Justicia(s)

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Ulpiano, jurista romano del siglo II de nuestra era, definió la justicia como “la constante y perpetua voluntad de dar a cada uno su derecho”. Esta definición era parte de los preceptos conocidos como las tres máximas de Ulpiano: 1) Vivir honestamente; 2) No dañar a nadie; y 3) Dar a cada uno lo suyo. Es claro que este pensaba que se trataba de una virtud que las personas debían realizar en su relacionamiento con los otros.

Muchos siglos después, el filósofo alemán Immanuel Kant señaló que un ser humano libre es aquel que guía sus actos en una buena voluntad, y esta no es otra que aquella que obedece los dictados de la razón y no se encuentra nublada de coerciones o circunstancias. La ética kantiana señala que el comportamiento adecuado y justo dependía de la persona, es decir, de su condición de ser humano libre. La razón era la guía luminosa de los actos buenos y justos.  

Casi un siglo después, el pensador alemán Carlos Marx, en un escrito de madurez denominado Crítica al Programa de Gotha, señaló que, en la fase superior de la sociedad comunista, o sea una vez que haya desparecido la explotación del hombre por el hombre, o que cuando el trabajo no sea explotación sino realización vital, y cuando la sociedad hubiera alcanzado una riqueza colectiva resultado de esta realización vital, se podrá escribir la siguiente máxima: «De cada cual, según su capacidad; a cada cual, según sus necesidades». Siguió la idea de Ulpiano, concibiendo la justicia como un dar.

Se debate mucho si para Marx se trataba de una máxima de justicia, pero es evidente que tenía en claro que la sociedad capitalista que veía construirse era en suma injusta y, en consecuencia, que la justicia no era solo un tema de virtud o libertad de las personas, sino de las formas y maneras en las que se desarrolla la sociedad y sus instituciones.

En 1971 John Rawls publicó Teoría de la Justicia, en que señalaba que la justicia es la primera virtud de las instituciones públicas; una tesis claramente deóntica (del deber ser racional de las instituciones). Antes de morir, Rawls volvía a redefinir la justicia al tratarla como equidad. Justicia como equidad es el nombre del texto que dejó casi listo para la imprenta, y en el que insistía en los dos principios de justicia que caracterizaron su obra: a) El principio de igual libertad; y b) El principio de diferencia. El primero se refiere al derecho de iguales libertades e iguales derechos básicos para todos; y el segundo a que las desigualdades sociales y económicas deben procurar beneficiar a los menos favorecidos de la sociedad.

Pensar la justicia como equidad permite encontrar un mínimo común en estas definiciones: Que las personas deben recibir el trato que en tanto personas con dignidad merecen, y este trato depende de la existencia de instituciones públicas justas perfectibles.

Queda claro que no es sencillo definir qué entendemos por justicia. La teoría jurídica considera que justo es dar a cada uno los bienes o males que le corresponden. Si se trata de bienes, esta teoría distingue entre la justicia distributiva de bienes y la justicia retributiva de males, que hoy en día disputa su lugar con la justicia restaurativa. De todas formas, la idea de justicia supone la idea de dar, y la misma supone también otra idea, la que nos dice que hay injusticia porque hay algo ausente, algo que debe de darse pero que no está presente: La justicia.

El filósofo francés Jacques Derrida, en una lectura que hace del Manifiesto del Partido Comunista, señala que el fantasma que recorre Europa es otra forma de llamar a la justicia, una que no está pero que clama por estar, por ser, aunque todas las viejas fuerzas se unan contra ella en santa cruzada.

Decir que la justicia es aquello que está por venir, como lo da a entender Derrida, permite comprender porqué no es posible decir qué es la justicia, pues, obviamente, es algo que aún no es, sino que está por venir, que sabemos que falta y que por ello sabemos que vendrá.

Dado que las ausencias son tantas, creo que podemos pluralizarla y decir, repetitivamente, que la justicia son las justicias que están por venir.

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Farit Rojas Tudela Boliviano, profesor de Teoría General del Derecho y Pluralismo Jurídico
y director del Instituto de Investigaciones de la carrera de Derecho de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA)

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