Cada vez la realidad se confirma más increíble que las propias fantasías conspirativas de la cinematografía norteamericana. Todo se queda corto cuando se trata de dar a conocer el sabotaje contra Venezuela, la falta de ética y agresividad con que actúan los gobiernos norteamericanos, sea que a la cabeza de ellos esté Obama, Trump o Biden, los presidentes van a seguir las políticas perversas del despojo que caracteriza al decadente imperio.
Es tal el nivel de persecución en contra de Venezuela que ahora un avión Boeing 747 de la compañía venezolana Emstrasur, comprado a Irán, está secuestrado desde el 8 de junio en Buenos Aires por mandato de un juez gringo. Más de dos meses en el aeropuerto argentino de Ezeiza. Dicho avión había llegado de México con un cargamento de autopartes.
Era un vuelo regular, realizado en muchas ocasiones, pero Estados Unidos, con la actitud que lo caracteriza de intromisión y matonería, pide a un juez argentino que incaute el Boeing, aduciendo que “se violaron leyes de control de exportación” al haber comprado el avión a una aerolínea iraní y como Irán se halla bajo sanciones, al igual que Venezuela, entonces no puede salir del territorio porque se presume que transportaba armas para terroristas, otros dicen drogas y todo lo que se le puede ocurrir a un gobierno perverso como el estadounidense.
Además, se pretende con esta vil acción quebrar las relaciones entre Venezuela y Argentina, con titulares en sus medios de comunicación del estilo: “La detención del avión, así como la aceptación del pedido de EEUU ha creado tensión diplomática entre los gobiernos de Alberto Fernández y Nicolás Maduro”.
No existen las tensiones entre mandatarios, lo que hay es una demanda de justicia para que el avión sea liberado, así como sus tripulantes que solo ejercían una labor profesional, pero bajo lógicas intervencionistas los norteamericanos los muestran como parte de un complot, que para su provecho existe solo en sus mentes maquiavélicas.
El presidente Nicolás Maduro ha declarado que se trata de dos objetivos, que el país tiene claro que debe recuperar de los despojos o robos que ha sufrido nuestro país, los mil millones de dólares en reservas de oro del Banco Central de Venezuela que están bajo “custodia” del Banco de Inglaterra, y que no nos quieren devolver, y ahora el avión retenido en Argentina de manera totalmente irregular.
La persecución, sanciones estadounidenses creadas, son impactantes por el nivel de agresión a los derechos humanos, que van desde la invasión a países, que solo en nuestra región se registran 30 desde el siglo XIX y 28 fuera del continente, negar la ayuda humanitaria en plena pandemia a Venezuela, Cuba, e Irán, un acto asqueroso y vergonzoso que algún día deberán responder hasta el prohibir que el equipo Iraní en el mundial de fútbol de 2018 en Rusia, use su uniforme oficial porque las famosas marcas que caracterizan a estos juegos estaban prohibidas de vender por el bloqueo. Y más cercano aun, pretender borrar a Rusia del mapa y prohibir su patrimonio cultural, con autores muertos hace siglos, es tan demencial que algún día la historia los juzgará.
Exigimos la devolución de nuestro avión ¡ya!, que cese el despojo de los bienes y se respete la soberanía de los pueblos libres.
Cris González es directora de la revista www.correodelalba.org
