75 Aniversario de Nakba: La resistencia del pueblo palestino sigue

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El 14 de mayo se conmemora el día de la Nakba en Palestina. Hace 75 años el Estado de Israel inició la expulsión de más de ochocientos mil palestinos/as, la ocupación de sus tierras y comenzó a aplicar un plan de limpieza étnica. Desde entonces el pueblo palestino resiste como puede ante uno de los ejércitos más poderosos de la Tierra. Más de siete millones permanecen condenados/as a una tortuosa diáspora de migración pigmentada de recurrentes violaciones de sus Derechos Humanos y el cometimiento de delitos y crímenes de lesa humanidad.

Cada violación del Derecho Internacional es una seria amenaza para la libertad de cada país y un ataque a la coexistencia pacífica de los pueblos. Un mundo en el que las razones del Derecho sean suplantadas por la arbitrariedad de la fuerza nunca será pacificado.

Benjamín Netanyahu, envuelto en algunas presunciones de corrupción, crisis política interna y externa, ha activado y recrudecido desde el martes 9 de mayo el bombardeo en Franja de Gaza, que va en aumento.

Un aire tóxico, enrarecido, por una enorme telaraña de armamento con tecnología de punta, cargado de exterminio y ocupación se disemina en Palestina, Cisjordania y Franja de Gaza, mientras los olivares, dátiles, son atrapados y arden en llamas, debido a las manos incendiarias de colonos sionistas y militares que destruyen la vida, pero no el legado, la memoria ancestral y originaria de millones de palestinos/as, a los/as que se conculca y niega el derecho soberano de vivir en paz.

Varias décadas de silencio e ignominia de la comunidad internacional, que han mantenido un velo de opacidad, empieza a repudiar estos demenciales actos. Llora el Muro de los Lamentos frente a este letal apartheid.

Ergo, en Asia Occidental el imperialismo norteamericano evidencia un desesperado accionar, porque su hegemonía desnuda crisis sistémica. La colonización y asesinato de la niñez, adolescencia, de mujeres y hombres no cesa en su macabra empresa de genocidio.

Son transversales a estos demenciales actos perpetrados de manera recurrente en contra del pueblo palestino, la negación y acceso a Al-Aqsa, una de las mezquitas símbolo e ícono de cultura y religiosidad del Islam, que es paz; a Al-Quds, nombre árabe de Jerusalén, ciudad santa para las tres principales religiones del mundo (cristianismo, judaísmo e islamismo). Sin embargo, es también preciso señalar que la ciudad es base fundamental para la paz mundial, hoy convertida en capital política por el Estado ocupacionista.

Lloran los dátiles y olivares, porque durante 75 años vienen diezmando, y convirtiendo a un pueblo a permanecer esclavizado y convertido en presidiario desde el siglo XX, en su propia tierra, que hoy huele a armas letales, a ráfagas y misiles, que perpetran infanticidio.

Son las estructuras políticas de la más recalcitrante ultraderecha de Tel Aviv, conducidas por Netanyahu, un adepto defensor del sionismo, que carga toda su parafernalia, odio, xenofobia y demencial racismo en contra del pueblo originario palestino, que siempre estuvo allí, como guardián de la memoria, de los abuelos/as, y de amar la vida en plenitud.

Jamás vamos a olvidar que, gracias a las Naciones Unidas, entregó un territorio a colonos sionistas europeos que venían entrampados en la crisis de acumulación del capital, ignorando la dignidad y soberanía de un pueblo como Palestina, que jamás va a rendirse para volver a recuperar la patria que los vio nacer.

Presumimos que se está naturalizando el exterminio y genocidio, demolición de viviendas, en donde inmediatamente son ocupadas por colonos.

Franja de Gaza no ha dejado de ser la prisión a cielo abierto más grande del mundo, en donde permanecen más de dos millones de seres humanos hacinados, discriminados, excluidos de servicios básicos y condenados a la carencia de alimentos y medicinas. Ya la pandemia de la Covid-19 dejó su impronta. Al régimen israelí sus Derechos Humanos le valen un bledo y el sistema de Naciones Unidas no pasa más allá de tibias y escuetas declaraciones en contra del Estado agresor.

La narrativa y encuadre massmediático está alineado al sionismo e imperialismo estadounidense e internacional, atrapado, además, por un enracimado de fake news o mentiras que hablan de una guerra. Preguntamos: ¿De cuál? ¿Acaso de la inventada y construida por las decadentes estructuras nefastas de un capitalismo, neoliberalismo, que va perdiendo hegemonía, mientras su unilaterismo es rebasado por el nacimiento de un nuevo orden mundial multicéntrico y multipolar que desplaza al denominado patrón monetario, el dólar, mediante la consolidación de los Brics y la Ruta de Shanghái?

Los complejos militares, industriales y financieros, de clara matriz e impronta sionista, están envueltos en una sistemática crisis y se resisten abandonar Asia Occidental; tienen encendido un conflicto en la región euroasiática, en donde su brazo armado, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), no abandona su accionar belicista. De tal manera que subyacen intereses geopolíticos, estratégicos y geoeconómicos del imperialismo norteamericano, que evidencia una crisis interna y externa, que cada día va perdiendo hegemonía y de manera desesperada se vuelve muy peligroso, ya que está secundando nefastas acciones del sionismo, que ha vuelto a bombardear la Franja de Gaza con la aviación israelí, en donde han sido martirizados tres altos dirigentes yihadistas de la resistencia Palestina, asesinados niños, que necesariamente, como han manifestado voceros, tendrá una respuesta contundente.

Ben-Gvir, proveniente de la ultraderecha israelí, se impone ante Netanyahu: Crea su propia milicia para sus redadas en Cisjordania. El presidente autoriza a su ministro ultraderechista Itamar Ben-Gvir para dirigir una «guardia nacional» a cambio de posponer una reforma judicial. Gvir pretende expulsar al pueblo palestino fuera de su territorio, es decir, aplicar el exterminio en contra de la resistencia que se aferra a su tierra.

Por lo tanto, es irreversible un nuevo orden mundial liderado por los Brics, en donde Brasil, Rusia, China han resuelto dejar de utilizar el dólar y usar las monedas comunes de sus países.

La pérdida de hegemonía aparentemente provoca que Israel actúe y utilice como un gran distractor geopolítico la expulsión de palestinos/as.

Empero, el pueblo de Palestina se cohesiona, consolida y, sin dudarlo, responderá al demencial ataque infanticida.

Al parecer, el ataque y bombardeo a Gaza provocó el apoyo de los Estados Unidos.

Se ha denunciado que en días anteriores los cancilleres estadounidense e israelí tenían planificado el ataque, que desenmascara una estrategia de guerra de exterminio y que recibirá una respuesta contundente ya manifestada por voceros de la Yihad Islámica, que por cierto es legítima la defensa, como expresa el Derecho Internacional.

En imágenes difundidas por diferentes redes sociales se observa edificios en llamas de población civil indefensa, fundamentalmente niños víctimas de este exterminio en pleno siglo XXI, al conmemorar el 75 aniversario de resistencia de Nakba.

Es evidente la protesta y apoyo de países aliados, que defienden la causa de Palestina, pero el proyecto colonizante violento del sionismo israelí no se detiene.

La limpieza étnica, xenofobia y exterminio mantienen en pie de lucha y resistencia al pueblo palestino.

A propósito, surgen más voces de solidaridad, condena y repudio de la comunidad internacional frente a este macabro exterminio del pueblo palestino. Por mencionar de algunos países latinoamericanos, ALBA-TCP, Argentina, Brasil, México, República Bolivariana de Venezuela, Asia Occidental, Irán, China, Rusia.

ALBA-TCP condenó la operación militar israelí en la Franja de Gaza. En efecto, condenó de manera rotunda la nueva operación militar de fuerzas israelíes allí.  El mecanismo de integración latinoamericano y caribeño señaló en su cuenta en Twitter que los ataques contra “el hermano pueblo palestino” dejaron un saldo de víctimas mortales.

«Insistimos en la paz y el necesario respeto al Derecho Internacional y la Carta de las Naciones Unidas», afirmó la Secretaría Ejecutiva del ALBA-TCP.

Mahatma Gandhi manifestó: ·No hay caminos para la paz, la paz es el camino, pero debemos manifestar que una paz sin justicia social no es posible, sino se extirpa el genocidio».

La causa de Palestina nos convoca a todas y todos, la vida, el pleno ejercicio de Derechos Humanos.

Eduardo Galeano alguna vez dijo: «La cacería de judíos fue, siempre, una costumbre europea; pero los palestinos pagan esa deuda ajena».

La profecía errónea de Ben-Gurión de que «los viejos morirán y los jóvenes olvidarán» nunca ha ocurrido. La resistencia sigue más activada.

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Luis Ernesto Guerra Ecuatoriano, analista político y activista de Derechos Humanos

Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad del autor/a

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