.

Ergo, se mantiene activada la lucha y resistencia del pueblo ecuatoriano debido a que los laboratorios de  inteligencia  y pensamiento cambian de táctica y estrategia en contra de la democracia, que busca desprenderse de un neoliberalismo oprobioso, empobrecedor, injusto, insensible, inhumano, violento y  autoritario, que cada vez desnuda profundas brechas de pobreza multidimensional, caída del empleo y desinversión en los derechos fundamentales, que son el caldo de cultivo para la penetración de la inseguridad y la violencia, que se configura en la forma y mecanismo subterráneo de extraer concentración de riqueza a través de actividades narco delincuenciales, lavado de activos, así como la proliferación de armamento de alto calibre, muy letal, que está erosionando con injusticia social y una inmensa tasa de letalidad con crímenes violentos al Ecuador, en donde ya no sorprende escuchar a la narrativa massmediática, corporativa y comunicacional salpicada de relatos de sangre.

Mientras tanto, en un clima de proselitismo político electoral atípico afloran las encuestas de las ocho candidaturas presidenciales, obviamente que constituyen una orientación, pero no son las determinantes cuando la ciudadanía deberá acudir a sufragar o votar.

A pocos días de que se realice el proceso electoral atípico de corto tiempo y  período, que permitirá la elección de Presidenta/e, Vicepresidente/a, de la República  y 137 asambleístas, concomitante dos consultas populares que tiene  que ver con la defensa del Chocó Biogeográfico Andino ecuatoriano, del Noroccidente de Pichincha, remanente del Bosque Nublado, uno de los Hotpost más caliente del mundo, de abundante megabiodiversidad de flora y fauna, que convoca al electorado de la provincia de Pichincha, cuyo objetivo fundamental se relaciona a frenar las actividades de minería ilegal en la zona, que son las causantes de procesos de deforestación, contaminación de cuencas y microcuencas hidrográficas debido al uso desproporcionado de químicos, que destruyen la abundante biótica, ecosistemas de la zona y región biogeográfica, declarada por la Unuesco hace pocos años como reserva de biósfera.

La otra consulta está relacionada a dejar bajo el subsuelo el petróleo o crudo pesado existente en la región amazónica Parque Nacional Yasuní, en el Bloque 43 Yasuní-ITT Ishpingo, Tipuntini, Tambococha (ITT), que se encuentra en plena producción.

El Yasuní es un área natural protegida de un millón de hectáreas que alberga más de dos mil especies de árboles y arbustos, 204 de mamíferos, 610 de aves, 121 de reptiles, 150 de anfibios y más de 250 de peces. El Yasuní es un epicentro global de biodiversidad y también el hogar de algunos de los últimos pueblos indígenas en aislamiento voluntario, como los Tagaeri, Taromenane y Dugakaeri.

El movimiento indígena apoya la consulta para prohibir explotación petrolera.

Este santuario de la Madre naturaleza es irreemplazable, sus nacionalidades, modos de vida, saberes, cosmovisiones en aislamiento están amenazados por la industria del petróleo. Los planes de la empresa estatal Petróleos del Ecuador (Petroecuador) se enfocan en aumentar la producción del Bloque 43-ITT en su campo de Ishpingo. El campo Ishpingo está cerca de la zona intangible exclusiva para los pueblos indígenas en aislamiento voluntario. La consulta solo se ceñirá al Bloque 43-ITT, el más reciente en entrar en operación en el Yasuní, en 2016. De este campo se extrae petróleo desde los años 80 en los bloques 16, 31 y 67. Del Bloque 43-ITT, operado por la empresa estatal Petroecuador, se extraen diariamente unos 55 mil barriles de petróleo, lo que equivale al 11% de la producción nacional, que ronda los 480 mil barriles diarios.

Las actividades de producción de petróleo crudo se realizan mediante el sistema denominado racimo, de acuerdo con los expertos en petróleos, sometida a un riguroso control que permite evitar al máximo la proliferación de impactos ambientales, sociales, económicos, culturales.

La bioconservación y mantenimiento bajo el subsuelo de una importante reserva de crudo para la economía del Ecuador ya fue hace cerca de una década propuesta y difundida al mundo por expresidente Rafael Correa, incluida Naciones Unidas, que significaba el pago por la contribución al proceso de descarbonización y calentamiento climático y la vida misma del planeta, pero no tuvo el eco de las naciones industrializadas y tampoco acogida. Sin embargo, cabe mencionar que no se puede privar de los derechos del Buen Vivir al pueblo ecuatoriano, hoy trizado por la violencia e inseguridad, recurrente violación de los Derechos Humanos, con una incontrolable migración que ha provocado que miles de compatriotas con familias se aventuren y corran riesgo de atravesar la peligrosa Selva del Darién, contaminada de tratantes y estructuras delincuenciales organizadas, articuladas a otros delitos de lesa humanidad, que viven de la explotación de seres humanos, los que huyen del Ecuador en búsqueda del denominado sueño norteamericano y que muchas veces termina estrangulando en los abundantes peligros naturales y antrópicos existentes en esa húmeda selva tropical. 

Ergo, en estos días ha subido la temperatura de la arena política electoral y las puntas bifaciales de lanza de los siete binomios descargan toda su parafernalia y odio político en contra de Luisa González, candidata presidencial de la organización política Revolución Ciudadana.

No hay donde perderse, expresa un refrán muy popular: «piensa mal y acertarás». Esas candidaturas tienen un encuadre neofascista y lassista, de tinte bukeliano, de querer apagar los problemas, entre ellos la violencia e inseguridad, echando más gasolina al fuego, en seguir diseminando odio y agitando el anticorreísmo, que tanto daño ha hecho al Ecuador. Mahatma Gandhi alguna vez dijo: «ojo por ojo y el mundo terminará ciego». La violencia engendra violencia, tan solo se convierte en un gran negocio fértil y boyante para los complejos militares, industriales y financieros productores de armas.

Todavía flota en el ambiente el ataque virulento y mortecino a una década de importantes logros, pensados y construidos para seres humanos, en donde primero fueron los ecuatorianos y ecuatorianas, desde la base de la infancia, la niñez, adolescencia, juventud, de adultas/os mayores, de mujeres y hombres, con enfoque de género, generacional e intercultural, de diversidades sociopolíticas, sexogenéricas, con rumbo hacia la construcción del Estado Plurinacional e Intercultural.

Hoy no se trata de acudir a las urnas, con ciudades en estado de excepción, ni de caer en la improvisación, sino de aprender a discernir, escoger, razonar y votar por la experiencia, más no por toda una amalgama de discursos entrampados en la promesa, entelequia, el insulto mordaz violento, misógino, que ha generado hartazgo social.

A propósito, se requiere utilizar sindéresis e inteligencia, en ello el pueblo es muy sabio, sabe diferenciar entre los que dicen el qué hacer, pero que jamás aterrizan en el cómo. Es cierto que, en 16 meses de transición, no se va a poder transformar lo destruido y desinstitucionalizado en más de seis años, pero se va a sentar las bases y cimientos para la recuperación de la democracia, la implementación y ejecución de un plan de seguridad, con inversión económica, a fin de dinamizar el empleo, recuperar la institucionalidad de la justicia, salud, educación, de calidad y devolver la dignidad y soberanía, que son patrimonio inalienable del pueblo ecuatoriano. Es decir, construir justicia social con políticas públicas y ello solo es viable y posible desde la experiencia, con logros, resultados e indicadores medibles, cuantificables y verificables.

La Revolución Ciudadana tiene más aciertos que errores, los que son inherentes a todos/as.

Empero, jamás se podrá tapar con los dedos y tampoco negar que Ecuador estuvo mejor antes de los regímenes del expresidente Moreno y en pocos meses más del expresidente Guillermo Lasso, que pasará a los anales de la historia más nefasta, subterránea y oscura, como el responsable de haber propiciado la tasa más alta de crímenes violentos y generado masacres de personas privadas de la libertad en centros penitenciarios controlados por bandas del crimen organizado, que son utilitarias al neoliberalismo autoritario que ha convertido al Ecuador en uno de los países más violentos e inseguros de la región latinoamericana.

Mientras tanto, en los ojos y mentes de la niñez y adolescencia, privada del acceso a la salud, educación, el derecho a una vida digna, en los barrios sumergidos por las brechas de la pobreza multidimensional, con abundantes necesidades básicas insatisfechas y de las ciudades sometidas al estado de excepción, flota un tufo a miedo y el deseo abundante de vivir en paz.

Por lo tanto, el 20 de agosto se trata de votar mediante una amplia participación ciudadana para decir no a la inseguridad y violencia, porque el Ecuador ama la vida.

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Luis Ernesto Guerra Ecuatoriano, analista político y activista de Derechos Humanos

Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad del autor/a

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