Asdrúbal José Hurtado, nació el 2 de mayo de 1960 en Ciudad Bolívar, Estado Bolívar, Venezuela. Su padre, Ramón Hurtado, un reconocido guitarrista y compositor, fue su primer maestro. También fue alumno de Hernán Gamboa.
En 1973 ganó el Festival Nacional de Cuatro organizado en Ciudad Bolívar. En 1977 formó parte de la Estudiantina Carlos Raúl Villanueva, que luego se llamaría, La Cuerda de Carmito. Con ellos grabó tres discos, tocando la mandolina, el bajo, el cuatro y el tambor de calipso.
Miembro fundador de Ensamble Gurrufío, agrupación con la que ha recorrido gran parte del mundo. Ha grabado y participado en conciertos con artistas nacionales y extranjeros como Oscar D’León, Simón Díaz, Béla Fleck, Alirio Díaz, Aldemaro Romero, Paquito D’Rivera, Serenata Guayanesa, Soledad Bravo, Aquiles Báez, María Teresa Chacín entre otros.
Con Gurrufío graba el disco, Compadre Pancho, que marcó la formación musical, en cuanto al cuatro se refiere, de una gran cantidad de cuatristas y sigue aún como cartilla para aprender a tocar este instrumento.
Desde Puerto la Cruz ciudad donde vino a traer la siembra del cuatro, conversamos con uno de los más reconocidos cuatristas en el mundo, el maestro, Cheo Hurtado.
¿Cómo y por qué nace la siembra del cuatro?
Se origina con unos talleres que comenzamos a hacer por el país, con el “Ensamble Gurrufío”, que se llamó: “Aprende y toca con Gurrufío”. Luis Julio Toro, reunía a sus alumnos de flauta, David Peña a sus alumnos de contrabajo, Ernesto Laya a sus alumnos de maracas y -mi persona- a los alumnos de cuatro. Siempre la matrícula para el cuatro era la más demandada. Comenzaron a acercarse muchachos con mucho talento, uno sabe cuándo un muchacho tiene facilidades artísticas. Allí se presentó Héctor Molina, Carlitos Capacho, la gente de Bolívar, Wilfredo Cardona y muchísimos más. Y donde llegaba: “mira para que lo veas” y tocaban. Entonces, me di cuenta de que había mucho talento. Ernesto Laya me presenta a Nelson González en Valencia. Cuando lo vi, me pareció extraordinario, eran muchos y aunque no los pude atender a todos directamente, sí atendí personalmente a Pino, Orianes Cedeño, Fermín de Jan, Ernesto Ramírez y otros, en el taller. Eran chipilines, [jóvenes] ya son 19 años. Actualmente, algunos de ellos pueden estar llegando a los 40 años.
De esa manera, me di cuenta de que había que crear una plataforma donde esos muchachos pudieran expresar su música. Entonces, en el 2002, llegó a Barquisimeto, Marco Tulio Mendoza y le digo que hay una cantidad de muchachos con condiciones espectaculares, me parece que tenemos que hacer un proyecto para llevar este trabajo a las escuelas y a las universidades, porque allí hay un público cautivo. Le expliqué que hice un proyecto para sembrar árboles, para luego, podamos fabricar los instrumentos, cuatros, bandolas, etc., y llevar esto a las escuelas, a las instituciones. Él me dijo, eso que tú quieres hacer es “la siembra del cuatro”. Le dije, ese es el nombre, no se hable más.
Este proyecto lo presentamos en el 2002, ante la Comisión Permanente de Cultura de la Universidad del Zulia, (LUZ), con Marco Tulio Mendoza y Tico Páez, del grupo Carota, Ñema y Tajá y allí comenzó el proyecto, que ahora es una realidad, trayendo premios para el país. Hay muchos cuatristas por el mundo. Todavía tenemos que seguir formando.
Aparte del cuatro como instrumento musical ¿qué otro instrumento de cuatro cuerdas conoces que sea tan versátil y que permita ser solista y acompañante a la vez?
Aunque el violín y la mandolina son cuatro cuerdas también, casi siempre son solistas, en cambio el cuatro como solista ha alcanzado un nivel protagónico desde que Freddy Reyna, Hernán Gamboa, Jacinto Pérez y otros, que a lo mejor no fueron tan famosos, le dieron un rol protagónico al instrumento. El cuatro deja de ser un actor de reparto para convertirse en el protagonista y cuando el cuatro se ejecuta en grupo, lo que hacen es repartirse la melodía, como lo están haciendo ahorita los muchachos de “C4 Trio”.
Se ha demostrado que con el cuatro se puede tocar de todo, la limitación sería del instrumentista. La gente se sorprende porque se toque un estándar de jazz, pero eso no es más difícil de tocar que un vals de Lauro, un bossa-nova no es tan complicado como la pieza musical Castro en Margarita, como el vals Geranio. La música venezolana es tan complicada que le ha costado posicionarse y lograr un sitial. Sin embargo, Venezuela con el cuatro ha alcanzado muy altos lugares.
Fueron la primera agrupación de música tradicional Venezolana que se presenta en el Hollywood Bowl. ¿Cómo llegaron hasta ese emblemático lugar?
Nuestra música con el Ensamble Gurrufío la hemos llevado a Japón hasta por seis veces y también a otros países más, son 26, a un nos falta Oceanía por visitar.
Hicimos una gira por 16 estados en Estados Unidos. Comenzamos en Nuevo México, Albuquerque, Santa Fe, Denver, Stamford, Houston, Minneapolis, Chicago, Miami, Washington, Nueva York. estuvimos en sitios maravillosos, hicimos presentaciones, dictamos talleres. Tocamos en un festival de música contemporánea, porque los organizadores de ese festival, “American Composition”, cuando escucharon al Ensamble Gurrufío, nos llevaron como invitados y tuvimos la oportunidad de dar un concierto en el Hollywood Bowl y hasta cantamos, tú sabes que Gurrufío canta en trabalenguas y fue maravilloso.
Los ensambles o grupos de cámara de música tradicional en Venezuela, Raíces de Venezuela, El Cuarteto, Gurrufío, propiciaron un importantísimo trabajo musical en el país. Hicieron que la gente volteara a ver, sentir y apreciar nuestra música. Esa fue -y es- una base importantísima. ¿Dónde está la agrupación Gurrufío, donde quedó el Gurrufío?
En mayo pasado estuvimos en Italia, donde íbamos a hacer un video clip, grabar otro disco. El cuarteto tuvo una pérdida, que fue Raúl Delgado, Raíces tuvo dos pérdidas, Venezuela cuatro también tuvo la pérdida del maestro Laguna. En el Gurrufío, todos estamos activos, Cristóbal en Francia, Laya está en Miami, David y yo estamos aquí en Venezuela, ya son 38 años juntos trabajando, haciendo presencia musical y artística. Este año haremos algo por los 39 años. Ahorita nos presentamos en los 50 años de Serenata Guayanesa. En abril tuvimos la siembra del cuatro con Francisco Pacheco y Miguel Delgado, eso quiere decir que Gurrufío, hay para rato.
Vemos figuras masculinas destacadas como ejecutantes del cuatro y cada vez hay mayor acercamiento de jóvenes. ¿Hay mujeres concertistas de cuatro?
Claro que sí, ahí está Lisset Hernández, en Colombia hay dos muchachas fantásticas que creo son las que van a la vanguardia del cuatro allá, ellas son: Nancy Castañeda y Zaira Noguera, de aquí de Barcelona está Andrea Vicentelli, que es extraordinaria, Marian Vivas que se fue a los Estados Unidos, nació para ser artista y ya lo es.
Hay muchas mujeres activas en el arte del cuatro. En la gira que realicé a finales del año pasado, me he encontrado muchachitas, niñas de siete y 10 años, haciendo solos en el cuatro y muchachitos entre los nueve y 16, adolescentes, haciendo cosas muy buenas con el cuatro. Esa es la generación de relevo y gracias a los profesores, Alis Cruces, Freddy Escudero, a Alirio o Diego Herrera, que además es gran cuatrista, en Colombia también tenemos a Libardo y Carlos Contreras.
¿La siembra del cuatro es solo en Venezuela?
Somos varios los que hemos llevado la siembra del cuatro, por muchas partes, no solo de Venezuela, sino también a otros países, en este trabajo nos han acompañado el Pollo Brito, Roney Silva, Carlos Capacho, Jorge Glem, entre otros.
Hemos llevado esta siembra a varios países. Colombia es el segundo país donde se cultiva el cuatro, el segundo país en cantidad y calidad con respecto al cuatro.
¿Quiénes han brindado y brindan apoyo al proyecto la siembra del cuatro?
La siembra del cuatro no es un proyecto sino una realidad. Podemos mencionar a Domingo Uzcátegui, Jorge Yafuri, Carlos Delgado, son muchos amigos que nos han brindado un apoyo incondicional en muchos aspectos, transporte, hotel.
Pero los que nos han brindado ese respaldo a título personal, ha sido, como ya lo mencioné, de manera incondicional, sin firmar un recibo y nos dan la plata. Por ejemplo: “Mira vale, este muchacho no tiene un cuatro…vamos a hacer una vaca, como lo decimos en buen criollo, para comprarles los cuatros.
Yo creo que cuando un muchacho tiene talento, pero no tiene un cuatro, hay que regalárselo, (Llora).
Tenemos corazón llanero, corazón salsero, corazón rockero, ¿Crees que faltan otros corazones?
Aprovecho para hacer la observación de que en esos espacios aparecen muchachas bailando joropo llanero con faldas tipo tutú y el joropo tradicional venezolano no se baila con ese tipo de faldas. Pero, retomando la idea, los productores deben tener cuidado porque de tanto presentar siempre lo mismo, lo agotas. Por lo tanto, se deben incluir los otros géneros. Tenemos el baile elegantísimo que es el baile de Sucre, Margarita y todo Anzoátegui que todavía no está contaminado. Las cosas de las tarimas tienen su peligro. Cuando los géneros llegan a la tarima y se les agregan elementos que no les corresponden y pierde la esencia de lo que es y de lo que se quiere mostrar.
México los mariachis, Colombia el vallenato, Argentina el tango, y ¿Venezuela qué?
Venezuela ha tenido picos, en su momento estuvo el maestro Torrealba con su arpa. Yo creo que tiene que ser un elemento binario, con esto me refiero por ejemplo como el merengue, la samba o la batucada. En Venezuela tenemos un ritmo, el Calipso, que también se toca en Las Antillas, en las islas que tenemos justo enfrente; puede ser el Calipso o la Gaita.
En los picos que ha tenido Venezuela, podemos mencionar La Onda Nueva, que creó Aldemaro Romero, pero es algo complicada su ejecución. Con la música urbana hubo un movimiento importantísimo, cuando emergieron Yordano, Ilan Chester, Franco de Vita, Montaner, Melissa y muchos otros, en ese momento no les interesaban los Grammy, pero si les hubiese interesado creo que se habrían traído unos cuantos, porque el nivel que tenía Venezuela en ese momento fue buenísimo, ese fue un momento estelar. Si se tuviera que escoger un género tradicional venezolano, yo creo que debería ser el calipso.
En este momento la gaita está bien posicionada en Miami. Como género venezolano para que nos identifique, yo creo en el calipso, propongo el calipso.
¿Cuáles son los proyectos de Cheo Hurtado para el 2023?
Seguir recorriendo el país y superar las 18 ciudades que recorrí en el 2022, con esto la siembra deja ser un proyecto y se convierte en una realidad, una gira por todo el país con mis 55 años de vida artística y, pues continuar con la siembra del cuatro que es lo que estoy haciendo ahorita.
Este año planeamos grabar con Francisco Pacheco donde estarán invitados, el Ensamble Gurrufío, Miguel Delgado Estévez, orquestas y personalidades. La idea central es hacer un disco para luego hacer una película de música venezolana de todas las regiones del país.
También tengo un proyecto muy ambicioso con el Calipso, porque como guayanés creo mucho en ese género binario, que hasta ahora no ha logrado su sitial como lo tiene la gaita y la música llanera con arpa, que son los géneros más masificados en el país, pero hay otros género diferentes importantes en el país, como la música oriental, la guayanesa, la música andina, larense y toda la música del país que son excelentemente buenas.
__________________________
Tony González Correo del Alba
