En Venezuela el 23 junio se celebra el día del abogado para conmemorar el natalicio de Cristóbal Mendoza, quien fuera un destacado abogado y el primer presidente de Venezuela. Muchos abogados afirman que el día del profesional del derecho debería celebrarse el 3 de junio como conmemoración de la entrega del título de abogado a El Libertador, Simón Bolívar, en la Universidad Mayor de San Marcos en Lima, Perú, en el año de 1826.
Indistintamente de la controversia de en qué día de junio se debería celebrar el día del abogado, es de gran relevancia debatir y reflexionar sobre cuál es el abogado y abogada que se necesita en la nueva realidad mundial y nacional. La palabra abogado proviene del latín “advocatus” que deriva de la expresión “ad auzilium vocatus” que significa «el llamado para auxiliar» y esto se refiere precisamente a la labor de la abogacía, en la antigua Roma y en la actualidad, acudir en auxilio y defensa de los derechos e intereses de su representado.
Para reflexionar sobre el rol del profesional que es llamado para auxiliar a sus semejantes en los actuales momentos, debe abordarse los aspectos técnicos, sobre todo desde una dimensión superior como la doctrinal y filosófica, tal como hace algunos años se hizo con la doctrina militar venezolana para visualizar al militar ante nuevos desafíos y amenazas. Augusto Mijares, puntualiza en su obra, Lo afirmativo venezolano: “(…) Explorar, valorizar y defender la dimensión espiritual de Venezuela es tan importante como cuidar de su integridad material o más”. Igualmente, Mijares señala: “Si de nuestra historia no sacamos ninguna lección dinámica, no hay por qué suponer que la encontraremos en otra parte”.
En definitiva, hay que renovar el pensamiento del jurista venezolano desde nuestras raíces y para ello debemos conocer y entender nuestra historia. Efectivamente, tenemos ejemplos de grandes abogados que pueden inspirar trasformación o revoluciones como lo son: Cristóbal Mendoza, Juan Germán Roscio, Miguel José Sanz; pero, sin duda alguna, el de mayor presencia literaria para el estudio y con más acciones republicanas es el colega abogado, Simón Bolívar.
El Análisis desde nuestras raíces históricas pasa por entender qué es en un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, los profesionales del derecho, indiferentemente del rol que cumplan, o si desempeñan cargo público o no, son servidores de un sistema que tiene como objetivo dar justicia a los ciudadanos. Por ello en el área jurídica los desafíos se centran en cómo hacer el derecho más popular, más cercano a la gente, menos burocrático. En conclusión, cómo humanizar el Derecho.
En relación con las amenazas en el ámbito jurídico resaltan la siguientes:
1) Los reiterados intentos de socavar la soberanía territorial o el apoderarse de recursos mediante mecanismos supuestamente jurídicos. Ejemplo de ello es la disputa territorial del Esequibo venezolano, o el despojo de los recursos de Venezuela en el extranjero.
2) La utilización del derecho para realizar guerra jurídica o golpe jurídico, también llamado lawfare, constituye un instrumento de la guerra híbrida encaminada al propósito de deslegitimar el prestigio de mandatarios o ex mandatarios mediante procesos judiciales, sentencias, denuncias o insinuaciones por casos de presunta corrupción o supuesta violación de derechos humanos. La lawfare tiene el objetivo de cambios de régimen, tal como ocurrió en Brasil con Dilma Rousseff, con la candidatura Rafael Correa en Ecuador o el intento de utilizar una institución del sistema de justicia en Venezuela en el año 2016 y 2017 para romper el orden constitucional, a lo que muchos abogados nos negamos a participar renunciando a la misma.
Estas amenazas dejan en claro que la lucha por el Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, es una lucha por la defensa real del concepto de justicia versus la utilización interesada y propagandística del mismo, todo esto enmarcado en la batalla de las ideas del Libertador Simón Bolívar y las de James Monroe. Es necesario tener abogados conscientes del escenario y de las amenazas para defenderse de la mismas, tal como ocurre en el área militar. De ahí la importancia de estudiar al abogado y militar, Simón Bolívar.
El abogado Simón Bolívar, creador de repúblicas, ordenamientos jurídicos y constituciones, quien fue llamado por la lucha de los pueblos para auxiliarle en su independencia, nos marca sus ideas jurídicas mediante distintos discursos y frases donde se evidencia, no sólo un admirable conocimiento del Derecho, un profundo sentir de la idea de justicia, tal como lo expresa:
“La justicia es la reina de las virtudes republicanas y con ella se sostiene la igualdad y la libertad”.
«Las buenas costumbres, y no la fuerza, son las columnas de las leyes; y el ejercicio de la justicia es el ejercicio de la libertad».
“La naturaleza hace a los hombres desiguales en genio, temperamento, fuerza y carácter. Las leyes corrigen esta diferencia porque colocan al individuo en la sociedad para que la educación, la industria, las artes, las virtudes, los servicios, le den una igualdad ficticia, propiamente llamada política social”. Expresando el elemento de equidad indispensable para la concreción de justicia real.
Hoy en Venezuela indistintamente de las creencias religiosas, origen étnico o preferencias partidistas, el abogado y la abogada no deben perder su propósito de abnegación, decoro ciudadano y sincero anhelo de trabajar por el país. Deber ser un patriota convenido y profesional, altamente formado en distintas áreas. Las ideas de Bolívar, se estudian actualmente e inspiran movimientos socio-jurídicos en distintos países de nuestro continente, desde la idea del constitucionalismo bolivariano se lucha contra las normas impuestas en otras épocas y la búsqueda de la justicia con los pueblos y por la paz.
Como señalara el abogado y profesor uruguayo, considerado como uno de los procesalistas latinoamericanos más influyentes, Eduardo Couture: “Ten fe en el Derecho como el mejor instrumento para la convivencia humana; en la justicia, como destino normal del Derecho; en la paz, como substitutivo bondadoso de la justicia; y sobre todo ten fe en la libertad, sin la cual no hay Derecho, ni justicia, ni paz”.
Este conjunto de concepciones teóricas y enseñanzas de dimensión ideológica y filosófica sobre el derecho, inspiradas en nuestras raíces latinoamericanas y bolivarianas se enmarcan en la búsqueda irreverente, pero legal, de ruptura con las estructuras burocráticas para hacer las transformaciones necesarias en la obtención de la mayor suma de felicidad y justicia social.