Ley Bolívar una ofensa a nuestro Libertador

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Definitivamente el gobierno de los Estados Unidos, creyéndose dueño de los destinos de los pueblos, el pasado viernes 16 de diciembre aprobó, a nivel del Senado, una Ley que han denominado Bolívar, con el fin de prohibir que se otorguen contratos del gobierno de Estados Unidos a empresas que tengan negocios con el gobierno de Venezuela y que no afecten a la Asamblea Nacional de 2015, en la cual se sustenta el gobierno del autoproclamado de Narnia. Es decir, ratifican la complicidad de Juan Guaidó y los esquiroles de Voluntad Popular, quienes originariamente son los responsables del bloqueo que sufre Venezuela como elemento de perturbación en su economía.

Conocida como  Ley de Prohibición de Operaciones y Arrendamientos con el Régimen Autoritario Ilegítimo de Venezuela, cuya autoría corresponde al senador republicano y ex gobernador de Florida, Rick Scott. La misma tiene el copatrocinio de Marco Rubio, protector de Leopoldo López y acérrimo enemigo de la revolución bolivariana.

Lo inverosímil es haber tomado el nombre del Libertador Simón Bolívar, para bautizar esa Ley. Por lo tanto, debe surgir un movimiento que haga el reclamo a los Estados Unidos de ofender al pueblo venezolano, a su historia y a nuestro Libertador, cuyos valores republicanos y compromiso con los principios de la libertad y de la paz están muy por encima de esos legisladores que, sin revisar la historia, desconocen la trayectoria del Padre de la Patria y sus consideraciones sobre el gobierno gringo.

Bolívar, fue un crítico acérrimo de la forma cómo Estados Unidos comenzaba a imponerse como un neoimperio, producto de la doctrina Monroe. Ya en 1818, el Libertador  tiene una confrontación epistolar con el agente diplomático estadounidense, Bautista Irvine, por la captura de dos goletas norteamericanas, la Tigre y la Libertad, que habían sido apresadas en las bocas del Orinoco por la escuadra del almirante Luis Brión, cuando llevaban ayuda y pertrechos, como barcos mercenarios, al ejército español sitiado en Angostura. La arrogancia del agente contrasta con la firmeza inquebrantable de Bolívar: «Parece que el intento de V. S. es forzarme a que reciproque los insultos: no lo haré; pero sí protesto a V. S. que no permitiré que se ultraje ni desprecie al Gobierno y los derechos de Venezuela… Lo mismo es para Venezuela combatir contra España que contra el mundo entero, si todo el mundo la ofende». Irvine al regresar a su país, califica a Bolívar de general charlatán y político truhan.

El Libertador Simón Bolívar, tuvo la visión de lo que sería Estados Unidos con el devenir de los tiempos: «Cuando yo tiendo la vista sobre la América la encuentro rodeada de la fuerza marítima de la Europa, quiero decir, circuida de fortalezas fluctuantes de extranjeros y por consecuencia de enemigos. Después hallo que está a la cabeza de su gran continente una poderosísima nación muy rica, muy belicosa y capaz de todo; enemiga de la Europa y en oposición con los fuertes ingleses que nos querrán dar la ley, y que la darán irremisiblemente». Allí, define la arrogancia norteamericana.

Pero lo más contundente del Libertador, fue haber sentenciado en una carta dirigida al coronel Patricio Campbell, el cinco de agosto de 1829, lo que sería el gobierno norteamericano en el devenir de los siglos: «Los Estados Unidos parece destinados por la Providencia para plagar a la América de miserias a nombre de la Libertad». Ciertamente, las administraciones presidenciales estadounidenses, convertido en el policía del mundo, se  da a la tarea de propiciar golpes de Estado, violar los derechos humanos de poblaciones enteras y generar guerras, bajo la más cruenta tecnología armamentista.

Bolívar va más allá, cuando califica a los medios de comunicación como la nueva forma de tumbar gobiernos: «Me parece que ya veo una conjuración general contra esta pobre Colombia, ya demasiado envidiada de cuantas Repúblicas tiene la América». Todas las prensas se pondrían en movimiento llamando a una nueva cruzada contra los cómplices de traición a la libertad, de adictos a los Borbones y de violadores del sistema americano.

Esa Ley Bolívar contradice lo que fue el Padre de la Patria. Es hora de enfrentar a la administración Biden, llamándolo a dejar sin efecto ese adefesio que constriñe nuestras libertades sociales y económicas. Quien la defienda debe ser considerado un traidor a la Patria, comenzando por quien se hace llamar Presidente interino, y pretende este jueves 22 de diciembre, alargar el reino de Narnia con el apoyo de una Asamblea Nacional inexistente. Tiene la palabra presidente Nicolás Maduro, el pueblo de Venezuela lo respalda.

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William Gómez García Venezolano, periodista

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