México da para mucho, respiro hondo el habitual espeso aire contaminado de la enorme ciudad, intento abarcar su altura histórica y cultural, pero no es fácil, faltan unas cuantas vidas para conocer a fondo este gran país que albergó a tantos postguerras mundiales y golpes de Estado, donde vivieron René Zavaleta y los niños sin padres de la Guerra Civil española, Roberto Bolaños, escritor de los Detectives Salvajes, 2666,y se vive aún con el acontecimiento de la muerte de Trotsky como si recientemente hubiera sucedido. La ciudad del movimiento muralista más importante de nuestra América, encabezado por los grandes Rivera y Siqueiros.
Paseo por Coyoacán en busca de Frida, Tina Modotti y los vestigios de la lucha de los revolucionarios desde Mella hasta el Granma, Carlos Aponte y las revoluciones sostenidas desde las salas de UNAM. Su auténtica y enorme Plaza de la Constitución, el Zócalo, el de la matanza de Tlatelolco que aún conmueve, donde volvió en majestad y gloria la Feria Internacional del Libro, repleta de avidez lectora, en el calor de su mediodía, colmando las carpa donde se comentó y se vendió de todo.
Andar por estos paralelos es acordarme de lazos familiares que me marcaron para siempre, es recordar que en cada esquina brota la fibra de sus músicos que esperan frente a la barra de un bar, en las despedidas, con el último trago. Es imaginarme la vida en blanco y negro con las imágenes del cine de oro mexicano, que nos enseñó a un México cuya identidad late en cada rincón del planeta.
Este México que recorro hoy después de tantos años es diferente, al menos desde la subjetividad. Hay un tema que anda en boca de la juventud de Morena, el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO): la “Cuarta Transformación” (4T), que se explica en la visión de AMLO sobre los cambios que necesita su país superando las tres transformaciones anteriores de México: 1) La independencia del dominio español, entre 1810 y 1821; 2) La Reforma, una guerra civil que duró tres años entre liberales y conservadores de 1858 a 1861, que deriva en leyes de la reforma y convierte al país en un Estado laico que erige a Benito Juárez como el padre del nuevo México; y 3) La Revolución contra el régimen de Porfirio Díaz entre 1910 y 1917, que devino en una nueva Constitución.
En ese orden se inscribe esta 4T, que conlleva cambios importantes, plantea el desarrollo desde una propuesta integradora y humanista que mejore las condiciones de vida en armonía con la Madre Tierra. El proyecto de AMLO incorpora a grandes grupos históricamente marginados a soñar una nueva forma de relacionamiento, adhiere a las grandes demandas de la población de inclusión, amplitud de los derechos y libertades personales. En fin, esta 4T hace pensar que este México diferente se construye con el esfuerzo de todos y todas en un país difícil de gestionar. La 4T propone nuevos métodos de inclusión de obreros y estudiantes, mujeres y familia en un histórico proyecto de cambio cultural. Redistribución de la riqueza. Austeridad, inversión pública, lucha frontal contra la corrupción, no injerencia en asuntos internos de otros países, mejor calidad de vida para las grandes mayorías y equilibrio en las relaciones internacionales, ubicando a México otra vez en un ámbito de solidaridad internacional y un contrapeso a la política hegemónica norteamericana en Latinoamérica y el Caribe.
México vuelve poco a poco a ser la meca de la intelectualidad y los artistas que sueñan con triunfar en la Región. Vuelve a ser la imprenta de la América nuestra, la de los libros y la lectura, la puerta abierta al arte en toda su amplitud y dimensión.
Recorro sus calles y sitios ceremoniales, los tejidos, aromas, texturas de su pueblo hecho arte. Voy con la potente voz de sus ancestros. México lindo y querido referencia de mi propia historia, de la cultura que me levantó en mis primeros años, música que suena aún en el viejo tocadiscos de la casa materna.
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Cris González Directora