Entre los resultados de la cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) realizada en Lituania el 11 y 12 de julio, está el compromiso de los socios de aumento en el gasto de defensa, el levantamiento del veto turco a la adhesión de Suecia y las extensas garantías de apoyo militar a Ucrania suscritas también por el Grupo de los Siete (G7) mientras dure el conflicto bélico y en aras de preparar el terreno para el ingreso de esta Nación a la Alianza.
El secretario general de la OTAN Jens Stoltenberg, afirmó que se entregará una invitación para simplificar el ingreso de Ucrania, sin embargo, este compromiso debe ir con el acuerdo de los miembros en la certeza de que se cumplen las condiciones para este trámite que pasó de tener dos pasos a uno, para la cotizada membresía.
La OTAN adelantará un nuevo paquete de asistencia que ha traído a colación palabras interesantes como, Guerra Fría y era de la Unión Soviética. La primera, porque la movilización de tropas es comparable a la de esa época y, la segunda, por la meta pautada para que el Ejército ucraniano se modernice y pueda superar esa etapa vinculada a Rusia.
Por otro lado, Rusia manifestó molestias por la actitud del presidente turco Recep Tayyip Erdogan, que no solo pactó la entrada de Suecia a cambio de algunos beneficios y el intento de entrada a la Unión Europea (UE) sino que negoció la entrega de cinco comandantes del batallón Azov detenidos en su país a Ucrania.
Serguei Lavrov, ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, afirmó este jueves, en una entrevista en un diario local, que la Nación está abierta al diálogo sin quebrantar sus intereses y equilibrio, de ello dependerá el enfoque y accionar en el terreno, recordó que estuvieron cerca de lograr un acuerdo de paz en 2022 que fue socavado por las hostilidades impulsadas por los anglosajones.
Un escenario parecido al que se presenta actualmente con la intervención de Estados Unidos al proporcionar bombas racimo, así como aviones de combate F-16 y la escalada militar que ahora planea la OTAN y el G7 con este apoyo militar cuyo precedente es la Guerra Fría, justo en el momento en que está por vencer el 17 de julio del acuerdo de transporte de granos al que Rusia accedió y que ahora es incierto.
Rusia permanece bajo un esquema de sanciones que buscan debilitar al gobierno de Vladimir Putin internacionalmente, en un escenario de crisis energética en el que se sabotearon los gasoductos de Nord Stream, es sin duda una afrenta peligrosa que para Lavrov da un giro en los acontecimientos y es una situación difícil de ignorar, con consecuencias evidentemente catastróficas, en el que no se descarta el uso de armamento nuclear que, la autoridad recalca, su país las tiene bien definidas.
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Correo del Alba