El rol de la mujer en la construcción del modelo productivo socialista

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Como lo expresaba el presidente Hugo Chávez con tanta vehemencia: «…No habría revolución sin mujeres, no habría proceso social alguno sin la participación de las mujeres. Por eso, una de las grandes batallas sociales, morales e ideológicas de nuestra revolución es lograr que las mujeres ocupen el lugar que les corresponde, a la par del hombre, en igualdad…”

Si se analiza la coyuntura actual, donde los poderes imperialistas y capitalistas decididamente, y con mayor ímpetu, han lanzado contra Venezuela una arremetida brutal, salvaje, que se traduce en guerra psicológica, guarimbas, asesinatos selectivos, terrorismo, y una pertinaz guerra económica, se hace necesario, vital, que la participación para revertir tal situación sea categóricamente planificada, para lograr con contundencia el objetivo de la Revolución: «La suprema felicidad social». Tal planificación debe superar los paradigmas históricos en torno a la participación de la mujer y su rol protagónico, que en las diferentes épocas estuvo relegada a tareas que nada tienen que ver con el desarrollo intelectual, técnico, productivo, académico; es por ello que hoy, cuando el país demanda de una población preparada y formada para atender las necesidades propias, se deben poner a tono todas las capacidades con el fin de desarrollar ese Modelo Económico Productivo Socialista, que de una vez y para siempre, derrote el capitalismo salvaje que tanto daño ha hecho a la humanidad. No se puede seguir combatiendo las conspiraciones golpistas solo con las ideas, es con el accionar, en función de desarrollar ese modelo económico con el cual se dejará de ser presa fácil de una guerra económica que «por ahora», se ha valido de las debilidades que se tienen como país, entre la que destaca, una economía dependiente de las exportaciones; en tal sentido, se procura pasar a ser un país capaz de producir lo que se requiere para cubrir las necesidades de la población.
Si se quiere avanzar en tan pertinaz tarea, deben las mujeres, comprometidas con el desarrollo del Plan de la Patria, fortalecer la formación, ampliar el horizonte, el cual pasa por entender que no solo se es buena como artesana, o en la confección de prendas de vestir (sin denigrar de tan loables oficios), sino que pueden insertarse en cadenas productivas, de procesos industriales, que den valor agregado a la producción a gran escala, incorporando innovación, tecnología, recursos y materia prima endógena, entre otras cosas.

Lo que se pretende con este escrito, no es generar una diatriba en cuanto a los roles de hombres y mujeres sino destacar la importancia que la participación de ambos, como un todo, tiene en la transformación real y consciente para la construcción del “Socialismo Bolivariano del Siglo XXI”

El “cambio de época histórica”.

Indudablemente que fueron nuestros valientes líderes, hoy reconocidos como héroes, que con coraje y sin temor ofrendaron sus vidas para hacer de nuestro país una República independiente, libre y soberana, pero también nuestras mujeres, que junto a ellos lucharon, de forma sostenida y con espíritu indoblegable para la concreción de la tan anhelada libertad. Sin embargo, en ningún relato histórico, documento u otro forma de sistematización de esa época, se reflejan cuales fueron esas ideas o propuestas impulsadas por mujeres para generar las transformaciones que se fueron suscitando a lo largo del proceso independentista, solo se refleja el coraje demostrado por algunas reconocidas heroínas, desde el punto de vista de la fuerza y valentía pero es poco lo que se reconoce desde el campo de las ideas, y haciendo un acercamiento a lo contemporáneo, en el campo de la ciencia y la tecnología.

Cuando se habla del “cambio de época histórica” se hace necesario reflexionar en cuáles son esos cambios trascendentales que se requieren para la verdadera transformación del modelo; pasa por entender que no se trata solo de cambios inesperados, abruptos o imprevistos, pero manteniendo el mismo contexto o modelo cultural, sino que lo que se persigue es la ruptura de paradigmas, la transformación cultural que permita avanzar en nuevas formas de relación entre los seres humanos, inclusive, en su relación con el ambiente y con los demás seres vivos. Un “cambio de época” que conlleve la transformación profunda de la estructura mental y psicosocial del ser humano, como aspecto fundamental para que pueda darse el nuevo modelo de sociedad que se persigue. Difícilmente se puede transformar el entorno si antes no se ha transformado el individuo. He ahí donde se presenta el quiasmo: se trata de un “cambio de época” o tan solo estamos ante una “época de cambio”

Son diversos los paradigmas que se deben romper para la transformación del Modelo Productivo Socialista, todos ellos asociados al patrón cultural, de ahí lo difícil y contradictorio del hecho. Citando un ejemplo de tales contradicciones, en lo referido al “machismo”, conducta repetida en diferentes épocas de la historia, llegándose a los extremos que sean las mismas mujeres practicantes y promotoras de esa conducta.

Sin embargo, así como se presenta el caso anteriormente planteado, también hay ejemplos que denotan como puede romperse con paradigmas históricos que permitan avanzar en el “cambio de época”, tal es el ejemplo de Venezuela en lo que se refiere a la unión cívico militar, transformación que ha sido fundamental para la construcción del Modelo Socialista que se persigue crear.

Si se quiere empezar con una nueva época, se hace necesario comprender las vulnerabilidades actuales y las formas en que se presentan, en particular en las mujeres, lo cual pasa por reconocer que una de estas vulnerabilidades es la feminización de la pobreza.

La idea de desarrollo en perspectiva histórica. La política: ¿Qué queremos?

En principio analicemos el factor político, el cual debe agrupar todos los actores (mujeres y hombres) hacia objetivos comunes:

  1. Develar, enfrentar y neutralizar la guerra que desarrolla el enemigo en el campo político, económico, psicológico y avanzar con el pueblo organizado como vanguardia, en la lucha por lograr la recuperación de la economía nacional y permanencia del proceso revolucionario.
  2. Acompañar las orientaciones estratégicas de la Dirección Ejecutiva y Política-Militar de la Revolución y garantizar su cumplimiento en el seno de las organizaciones de base del Poder Popular.
  3. Ampliar el papel de la propiedad social en el tejido productivo nacional, generando la revolución económica productiva post petrolera en manos del Poder Popular.

La estrategia: ¿Cómo hacerlo?

Se hace necesario la identificación y caracterización del enemigo y cómo enfrentarlo, romper con la manipulación mediática que ha impedido a muchos sectores de la población tal identificación. En tal sentido, se debe:

  1. Desarrollar una ofensiva política, movilizadora y comunicacional que devele la guerra económica, su origen, sus manifestaciones, el carácter fascista del enemigo que la propicia y, con ello, el impulso de acciones desde el Poder Popular en defensa de la economía nacional. Así como el enemigo ha logrado permear la mente de gran parte de la población, se requiere un accionar contundente que contrarreste ese ataque sistemático montado por laboratorios externos.
  2. Fortalecer la organización popular para la defensa de la economía a través de los distintos comités de trabajo de las organizaciones de base del Poder Popular, nucleado en el accionar de los Comités para la Defensa Popular de la Economía.
  3. Contribuir a la unidad y a la coordinación de las organizaciones del Poder Popular y movimientos sociales en torno a las directrices que emanen de la Dirección Ejecutiva y Política-Militar.
    En conclusión:

Son variadas las opciones que debemos aplicar pero lo necesario es su aplicación, que cada hombre y mujer del territorio venezolano cumpla el rol que le corresponda en esta transformación, que se generen desde las instancias de Gobierno las políticas públicas que dinamicen el Plan de Desarrollo Económico, con la perspectiva social y política que conlleva el Nuevo Modelo Económico Productivo que el país requiere; y como lo decía Eloy Alfaro (Ex Presidente de Ecuador), “…en la demora está el peligro”.

Para cerrar, también es importante aludir al pensamiento de nuestro Libertador Simón Bolívar, analizado y plasmado por el Presidente Hugo Chávez:

“El proyecto Ético Socialista Bolivariano tiene como misión la superación de la ética del capital y se centra en la configuración de una conciencia revolucionaria, de la necesidad de una nueva moral colectiva, que sólo puede ser alcanzada mediante la dialéctica de la lucha por la transformación material de la sociedad y el desarrollo de la espiritualidad de los que habitamos en este hermoso espacio de tierra que es Venezuela. Tal dialéctica debe llevarnos a fundar la convicción de que, si nosotros mismos no nos cambiamos, de nada valdría cambiar la realidad exterior”.
Proyecto Nacional “Simón Bolívar”.

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Olga Tejada venezolana Msc en Seguridad de la Nación

Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad del autor/a

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