23 de enero, fecha que sirve para recordar que los Golpes de Estado no son hechos fortuitos, sino que son producto de los dictados del imperio gringo, cuando no les conviene el gobierno que no satisfaga sus ambiciones geopolíticas. En 1958, hace 65 años, el triunvirato conformado por, Acción Democrática, Copei y Unión Republicana, firmaron el Pacto de Nueva York, teniendo como incitador de dicho documento, al jefe de Asuntos Latinoamericanos del Departamento de Estado de los Estados Unidos, Maurice Bergbaum, quien influenció para que fuera discriminado el Partido Comunista de Venezuela de dicho acuerdo.
Después de transcurridos 65 años de la caída del general Marcos Pérez Jiménez, donde se le inculcó al imaginario venezolano que fue una acción cívico-militar, son muchos los argumentos que ahora cambian el curso de la historia: Pérez Jiménez es derrocado después de otorgar nuevas concesiones petroleras con la participación de capital británico. Situación que no fue del agrado de Nelson Rockefeller, la Standard Oil y la Creole.
Dice la historia que el Pacto de Nueva York fue el inicio de la debacle del gobierno perezjimenista, nacido el 2 de diciembre de 1952. Rómulo Betancourt, Rafael Caldera y Jóvito Villalba, fueron los brazos ejecutores para que en Venezuela se comenzara la construcción de un fake news para sembrar en el imaginario nacional que la dictadura estaba agonizando y que el 23 de enero de 1958, se convierte en una fecha histórica para la libertad de Venezuela.
Marcos Fuenmayor, director del Archivo Histórico de Miraflores, en un trabajo publicado en el Correo del Orinoco, el 21 de enero de 2020, explica que a Marcos Pérez Jiménez no lo tumbó una Junta Patriótica, ni el alto mando militar, ni las direcciones de los partidos políticos que actuaban en la resistencia, ni la pastoral de monseñor Rafael Arias Blanco, en mayo del 57, lo sacó el Imperio norteamericano a través del Poder Petrolero. Estamos seguros de que es así.
La conformación de la tan nombrada junta patriótica, presidida por el contralmirante Wolfgang Larrazábal, de inmediato integra a personalidades de la burguesía como Eugenio Mendoza (tío de Leopoldo López) y Blas Lamberti, quienes controlan la economía nacional, la cual construye una casta con estas personas que durante cuarenta años se aprovecharon de los recursos del gobierno, para continuar siendo los dueños de las principales industrias del país.
El 23 de enero de 1958, la llamada caída de Marcos Pérez Jiménez, es un cuento incierto, donde lo verdadero es que Jiménez, se montó a las tres de la mañana en el avión llamado la Vaca Sagrada, planeado en La Carlota y levantó vuelo hacia República Dominicana donde lo esperaba el dictador Rafael Leónidas Trujillo. Fue una salida negociada con los militares venezolanos.
El fallecido dramaturgo venezolano José Ignacio Cabrujas, llegó a escribir que el 23 de enero de 1958 fue una revolución radiofónica, lo que refuta la apropiación adeca de que ellos tumbaron a Pérez Jiménez: La gente salió a celebrar una vez que escucharon la noticia por la radio. Definitivamente la caída de la dictadura perezjimenista es un fake news de los tantos que se construyeron durante la IV República.
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William Gómez García Venezolano, periodista
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