La violencia y el pirata del Caribe

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En los últimos meses en distintos medios de comunicación se habla del proceso judicial iniciado por el protagonista de la película Piratas del Caribe, Johnny Depp, contra su expareja, Amber Heard, por difamación en Estados Unidos, a raíz de publicaciones en distintas columnas de periódicos y revistas donde ella se presentaba como víctima de violencia y abuso doméstico. El revuelo por este juicio en redes sociales y en medios tradicionales se debe principalmente a que ambos son figuras conocidas y famosas del entretenimiento, pero este revuelo coloca de manifiesto una situación global cada vez más recurrente como lo es la violencia doméstica o de pareja.

La simulación de hechos, difamación en esta materia, no debe esconderse y debe ser ejemplarmente sancionada no solo por mentir sino porque atenta contra las verdaderas víctimas y afecta la buena marcha de los sistemas de justicia que deben dedicarse con efectividad a atender a las víctimas de abusos reales.

La escritora, dramaturga, panfletista, filósofa y política francesa, autora de la Declaración de los Derechos de la Mujer, Marie Gouze, conocida por su seudónimo, Olympes de Gouges, expuso que “la mujer nace libre y es igual al hombre en derechos…”. Es importante entender que la lucha que se realiza en cualquier ámbito por la convivencia pacífica, respeto mutuo, no es por los afrodescendientes, por las mujeres o por algún movimiento en especial, cuando se defiende los derechos y libertades se está defendiendo los derechos de todos y todas, los Derechos Humanos no se pueden segmentar en parcelas sino que son un todo.

La violencia contra las mujeres es un hecho real a nivel mundial con cifras alarmantes, pero ello no debe disminuir o menoscabar, por ningún motivo, la presunción de inocencia que todos los ciudadanos tienen cuando se inicia un proceso y se les señala como autor o partícipe de un hecho. De la misma forma que los hombres no son un sujeto jurídico susceptible de sospecha penal generalizada, las mujeres no son un sujeto jurídico susceptible de victimización generalizada, esto es parte de la perspectiva de igualdad entre hombres y mujeres.

El jurista italiano, Luigi Lucchini, en relación a la presunción de inocencia como principio fundamental señaló: “la culpa y no la inocencia debe ser demostrada…”. Nadie es culpable por el solo hecho de ser hombre o mujer. Los defensores de DDHH, indiferentemente al movimiento que representen o en el cual militen, deben luchar por las reivindicaciones de todos los seres humanos desde la visión crítica de los Derechos Humanos.

La protección real de Derechos Humanos, es una dimensión superior a las visiones de los movimientos sexistas, esto indistintamente de la publicidad o moda que impongan estos movimientos. Los que nos asumimos como activistas de DDHH, por formación y convicción, difícilmente asumiremos una denominación o bandera distinta que no sea el igualitarismo, ello entendiendo que la violencia debe ser rechazada de donde venga y que no se puede ser indiferente ante la violencia contra las mujeres, niños o cualquier ser humano. Pero también se debe asumir que la violencia contra el hombre existe y se habla muy poco ya que se esconde detrás del chiste, la ridiculización o las burlas, sustentado en el pensamiento de uno de los sectores sexistas: el machismo.

La escritora, pacifista y defensora de los derechos, Rosa Luxemburgo, señaló: “Luchemos por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres”. Poco se habla de la violencia contra el hombre por miedo a ser señalados o descalificados, pero es una realidad que es cada vez más notoria y que además, por los momentos, no cuenta con todas las herramientas jurídicas para abordarla,  al menos en el caso venezolano no tenemos medidas de protección inmediata o con casas de abrigo para los dependientes económicamente tal como sí ocurre en la violencia contra la mujer.

En este ciclo de violencia contra las mujeres o contra los hombres se presentan las mismas fases: 1) Fase de Tensión; 2) Fase de Explosión de la Agresión y  3) Fase de Arrepentimiento. La violencia y la mala convivencia en pareja no es y no debe enfocarse en una discusión sexista o dialéctica de género, se debe entender que sus efectos son graves para el progreso de las familias y el desarrollo integral de las futuras generaciones. Este ciclo de violencia contra el hombre o la mujer solo se diferencia en el cambio de roles, pero los resultados son los mismos.

Estadísticamente las mujeres, niños y adultos de la tercera edad son los más vulnerables cuando se habla de violencia; aunque las denuncias reflejan con mayor número la violencia contra mujeres debido a los múltiples factores que imposibilitan la denuncia de parte de niños y adultos mayores. Algo parecido pasa con las estadísticas de los casos de violencia contra el hombre ya que, en gran número, dichas víctimas son adultos mayores, personas con movilidad reducida o personas que se abstienen de denunciar para evitar ser sometidos a burlas o la incredulidad inicial de los hechos.

En el juicio del intérprete del pirata Jack Sparrow y la intérprete Mera en Aquaman, difícilmente podría decirse que ganó alguien o que alguno no es agresivo, aunque sea verbalmente. Todo apunta a que podrán interpretar más personajes en el futuro; pero en ese proceso jurídico, como en la mayoría de las parejas en esa situación, Johnny Depp y Amber Heard perdieron por completo. La violencia no tiene género y en ella no sale libre ni victorioso nadie. Como señala la escritora y pacifista Rosa Luxemburgo: “Luchemos por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres”.

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Yonder Canchica Abogado venezolano experto en Derecho Internacional

Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad del autor/a

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