Salvador Allende asume la Presidencia de Chile el cinco de noviembre de 1970, luego de obtener como candidato de la Unidad Popular (socialistas, comunistas, socialdemócratas y cristianos), la primera mayoría de votos (36,3 %), en las elecciones del cinco de septiembre, y ser ratificado por el Congreso chileno el 26 de octubre.
Después del triunfo electoral de Allende, el imperialismo estadounidense instruyó a la Agencia Central de Inteligencia (CIA), trabajar con la derecha chilena para impedir su ratificación por el Congreso, en ese momento dominado por la Democracia Cristiana. Plan que fracasó. Sin embargo, dos días antes de su ratificación como Presidente electo, el 22 de octubre, fue herido gravemente el comandante en jefe de las fuerzas armadas, General René Schneider, constitucionalista acérrimo, quien fallece el 25 del mismo mes.
Fracasado este intento fascista de impedir el ascenso de Allende y la Unidad Popular al poder, se aceleran los planes del Presidente Richard Nixon y su Secretario de Estado Henry Kissinger, para derrocar el gobierno constitucional de Salvador Allende.
El nuevo comandante de las fuerzas armadas general Carlos Prats, designado por el Presidente Salvador Allende, es presionado por la derecha militar fascista dirigida por la CIA y obligado a renunciar para que su ficha infiltrada general Augusto Pinochet, asumiera la dirección de las fuerzas militares y ejecutara el criminal golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, asesinando al presidente Salvador Allende, instaurando su terrorífica y cruel dictadura neoliberal que organizó la Red terrorista fascista de las dictaduras del Cono Sur con su Plan Cóndor.
El objetivo del águila imperial norteamericano era frenar el nuevo ciclo de ascenso de las fuerzas democráticas, patrióticas y socialistas que se desarrollaban en América Latina y el Caribe con Omar Torrijos, en Panamá, Velasco Alvarado en Perú, Juan José Torres en Bolivia, y Salvador Allende en Chile, primer presidente socialista que alcanza el poder por votación constitucional, democrática y popular. Para lograr ese fin, su propósito fue exterminar a los sectores progresistas, democráticos, patriotas y socialistas, con su pacto de terror entre dictaduras, su Plan Cóndor.
Vuela el águila imperial fascista
El Dictador Augusto Pinochet, creó la Dirección de Inteligencia Nacional ( DINA), dirigida por el general Manuel Contreras, la cual en el marco de la doctrina de Seguridad Nacional de Estados Unidos, actuó como ente coordinador de los aparatos de Inteligencia de las dictaduras de Alfredo Stroessnert (Paraguay), Juan Maria Bordaberry (Uruguay), Hugo Banzer (Bolivia) y Jorge Videla (Argentina), con el fin de exterminar a sus opositores políticos sin límites de fronteras, iniciando así una ola siniestra persecución contra líderes, luchadores populares y revolucionarios que fueron apresados, torturados, desaparecidos, y asesinados. Este plan azotó a los países del Cono Sur y a toda la América Latina y Centroamérica; una ola de terror y guerra sucia guiada por el imperialismo norteamericano en lo que considera su patio trasero.
El 30 de septiembre de 1974, el General chileno Carlos Prats y su esposa Sofia Cuthber, asilados en Argentina, son asesinados en Buenos Aires.
Siguiendo la ruta del terror fascista, el 2 de junio de 1976, ya instalada la dictadura de Videla en Argentina, fue encontrado el cadáver del general Juan José Torres, expresidente de Bolivia y perseguido político del Dictador Hugo Banzer, debajo de un puente en San Andrés de Giles, al noroeste de Buenos Aires.
Ese mismo año, el 21 de septiembre, fue asesinado Orlando Letelier, quien fue Embajador en Estados Unidos, Ministro de Interior, y Ministro de la Defensa, del mártir presidente Allende; en el » Barrio de las Embajadas “, en Washington.
Todos estos crímenes citados por su notoriedad, formaron parte de los miles de hombres y mujeres que por ser líderes y militantes de las fuerzas progresistas, patrióticas, democráticas populares y socialistas, fueron perseguidos, encarcelados, torturados, desaparecidos y asesinados en América Latina por la Internacional Fascista que instaló su sede central de operación en Chile, una vez asesinado el compañero presidente Allende.
Al cumplirse 49 años del asesinato del presidente Mártir Salvador Allende, el águila imperial fascista sigue recorriendo el mundo, incrustada hoy sus uñas nazi en la Europa de Zelenski, con sus laboratorios criminales, y en nuestra América, queriendo seguir clavando sus garras fascistas en nuestros pueblos mediante bloqueos económicos, golpes de Estados, invasiones encubiertas, y atentados presidenciales, con el fin de mantener su hegemonía opresora liquidando toda posibilidad de construcción de patrias libres, soberanas, independientes, y democráticas socialistas. Hoy, más que nunca está prohibido olvidar. Allende Vive.
_______________________________
Miguel Tenía Fernández Docente venezolano
Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad del autor/a
