La oportuna decisión del Jefe de Estado y Presidente de la República de Colombia, Gustavo Petro, de escoger a la República Bolivariana de Venezuela para realizar su primera visita internacional, confirma la importancia de su vecino oriental como principal punto de su agenda por sus implicaciones en los asuntos económicos, de paz y seguridad interior y su menguado, pero aún importante papel como factor geopolítico regional y mundial.
Tal decisión contrarió a los agentes políticos de la oligarquía neogranadina, resentida aún por la victoria democrática -del pasado mes de agosto- del hábil, exdirigente del desaparecido grupo insurgente colombiano M-1 9, y por la victoriosa permanencia del Presidente Nicolás Maduro Moros, al frente del gobierno bolivariano venezolano, a pesar de todos los intentos del gobierno imperialista de Estados Unidos, sus satélites de la Unión Europea y de los gobiernos malinches del extinto “Grupo (Cartel) de Lima” de América Latina y El Caribe.
Aunque han sido evidentes la existencia de importantes diferencias en los modelos políticos que los Presidentes Petro y Maduro impulsan en sus respectivos países – uno socialdemócrata y el otro, neosocialista del Siglo XXI – pareciera que el pragmatismo y la racionalidad política terminarán de imponerse en beneficio de dos pueblos unidos por vínculos etnohistóricos desde los tiempos prehispánicos y la gesta libertaria común en la épica y el ideario político del General en Jefe y Libertador, Simón Bolívar, y por el determinismo geográfico que convoca a la solidaridad, cooperación y la integración de los pueblos y gobiernos de Colombia y Venezuela.
Se trata, sin duda, de resolver problemas de larga data y de carácter coyuntural y estructural que requieren un nuevo relacionamiento diplomático ejercido desde sus Cancillerías y Misiones Diplomáticas, que se distancien del improvisado discurso de sus liderazgos, que evite la estridencia mediática y el micrófono, disponga de medios efectivos de comunicación para solventar los inevitables problemas de interpretación de declaraciones o decisiones políticas, las maniobras divisionistas de factores internos y externos y, en especial, de un escrupuloso respeto a los principios de No Injerencia en los Asuntos Internos y Autodeterminación de los Pueblos, consagrados en la Carta fundacional de Naciones Unidas.
Estos temas, sin embargo, requerirán la atención e intervención directa de los Presidentes Gustavo Petro y Nicolás Maduro: la consulta permanente de la política de seguridad relacionada con el impulso del proceso de negociaciones sobre la política de Paz Total de Colombia que transversaliza el Programa de Gobierno del Gobierno neogranadino, el cual exigiría reformulaciones por parte del gobierno venezolano de su política de confrontación militar directa con factores de la insurgencia armada colombiana que operan en la zona fronteriza binacional (casos de las FARC-EP Segunda Marquetalia y el Ejército de Liberación Nacional, ELN, entre otros), dado la condición de la República Bolivariana de Estado Garante en tal proceso pacificador que ya se ha iniciado en la Habana, Cuba.
Junto a lo anterior, la sorpresiva propuesta del Presidente Petro de incorporar a la agenda binacional el estudio de la reincorporación de Venezuela al Sistema Interamericano dirigido por la Organización de Estados Americanos, OEA, y en particular, de las instituciones tutelares de Derechos Humanos, esta sería un tema de difícil pero inevitable respuesta por la parte venezolana porque estaría muy asociada a la elección de un nuevo Secretario General que responda a la nueva correlación de gobiernos soberanistas, democráticos y progresista presente en Nuestramerica y a importantes cambios organizacionales y funcionales de la OEA que rompa definitivamente con la condición actual de “ministerio de Colonias” del gobierno imperialista de Estados Unidos y se convierta en un verdadero espacio de diálogo político y cooperación para el desarrollo de los Estados y pueblos de Las Américas.
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Yoel Pérez Marcano Exembajador de Venezuela en San Vicente y las Granadinas y Belice
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