“A puro pulmón” es una expresión del venezolanismo, frase que nos indica la labor realizada con gran esfuerzo y talento propio frente a desafíos importantes. Esta frase como las palabras ‘resiliencia’ y ‘emprendimiento’ están en el día a día del venezolano en los últimos años y no por moda, sino que, frente a realidades como la pandemia y los ataques a nuestro país, los venezolanos no se amilanan ni se quedan inertes, así como el cuero seco: cuando lo pisas, por un lado, se levanta por el otro, como diría el cantor del pueblo Alí Primera.
El venezolano se reinventa y descubre cualidades y habilidades no explotadas, hoy podemos ver abogados escribiendo artículos o temas musicales, ingenieros campeones de arte marciales, docentes en la locución, militares que además de su profesión son docentes. Es todo un redescubrimiento personal pero también social, que indudablemente nos hace mejores en lo personal y es positivo en lo colectivo, ya que los nuevos conocimientos, nuevas habilidades y oficios nunca están de más. Si buscamos resultados distintos y mejores, debemos hacer cosas distintas señala el adagio popular.
Esto no es nuevo ya que, en distintas épocas, indiferentemente de la situación, si algo demuestran los ciudadanos de este país es tenacidad y voluntad de vencer demostrando lo positivo y verdaderamente nacional. Como la mujer nacida en un hogar humilde de siete hijos, que salta más 15 metros con el tricolor en el pecho en cualquier competencia y país donde le pongan el desafío, ello sin importar los obstáculos vividos; todo esto en perfecta sintonía con lo expresado por el Libertador, Simón Bolívar: “Dios concede la victoria a la constancia”.
Hoy tenemos los pulmones llenos por la aptitud de los ciudadanos de este país para adquirir nueva habilidad y de la actitud en la respuesta frente a los desafíos. Hoy el aire que ingresa a los pulmones de la venezolanidad es el esfuerzo colectivo que oxigena el orgullo nacional. Seguimos siendo promotores permanentes de nuestra autoestima nacional parte de esencial de esa dimensión espiritual que nos señala el autor Augusto Mijares en Lo afirmativo venezolano y que desarrollamos en anteriores artículos.
Este comportamiento de los venezolanos frente a nuevas realidades también es el resultado de la conjunción o hibridación del origen de la identidad nacional, basada en tres raíces, en tres potencias, como el tricolor étnico hecho un solo ente en el sincretismo, esa que nos hace ser parecidos a muchos, pero únicos al mismo tiempo. Dentro de la diversidad étnica y pluricultural se sustenta nuestra identidad nacional, esa que nos hace ser diferentes a los demás; que nos hace resistir cuando los otros ceden; creer cuando los otros dudan; el recuperarnos de situaciones complicadas y seguir avanzando hacia el futuro.
Esta identidad nacional se observa en todo, desde la gastronomía, la religión o el ámbito musical que pueda tener alguna influencia de otras latitudes, pero siempre tiene el sello característico de lo venezolano. Así como se conformó la orquesta más grande del mundo en Venezuela, con diversos instrumentos musicales, pero en una sola expresión sonora e identidad. En el ámbito musical ese sincretismo se ve reflejado en expresiones como la gaita zuliana y sobre todo en el género salsa. Salsa que precisamente consiguió nombre para la reunión de sonidos africanos y caribeños basados en ritmos como el mambo, bomba, jazz, son montuno, jazz, chachachá, guaracha, pachanga en Venezuela.
Estas ideas comunes expresadas en estas líneas no son un ensayo jurídico ni científico, pero sí un reconocimiento al esfuerzo individual y colectivo que hacemos día a día cada ciudadano de esta patria que se refleja en tantas cosas bellas, en ese esfuerzo de deportistas, cultores, de profesionales de distintas áreas y músicos que oxigenan los pulmones nacionales y nos inflan el pecho por nacer aquí. Hoy, cuando se habla tanto de conciertos de músicos extranjeros en el país, debemos reconocer y exaltar los buenos ejemplos en el ámbito musical.
Luego de una década y, a pesar de los pesares, el talento nacional se expresa nuevamente en una producción completa del género salsa que ya es tan nacional como el joropo, la gaita o el tambor. Producción musical que se titula “A puro pulmón” donde se refleja lo que hemos sorteado en esta época tan dinámica pero que también refleja la vivencia de los ciudadanos que salen del mundo oscuro y que le hablan a la hipocresía de la sociedad, que le dicen ‘adiós’ al amor pero que también nos recuerdan que, aunque podemos ser considerados ‘feos’ siempre tenemos más habilidades que las que dice el espejo.
Éxitos para Mundito, la orquesta celestial y para el compositor Esteban Arvelo artífices de este ejemplo del talento nacional, que demuestran que siempre podemos creer más, crear y crecer más. Esperamos que continúen las producciones nacionales y los éxitos nacionales demostrando que indistintamente del momento no se pierde el sincero anhelo de trabajar por la alegría de nuestra gente. El orgullo y el talento nacional ¡vive!
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Yonder Canchica Abogado venezolano experto en Derecho Internacional
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