Las redes se colmaron con mensajes de saludos para las mujeres trabajadoras y luchadoras, el pasado 8 de marzo. También, reconocimientos, recuerdos, in memoria. De todo, llamó mi atención un video cortito, subido por una agrupación argentina de mujeres. Era uno de varios, donde se narraban historias de amor entre mujeres Lgtbi+. De manera muy sucinta, se daba a conocer la vida -en este caso- de la gran María Elena Walsh y su pareja desde 1978, Sara Facio, fotógrafa, curadora, periodista y editora, destacada por sus retratos de personajes de la cultura latinoamericana y por su labor comunitaria en la promoción de la fotografía. Estarían juntas hasta que la muerte de María Elena, las separó en 2011. Sara ,tiene 90 años actualmente y sigue siendo una creadora empedernida.
Su amor en ese tiempo no podía ser público, prejuicios y dictadura condenaba la homosexualidad. Elena, compró el departamento de al lado de donde vivía Sara. Derribaron el muro divisorio quedando así unidos, uno solo. Para todo el mundo, que no era cercano a ellas, solo serían dos mujeres solas, solteras y vecinas. Pero cruzando la puerta era un solo espacio, lleno de amor.
Justamente, hace unas pocas semanas me contó una amiga que María Elena, había estado en La Paz, y que conoció a otra amiga en común. En el libro «Viajes y Homenajes relata» el encuentro con Judith, a quien define como una muchachita. Corrían los años 70, y hace alusión a que les recomendó la obra de Marina Núñez del Prado, y que terminaron charlando en el café La Paz. Respecto a los sentimientos que le provocó la ciudad narra: “Nos acercamos a este pueblo con reverencia parecida a la que experimentara Mujica Laínez ante la nobleza europea. Nobles de tez oscura y ajada, pequeños y a menudo harapientos, servidores, pero jamás serviles, cuyos modales, calidez y lenguaje solo pueden suscitar respeto y ternura, y en otro párrafo…Pronto sabremos que la chola es un institución sorprendente en la vida paceña, y no una figura más o menos pasiva…”
Por supuesto, María Elena, es reconocida por sus múltiples dimensiones como artista, su faceta como cantante y compositora dejó una de las más bellas canciones que hemos escuchado en la izquierda y que dice: «Tantas veces me borraron, tantas desaparecí, a mi propio entierro fui sola y llorando. Hice un nudo del pañuelo, pero me olvidé después, que no era la única vez, y seguí cantando». Una canción que fue prohibida por el gobierno militar porque se convirtió en un himno alusivo a los detenidos, a los asesinados y desparecidos de la feroz dictadura argentina 1976-1983. “Como la cigarra”.
También una poesía que es icono de la justicia Argentina fue compuesta por María Elena; Oración a la justicia: “Señora de ojos vendados que estás en los tribunales sin ver a los abogados, baja de tus pedestales. Quítate la venda y mira cuánta mentira”.
María Elena Walsh, derribó muros por amor, caminó las calles de La Paz, escribió cuentos para niñas y niños que son iconos para la infancia argentina y latinoamericana. Compuso una de las más bellas canciones jamás escuchadas y un poema que ahora viene tan bien para la ilustrar todo el daño que le quieren causar a otra gran mujer del país trasandino. Pero, como siempre, no será la única vez y hay que seguir luchando, como la cigarra.
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Cris González Directora