Han concluido las elecciones colombianas. El resultado demuestra que el 19 de junio de este año, habrá una segunda vuelta. Gustavo Petro y Rodolfo Hernández se medirán para ver quién se sienta en la silla presidencial del palacio de Nariño en Bogotá.
Rodolfo Hernández, un populista sin programa ni idea claras, se ha colado por los palos como se dice en el hipismo y le disputará a Petro la presidencia de la República. Un personaje gris, tildado de populista, que nunca asistió a un debate público, será el abanderado de la ultraderecha colombiana para detener las aspiraciones de cambio.
Pese a los esfuerzos de Petro, su votación no superó el 50% exigido y deberá medirse en segunda vuelta. Muchas cosas para revisar en su campaña. Titubeos de última hora, la feroz campaña de la derecha, las presiones internacionales, hicieron mella en sus votantes. Pese a que se esperaba una votación cercana a los 10 millones de votos, hubo un atascamiento de última hora que permite lecturas diversas.
Una cosa sí queda clara, el pueblo de Colombia se cansó del Uribismo. Su candidato apenas obtuvo un 23% que lo saca de aspiraciones directas a la presidencia. Con la derrota del Uribismo se derrota al narcotráfico, al terrorismo de Estado, al paramilitarismo.
Sufrido el pueblo de Colombia que busca un cambio, pero que evidencia en la votación, niveles de timidez o de poco convencimiento consciente para dar el gran salto y asumir las transformaciones que esa sociedad demanda. El 19 de junio el plan de la derecha será desplegar una gran cayapa contra Petro. Impedir su triunfo a toda costa será el objetivo central. Ante ello, cualquier cosa puede ocurrir.
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Félix Roque Rivero Abogado venezolano
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