El periodismo está de luto por Shireen y Francisca

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En menos de 24 horas dos mujeres periodistas fueron asesinadas, la palestina Shireen Abu Akleh (51 años), con una gran trayectoria; y la chilena Francisca Sandoval (29 años). Ambas murieron a causa de disparos, las dos ejerciendo su oficio de informar, claramente identificadas como prensa. ¿Podría pensarse que se dispara intencionadamente contra objetivos comunicacionales ya estudiados?

Shireen de Al Jazeera fue asesinada por el Ejército israelí, mientras militares israelitas ejecutaban una operación en el campo de refugiados de Yenín, en el norte de las tierras palestinas ocupadas en Cisjordania; recibió un disparo en la cabeza y murió poco después de su ingreso en un hospital. Su compañero de fórmula reporteril también fue gravemente herido en la espalda.

Francisca cubría la Marcha del 1 de Mayo, cuando fue impactada por una bala y quedó en coma, con el cráneo destrozado, y falleció después de 11 días luchando por vivir. El disparo presuntamente provino de bandas de la delincuencia organizada que dispararon a periodistas en medio de la manifestación en el popular barrio Meiggs, en el centro de la capital chilena. Otros dos periodistas también resultaron heridos en el tiroteo, es decir, se apuntó a matar al grupo de periodistas que reportaban, quienes no estaban protestando, pero, aunque así hubiera sido, debe protegerse el derecho a la protesta. Francisca y sus compañeros trabajaban para Señal 3, un canal comunitario del histórico barrio La Victoria, con incontables episodios de resistencia a la dictadura de Pinochet.

Horror e impotencia por el asesinato de ambas periodistas. Indignación por el exterminio sistemático de todo un pueblo ante la permisividad de un mundo que normaliza la masacre contra Palestina por más de medio siglo. La bala que mató a Shireen provenía del Ejército israelí, que invade, mata y tortura en Palestina sin ningún pudor, a vista y paciencia del mundo.

Shireen era conocida por los pueblos árabes, quienes a través de ella y su corresponsalía se enteraban de los atropellos y crímenes cometidos por los israelíes en su suelo patrio. Se ha remecido al periodismo mundial con estos asesinatos. En una coincidencia, explicable porque en ese país radica la mayor comunidad palestina de Sudamérica, muchos familiares de Shireen viven en Chile, muchos han nacido en este país, ella no quiso migrar, aun cuando quedó huérfana muy pequeña; siempre quiso mostrar la realidad de su pueblo despojado de su territorio.

Por su parte, Francisca Sandoval era considerada una luchadora y comunicadora social popular de un medio independiente que muestra las realidades que no están en la agenda de los medios convencionales, donde está ausente la cultura de los barrios, la memoria, las luchas sociales, la creación y la educación popular.

El Ejército israelí ni siquiera respetó el funeral de Shireen, su ataúd casi cae al suelo porque policías israelitas reprimieron duramente a la multitud de palestinos y palestinas que se reunieron para despedirla; agresiones imperdonables que rápidamente se olvidan, porque ya es costumbre la noticia de la muerte de palestinos y palestinas a manos del ejército de ocupación. Terrible.

No pierdo la esperanza de que haya justicia para Shireen y Francisca y que ambos casos sirvan de freno a la injusticia cometida contra los y las periodistas en el mundo, que se acabe el temor al periodismo ético que interpela al poder y representa a los pueblos, sin tener que pagar con la vida el informar de manera honesta y comprometida como lo hicieron estas dos periodistas víctimas de la violencia. ¡Honor y gloria!

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Cris González Directora de Correo del Alba

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