Este domingo 8 de enero, a tan solo una semana de haber asumido el presidente Lula Da Silva, las riendas de Brasil, un grupo de manifestantes de la derecha brasileña, simpatizantes del expresidente Jair Bolsonaro, asaltaron las sedes de, el Congreso, la Corte Suprema y el Palacio de Planalto en la capital, Brasilia.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva, convocó el artículo 84, inciso 10 de la Constitución Política, en el cual Decreta y ejecuta la intervención de las fuerzas Federales, que se extenderá hasta el próximo 31 de enero.
Hasta el momento, hay unas cuatrocientas personas detenidas por estos ataques terroristas que realizaron destrozos a la propiedad pública, robos y desmanes con graves consecuencias.
Lula, dio un discurso al respecto y dijo que todas las personas responsables de estos hechos serán buscadas y detenidas para que respondan ante la ley. “La Constitución garantiza la libertad de expresión, pero también exige el respeto a las disposiciones creadas para fortalecer la democracia. Esos fanáticos fascistas, realizaron acciones que nunca se han visto en la historia de este país”. Es importante resaltar que la izquierda brasileña ya tiene suficiente gente torturada, muerta, desaparecida y nunca se ha escuchado una noticia en la que algún partido o movimiento de izquierda, invadiera el Palacio presidencial, la Suprema Corte o el Congreso, no hay precedentes en la historia de nuestro país. “Descubriremos quienes son los organizadores, financiadores de esos vándalos, no habrá impunidad”, afirmó el Presidente.
El Decreto, autorizado por el Mandatario, designa a Ricardo García, como interventor, y este estará directamente subordinado al Presidente Lula. Además, podrá recibir recursos económicos, humanos, tecnológicos y otros, necesarios para cumplir con las operaciones de seguridad a fin de controlar la situación irregular que se vivió en Brasil.
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Correo del Alba