Periodista, escritora, poeta, artista plástica y diplomática venezolana, Kris González ha escrito los poemarios Espigario (Pinves, 2020) y Albario (Pinves, 2021), presentados en Bolivia, Cuba, Argentina, Venezuela y Chile.
Con el apoyo del Grupo Soberanxs, el capítulo argentino de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad (REDH), el Centro Cultural Padre Mugica y la revista Correo del Alba, el próximo viernes 17 de junio, a las 21:30 hrs., la escritora se dará cita con las y los lectores bonaerenses para presentar su tercer poemario, Altiplano, en el Centro Cultural Padre Mugica, calle Piedras 720, San Telmo, Ciudad de Buenos Aires, Argentina.
Para hablar de Altiplano y del próximo recital poético nos entrevistamos con Kris González.
¿Cómo surge este tercer poemario?
El elemento central de este libro es el poema a la ciudad de LA Paz, escrito sin ninguna pretensión, pero con toda el alma. Recoge parte de los dolores sufridos por la diplomacia venezolana, agredida, cercada, atacada y expulsada por los golpistas, en uno de los primeros actos en contra el Derecho Internacional cometidos por un gobierno de facto que, a solo horas de haberse instalado, arremetió en contra de dos delegaciones internacionales: la Misión venezolana acreditada en Bolivia, así como la Brigada Médica cubana.
Fue justamente en esas jornadas, donde la rabia y tristeza fueron transformándose en palabras, que di forma y vida al poema de La Paz, en medio de un escenario de crímenes, racismo y demencia. En un doble sentido está dedicado a la paz, por la que luchamos todos y todas, y a esta ciudad tan sui géneris que es Nuestra Señora de La Paz.

A finales de 2020, para la toma de posesión del presidente Luis Arce, en el épico proceso de recuperación de la democracia volví a La Paz, de la que había sido expulsada un año antes, a rescatar lo que quedara de la revista Correo del Alba y de la Editorial Pinves, además de recuperar parte de mis enseres.
En 2021, en medio de la pandemia, recrudecida con las oleadas del virus, me encontré confinada en La Paz, lejos de mi familia, entonces miraba a través de un gran ventanal el curso de la historia que nos había traído de vuelta la democracia. Mientras tanto, en los claros, entre oleada y oleada, se abrían los aeropuertos y pude al fin recorrer de un lado a otro, y seguir escribiendo.
Por eso, y por mucho más, le debía un poema a mi ciudad collita, que con tanto amor me recibió de vuelta.
¿Qué encontrarán en sus páginas las y los lectores?
En Altiplano encontrarán 61 poemas que marcan esos tres años relatados, pero que igual hacen hincapié en lo que escribía cada domingo en la ciudad de La Paz, en el ámbito de la pandemia. Forman parte de la adversidad en la que nos encontramos en pleno golpe de Estado y después de la soledad en los confinamientos.
Finalmente, unas palabras a quienes asistan a tu recital en Buenos Aires…
Espero un contacto con los amantes de la poesía, consagrado a través de la declamación, y recibir sus impresiones, sean cuales fueran, en un esfuerzo de comunicación en redes sociales no virtuales, sino físicas y presenciales.