Ayer, 13 de julio, inició en Miami la sexta cumbre “Concordia de las Américas”, un escenario de carácter no gubernamental, que reúne, políticos, actores empresarios, comunicadores, académicos y líderes sociales de la derecha en América Latina para, supuestamente, dar respuestas y análisis a temas que competen a la Región y que abarquen todos los ámbitos.
Una de las charlas que se impartió ayer, estuvo a cargo de varios personajes activos en el panorama político y cuestionados, además, por sus gestiones, como los presidentes de: Colombia, Iván Duque y el expresidente de esa nación, Álvaro Uribe. Ambos dejaron un país con más violencia y pobreza, sobre todo Uribe, quien se encuentra enfrentando un juicio por soborno y acusado de crear las Autodefensas Unidas de Colombia y que, además, en su prontuario histórico que le tienen los Estados Unidos, no se puede olvidar que fue catalogado como el narcotraficante en 1982; Luis Lacalle Pou, presidente de Uruguay que acaba de promulgar la Ley de Urgente Consideración, que le permitirá manejar las leyes y la administración pública a su antojo y lleva a su país a un retroceso en todos los niveles. Otro de los presentes, el polémico Secretario de la Organización de Estados Americanos (OEA) Luis Almagro, recordemos que una de las últimas responsabilidades que afronta es la participación de la instancia multilateral que dirige, en el Golpe de Estado de 2019 en contra de Evo Morales en Bolivia.
Sobre ellos recayó la responsabilidad de analizar “El futuro de la Democracia en América Latina” parece un chiste de mal gusto, pero este tipo de encuentros, que aparentemente son inofensivos, sirven para trazar estrategias de ataques a gobiernos socialistas. Además de forjar alianzas para los próximos años, en cuanto a manejar agendas, discursos, accionar, valores, desde el criterio de la derecha y todo tipo de componendas que les permitan mantenerse a flote en la vida política, social y económica de los países donde suelen hacer actividades, e incluso con capacidad para injerencia en otros países, tal como lo hemos visto en el caso de Venezuela, bajo el escudo de cooperación, ayuda humanitaria, diálogo, cooperación, entre otros. No es casual una charla con dos expresidentes de Colombia, el de Uruguay y el representante de la OEA, tratando la democracia en la Región.
Otras figuras asistentes a este encuentro son la expresidenta de Costa Rica Laura Chinchilla, el periodista Andrés Oppenheimer, Francis Suárez, alcalde de Miami, Debbie Wasserman congresista por Florida, José Paliza ministro Administrativo de la Presidencia de República Dominicana. Varios de los temas tocados como el de China, son transversales a la agenda de los Estados Unidos en su lucha por mantener la hegemonía mundial y en su papel de satanizar países con mercados emergentes y que en este caso planteen la multipolaridad, cosa que para nada beneficia a la política exterior trazada por el hegemón. Tampoco es casual que el gigante asiático unos días antes fuera declarado “un desafío” en la pasada cumbre de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) que actualizó su papel de trabajo en el llamado “Concepto Estratégico”. Los otros temas de género, cambio climático, seguridad, contrabando y pandemia, son quizá un aderezo del que no pueden dejar de discutir. Esa fachada de inclusión y preocupación debe mantenerse, la más peligrosa sigue siendo la agenda de discusión sobre la “fragilidad democrática y el riesgo geopolítico en América” y la alianza política entre líderes de la derecha con el empresariado privado para generar las posibilidades de enlaces para privatizar el sector público de los países bajo la supuesta alianza. Nada sigue siendo casual.
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Nahir González Analista política
