Después de casi medio siglo de incursionar en turismo, como auxiliar de vuelo, agencia de viajes, hotelería, consultorías, guía de turismo, chofer bilingüe y finalmente en una operadora turística, he llegado a la conclusión que el turismo es tan atractivo como el Play Boy, que atrae apasionadamente a muchos/as, quienes se emocionan solo al escuchar la palabra turismo, pero sin ningún know-how. Cuando vas a alguna fiesta y se enteran que trabajas en el rubro te toman del brazo, te invitan un trago… y te dan todos los consejos inimaginables para que el potencial turístico funcione mejor, y se van con una sonrisa de triunfo mientras uno pide otro trago.
Esto se intensifica cuando alguna autoridad de un remoto lugar en medio de la nada te hace notar que ellos tienen una piedra donde alguna vez se sentó un conocido prócer de su pueblo, sin contar con un riachuelo hermoso con sauce llorón y todo, para turismo ecológico e histórico. Entonces… escuchas, terminas de tomarte tu segundo trago, y solo pudiste decir “qué interesante”, es como hablar de política mientras te hacen las uñas, y te abandonan, diciéndote que te lo puede mandar por escrito…y no le alcanzas a decir que sus valiosos consejos no son viables.
Pero lo que sin dudas te deja sin habla son “las otras yerbas”. Después de la pandemia las empresas del sector tenían que recuperarse económicamente de la manera más rápida posible, ya que en dos años sin trabajar la resiliencia era una urgente necesidad. Teníamos que recuperar a los turistas de alto poder adquisitivo para también aportar al desarrollo económico, gracias a la transversalidad de esta actividad donde todos ganan.
¿Y qué pasa? Aparece una autoridad amateur, que nunca ha trabajado en una empresa de turismo, que dice: “Hay que hacer turismo interno…”. “Pero señora –decimos– en estos momentos no hay plata para que nuestra gente salga de vacaciones… Hay que traer divisas al país”. Es cierto que nuestra economía repunta muy bien, pero no en el sector turístico, definitivamente. Se debe implementar la “glocalización del turismo”, es decir, potenciar las capacidades internas del país y sus comunidades, pero vender el producto en el exterior; pensar globalmente y actuar localmente.. Pipipipipipipipi, ¡número equivocado!
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Judith Hoffmann Boliviana, operadora turística
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