La paz del planeta pende de un hilo y de un mal y cruento comediante

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Zelenski, no es un gobernante  sincero ni quiere la paz,  porque sus ambiciones están por encima del propio pueblo de Ucrania y si para satisfacerlas  necesita volver a Kiev un cementerio en ruinas lo hará,  porque él es fruto de una sociedad ucraniana descompuesta, intoxicada por las drogas, un relato de pueblo sufrido, con una economía en manos de mafias  oligarcas que viven del comercio ilícito, de una nación dividida dónde la cultura y el idioma ruso, que por siglos domina regiones Ucranianas, quieren borrarlo y para ello usan los medios y la represión y exaltan al racismo, al nazismo y a la guerra fratricida entre hermanos de un mismo pueblo. Por un lado, sostiene reuniones y un supuesto diálogo con los negociadores de la Federación Rusa. Pero, por otro lado, se dirige a los parlamentos del Reino Unido, Alemania y otras naciones para, como buen comediante, montar un show y sacarles de sus dramáticos discursos más y más dinero y armas potentes como los misiles de racimo que ha usado contra objetivos civiles y acreditar tan brutal agresión a los Rusos; todo bajo el pretexto 

supuesto de defender Ucrania, que él mismo ha convertido en un país en llamas, a través de su ejército al comando de sus  paramilitares de Azov. Zelenski, no quiere la paz y gana tiempo con esos encuentros porque su compromiso histórico es acabar con Rusia, y para eso aprovecha la estrategia norteamericana: la OTAN y sus aliados lacayos de la Unión Europea, que hace años fijó entre sus objetivos; dominar y acabar con la potencia Rusa e impulsar una guerra sin límites ni fronteras. No le importa ser el causante de una Tercera Guerra Mundial, sino cumplir su sueño de ser actor de la peor guerra más nefasta que recordemos. La Guerra Nuclear.  Zelenski aspira convertir a Ucrania en su gran escenario hollywoodense bélico, pero lleno de miles de muertes y sangre real por doquier.

Ese comediante, engañó no solo a parte de su pueblo para matarse entre sí, sino que está logrando engañar al mundo para justificar su encarnizada y fratricida guerra, como lo hizo su admirado héroe de la raza aria germánica Adolf Hitler, que cargó, en su propósito de dominar al mundo, con millones de muertos sin lograr sus fines. La obsesión nazi de Zelenski, es una paradoja porque inexplicablemente cuentan con el apoyo de Europa quienes hace más de 70 años fueron precisamente víctimas del nazismo. ¿Será aún muy tarde para que surjan líderes que en Europa y el Mundo se aparten de esa estúpida guerra provocada y financiada por la OTAN?

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Ignacio Ramírez Romero Master en Relaciones Internacionales

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