Ecuador evidencia los impactos de las sanciones a Rusia

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¿Qué esperaba Estados Unidos de Norteamérica, OTAN y la Unión Europea, que la Federación de Rusia, se quedara callada, frente a tamañas agresiones ejercidas en rededor de sus fronteras sembradas de bases militares? A nadie, absolutamente a nadie, nos gusta la guerra, por sus fatales consecuencias y desenlace, por los cientos y miles de víctimas mortales, que genera , personas forzadas y condenadas a la migración , destrucción  de infraestructura física de ciudades,  incalculables pérdidas socioeconómicas,  y lo más valioso e irremplazable: pérdida de vidas humanas, que jamás podrán recuperarse, sumados los daños colaterales en millones de niñas y niños que no podrán aferrarse al presente, porque está lleno de traumas al más demencial estilo del cine de acción de Hollywood, que extermina  ciudadanos/as rusos/as por el nazi fascismo enraizado en Ucrania, en las repúblicas independentistas de Donetsk y Luganks.

La mediática canalla internacional, no cesa en su perversa penetración de fake-news, en endosar al presidente Vladimir Putin, la crisis y decadencia del capitalismo, que cuelga sobre las economías de Europa, una hegemonía en ciernes, en descalabro del imperialismo norteamericano, venido a menos en complicidad con Gran Bretaña.

El mapa del hambre está a la vuelta de la esquina, expresan algunos analistas, mismo que evidencia en América Latina y El Caribe, el peso de esas sanciones impuestas arbitrariamente a Rusia. Argentina, otrora el granero del mundo, hoy agobiada por el peso de una inmensa deuda externa, insensible, injusta, e inhumana, generadora de profundas brechas sociales, asimetrías e inequidades, diseminadas en la región.

Geopolíticamente la economía se ha convertido en un arma de guerra, que impone el capital financiero y especulativo a los pueblos de la región. Es notorio que los grandes beneficiarios del conflicto son los Complejos militares y mencionado capital financiero especulativo, fundamentalmente norteamericano, así como el lobby sionista.

El trigo ruso, los comodities como petróleo, gas, se han convertido en armas de guerra, por culpa de las extremas derechas europeas y norteamericanas que profundizan el horizonte hacia un mundo multicéntrico y multipolar. Estados Unidos, esto lo vino preparando y planificado hace mucho tiempo, incubando la guerra fría 2.0, a la que subyace un comportamiento muy hipócrita y de doble rasero como acostumbra.

Al parecer se equivocaron los tanques de pensamiento norteamericanos con Rusia, al no tomar en cuenta que es el país más grande del mundo geográficamente, concomitante que el trauma de la Perestroika y las denominadas revoluciones de los colores ya pasaron en Europa del Este, y que ahora, le apuesta al multipolarismo y presencia en Latinoamérica. Es una potencia tecnológica, científica, aeronáutica-espacial, militar, nuclear, con grandes reservas de recursos naturales, minerales metálicos y no metálicos.

El gasoducto de Rusia del NortStream 1, sigue pasando por Ucrania, rumbo a Europa. Las recomendaciones de Josep Borrell, representante de la UE, para Asuntos Exteriores y Políticas de Seguridad, de ajustarse los cinturones y dejar de consumir menos gas, a pesar de que el precio de la energía se ha disparado, se está duplicando, la gente no se va a dejar morir, por falta de calefacción; recomendaciones ignoradas y que jamás serán acatadas.

En América Latina, ya se sienten los impactos de las medidas y sanciones impuestas de manera arbitraria y unilateral, que además configuran una violación del derecho internacional. Se evidencia la escasez de urea, fertilizantes y otros insumos agrícolas que provenían de Rusia, así como del trigo, importante producto alimenticio muy necesario para la elaboración del pan y otros derivados presentes en las mesas de las familias latinoamericanas.

En el caso específico del Ecuador, cinco productos de exportación son los afectados empezando en su orden: banano, camarones, pescado, flores y cacao. Siendo el rubro más alto el del banano que superó el volumen de 800 millones de dólares anuales, camarón, flores, cacao, café, que impactan en la economía de las familias articuladas al sistema productivo, en calidad de trabajadores/as.

En la exportación de flores corren el riesgo de perder su plaza de trabajo 28 mil mujeres, que son cabeza de familia, o familia monoparental. Banano y productos elaborados USD$750.8 millones, flores USD$99.4 millones, camarónUSD$141.6 millones, pesca fresca y enlatados USD$27 millones, y café industrializadoUSD$16.6 millones son los cinco principales productos no petroleros que exporta Ecuador a Rusia y a Ucrania”.Son datos del Banco Central del Ecuador (BCE) cortados a diciembre del 2021 y recogidos por la Corporación de Gremios Exportadores del Ecuador (Cordex).

A Rusia se le venden, además, brócoli, plátano y cacao y elaborados. En total, las exportaciones no petroleras a ese país sumaron USD 999,7 millones. A Ucrania llegan también plátano y cacao y elaborados. Las ventas a ese mercado sumaron USD 124 millones.  Banano y elaborados USD$ 80.6 millones, flores USD$19.5 millones, camarón USD$17.7 millones, pesca fresca y enlatados USD$ 5,7 millones, café industrializado USD$ 0.48. Cifras y fuente del Banco Central del Ecuador a diciembre del 2021. De acuerdo a estos datos Rusia, es el quinto mercado principal de las exportaciones locales. Mientras que Ucrania, está en el puesto 28. Las ventas a ambos países tienen una composición similar. En cuanto a importaciones, de Rusia se traen combustibles, abonos y productos químicos inorgánicos, mientras que a Ucrania se le compran jabones, grasas y azúcares. Rusia ocupa el puesto 14, detrás de países como Estados Unidos, China y Colombia, mientras que Ucrania está en el puesto 86.

 El escenario económico para el Ecuador en el Conflicto de Rusia y Ucrania

Básicamente se verá reflejado en una dramática reducción de las exportaciones de banano, camarón y flores, incremento del precio de los fertilizantes e insumos para la agricultura, avicultura, importados.

La búsqueda de otros mercados significará posiblemente la reducción de costos de los productos, sumado el mayor costo de producción para los agricultores ecuatorianos, que incidirá tácitamente el impacto en la masa de trabajadores/as articulados a estos sistemas de producción, con la reducción de las plazas de trabajo, aumentando las cifras de desempleo y subempleo.

Es importante señalar que en el Ecuador, hay una crisis socioeconómica generada, misma que es un acumulado cercano a los cinco años, debido a la presencia de dos regímenes de neoliberalismo autoritario, que han terminado golpeando  los logros y conquistas de la denominada década de la Revolución Ciudadana, entre 2007 y 2017.

Actualmente, esto significa la abrupta caída del empleo, despidos intempestivos, precarización laboral, disminución presupuestaria en salud, educación, a la que se suman los nefastos impactos y secuelas dejados/as, por la pandemia de la Covid-19 y sus variantes, que no detienen el contagio y generan víctimas mortales, a pesar de la inoculación de la vacuna con tres dosis.

Es inaudito que, en plena pandemia, en vez de canalizar recursos económicos para paliar la crisis socioeconómica del pueblo ecuatoriano, Lenin Moreno, pagó USD$ 1.230 millones, a tenedores y acreedores de la deuda externa, en vez de aminorar el impacto económico-sanitario, en beneficio de las grandes mayorías, recomendaciones que fueron realizadas por el FMI, y jamás aplicadas, por el contrario,  con el régimen de Guillermo Lasso, un presidente proveniente de la banca, se han acelerado los impactos negativos en contra del pueblo.  

Con las sanciones impuestas a Rusia, cerca de USD$ 2 mil millones ingresarán al Ecuador, como resultado del incremento del precio del barril de petróleo a cerca de USD $120.Es evidente que el presidente Guillermo Lasso, sólo entiende de capital financiero y especulativo pues, no ha dejado de ser banquero, además es dueño de uno de los bancos más grandes del Ecuador, y ha retornado al tratado bilateral de inversiones Ciadi, mediatizado por arbitrajes, que son impuestos por el Banco Mundial, que terminan estrangulando derechos fundamentales del pueblo ecuatoriano. Es sorprendente que USD$ 9 mil millones de reserva monetaria, están fuera del Ecuador, que bien podrían servir para reactivar el aparato productivo y tejido social del país.

Hoy, primero es la deuda y después el pueblo. Sin políticas públicas, se ha retornado a la criminalización de la protesta social, que es un derecho constitucional. La crisis será pagada por el pueblo, ya ha comenzado una ola especulativa en los precios de la canasta básica familiar, que bordea los USD$ 800. Mientras que el salario básico en el Ecuador es de USD$425 y hay una tendencia al alza derivada del conflicto Rusia-Ucrania, así como del incremento en el precio del barril de petróleo, a pesar de ser un productor petrolero, importa gasolinas que inciden en toda la cadena de transporte, de productos alimenticios e insumos agrícolas.

A propósito, más grave, si el dólar se desvaloriza, no hay que olvidar que el Ecuador tiene una economía dolarizada. Indicadores del Banco Central del Ecuador, evidencian cómo se contrae la economía en desmedro del capital. Ya se nota el malestar en los diferentes gremios y sectores sociales, por una crisis acumulada, a la que se suma el impacto de Rusia.

En la Asamblea del Ecuador, hay un proyecto legislativo denominado “Ley de Inversiones” de alianza público- privada, que quiere profundizar y agudizar la situación socioeconómica del pueblo y viabilizar las condiciones para concesionar y seguir privatizando las empresas públicas estratégicas que tienen que ver con petróleo, energía hidroeléctrica, telecomunicaciones, salud, educación, sistema penitenciario y sistema de seguridad social.

El Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social en el Ecuador (IESS), tiene el Banco del Instituto de Seguridad Social (BIES), con una cartera de más de USD$ 25 mil millones, que es un atractivo para los bancos privados como Banco Pichincha, el más grande del Ecuador, con una cartera de USD$ 8 mil millones y Banco de Guayaquil, con una cartera de USD$ 3.700 millones.

La pretendida alianza público- privada, no es más que una descarada aceleración radical de un neoliberalismo autoritario, que quiere arrasar con todo lo público que, desde luego, está impedido constitucionalmente. A este régimen le importa un bledo, por el contrario, ha retornado a los arbitrajes bilaterales internacionales de inversión, con anuencia de la Corte Constitucional. Esto se traduce y significa agitar el clima de conflictividad sociopolítica.

Este régimen de filiación político-ideológica demócrata cristiano, es de la misma estructura del que generó el denominado feriado bancario de 1999, que le costó al Ecuador cerca de USD$ 8 mil millones. Lo que generó el congelamiento del dinero del pueblo y cerca de 3.5 millones de ecuatorianos/as, fueron expulsados a la migración, los que mantienen una remesa de más de USD$3.500 millones, de acuerdo con informaciones estadísticas del Banco Central del Ecuador en 2021.

Así mismo, este 22 de marzo se le quitaron los grilletes a tres perseguidos políticos, militantes de la Revolución Ciudadana, Paola Pabón, prefecta de la provincia de Pichincha, al parlamentario andino, Virgilio Hernández, y al activista social, Cristian González, que lo arrestaron durante 28 meses por un delito señalado como  de rebelión política en octubre del 2019, el que nunca fue comprobado, por el contrario,  configuró como una persecución política selectiva y que la Asamblea del Ecuador, resolvió con la amnistía para 268 personas.

Desde el gobierno se hace uso de la narrativa del nefasto régimen de Lenin Moreno, para seguir criminalizando la protesta social, que orquestó el golpe de Estado en Bolivia, con el desenlace, que ya es conocido de violaciones a los derechos humanos.

Ecuador, mantiene un clima sociopolítico de tensión con diferentes gremios y organizaciones sociales, que no van a permitir la radicalización del neoliberalismo autoritario sumado el conflicto de Rusia.

En la geopolítica internacional se abre el camino para un mundo multicéntrico y multipolar. En América Latina y el Caribe, hay que recuperar y fortalecer las nuevas estructuras de integración de nuestros pueblos como son Unasur, Celac, Alba, desde las lógicas, dialécticas y miradas de unidad en la diversidad contrahegemónicas y antiimperialistas.

Parafraseando a Mahatma Gandi “No hay caminos para la paz, la paz es el camino”.

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Luis Ernesto Guerra Analista político y activista de Derechos Humanos

Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad del autor/a

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