Para eso parece que nací: para batallar por la patria.
Hugo Chávez
La talla de un gigante que siguió las huellas e improntas de Simón Bolívar, Sandino, Fidel, Ernesto Guevara, que nos convoca a parafrasear: “No somos parientes, pero si usted ha sufrido alguna injusticia, entonces somos compañeros”. La injusticia social y profundas asimetrías que han golpeado a los pueblos, como expresión de una salvaje acumulación capitalista y un neoliberalismo autoritario, que han concentrado riqueza en pocas manos, que ha rayado en recurrentes violaciones de Derechos Humanos, movieron al gran ser humano Hugo Rafael Chávez Frías, venezolano de nacimiento, bolivariano, peronista, latinoamericano, internacionalista, solidario de corazón, anticolonialista, antiinjerencista, antiimperialista de convicción y defensor de la paz. Propulsor de la integración con rostros de seres humanos y humanas, en tinta e improntas de mujeres y hombres, que contribuyen a la construcción de la Revolución bolivariana, de la Patria Grande y decolonización de las perversas epistemologías del imperialismo internacional, que comete vandalismo y saqueo de las soberanías, que no responden al clivaje y mirada de doble rasero del orden y consenso de Washington, que estrangula la libre autodeterminación de los pueblos.
“Soy un profundo peronista de corazón, porque el general Juan Domingo Perón fue un soldado de América y del pueblo que compartió la misma línea que San Martín y Bolívar”, dijo Hugo Chávez.
Su morral revolucionario y humanista se caracterizó por combatir e interpelar al yanqui invasor, aunque no faltaron los recurrentes intentos de magnicidio. Chávez impulsó los acuerdos de paz de Colombia, empezando en San Juan del Caguán y culminando en La Habana, pero los regímenes neofascistas los han violentado e incumplido. Los que siguen ensangrentado de violaciones de Derechos Humanos al hermano pueblo colombiano.
El Comandante sigue naciendo y sigue creciendo en millones de seres humanos que aman la justicia social y la vida en abundancia en América Latina, el Caribe, en el tránsito y caminar hacia un nuevo mundo multicéntrico, multipolar.
“Come here míster Danger, cobarde, asesino, eres un genocida, eres un alcohólico, eres un borracho, eres un inmoral, eres lo peor, míster Danger, eres un enfermizo, lo sé personalmente”, dijo Hugo Chávez sobre George Bush hijo en 2006.
No pudieron apagar su sueño revolucionario de ver a Venezuela bolivariana sin las sombras nefastas y perversas del imperialismo norteamericano e internacional, que hoy mantiene un bloqueo, medidas coercitivas unilaterales, órdenes ejecutivas, asedio e injerencia en contra de un pueblo al que se le pisotean sus derechos fundamentales.
“Unidad, lucha, batalla y victoria”, aconsejó, porque el hegemón estadounidense recurre a su doctrina Monroe de que Latinoamérica es para los norteamericanos.
Quien se atreve a irrumpir con su modelo de democracia, orden y establecimiento o escoge uno de los principios contemplados en la carta fundacional de las Naciones Unidas, como la libre autodeterminación, es objeto de persecución, sabotaje e intento de magnicidio, amenaza, asedio, de penetración con su trillada y tan cacareada ayuda humanitaria a la que subyace el trasnochado apetito de invasión, con mercenarios, marines, CIA y mossad sionista.
“Los Estados Unidos de Norteamérica han venido para plagar el mundo de injusticias”, agregó Hugo Chávez .
Se convirtió en pueblo, porque brotó del vientre del pueblo, bebió del pensamiento libertario, independentista y emancipador. No pudieron callar y silenciar su voz en el concierto internacional de los pueblos, que junto al comandante Fidel construyeron nuevas formas de integración de Latinoamérica y el Caribe, ALBA, Celac, Unasur, pero el perverso gendarme del mundo, que agita y enciende conflictos, pretende llevar su denominada ayuda humanitaria, que se traduce en miseria hambre, opresión, vandalismo y saqueo de los recursos naturales, que Venezuela los tiene en abundancia, al igual que un gran tejido sociocultural de seres humanos y humanas, de pueblos originarios y venidos de la diáspora de la madre África.
“ El diablo está en casa. Ayer el diablo vino aquí. En este lugar huele azufre ”, dijo Hugo Chávez en alusión a la presencia de George Bush hijo, durante su participación en la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de septiembre de 2006.
En la Cumbre del Mar del Plata: “ALCA, ALCA, al carajo… váyase al carajo yankees de mierda que aquí hay un pueblo digno, aquí hay un pueblo digno yanquis de mierda, váyanse al carajo 100 veces, aquí estamos los hijos de Bolívar, de Guaicaipuro y de Túpac Amaru. Nosotros estamos resueltos a ser libres“. Cuando se pretendía imponer el ALCA. Chávez siempre se cobijó en el gran legado bolivariano de patria grande para todos y todas.
“Nada soy, nada valgo”. “ La hora más oscura de nuestra existencia es la que está más cerca de la aurora”, sentenció el general Eloy Alfaro Delgado.
Sus sueños trascendieron fronteras y la siembra continúa, mientras van pasando diferentes administraciones en el gobierno federal estadounidense hay un pueblo inmensamente solidario, que sigue defendiendo el legado, que se aferra a una patria, abundante de dignidad y defensa de su soberanía, que no claudica, a pesar de que los sabuesos imperialistas agitan lanzas de injerencia.
“Por ahora”. La lucha sigue, la batalla de las ideas, mientras el poder popular avanza bañado de pueblo, aferrado a la paz y la vida, en un permanente proceso de decolonización de esta perversa maquinaria imperialista que invade y extermina pueblos.
Nueve años y la siembra del comandante Hugo Chávez sigue.
El gran estratega, el militar, el político, el hijo, padre, abuelo, camarada, antiinjetencista, antiimperialista, revolucionario, que se transformó y convirtió en pueblo. “Ya no soy yo”, dijo Hugo Chávez. «Soy el mismo pueblo, convertido en millones de voces, que levantan la bandera de la solidaridad, que dan hasta su vida misma por la patria de Guaicaipuro, Bolívar Miranda, Sucre y todo el panteón de mártires y héroes y heroínas, invisibilizados/as, por toda una estructura oligárquica corporativa, a la que el pueblo le apesta, que conquiste derechos».
En cada mujer, adolescente, joven hombre, adultos y adultas mayores, hay un germen de hombre y mujer nuevas/os.
A nueve años de su siembra, un capitalismo y neoliberalismo salvajes recurren a la guerra híbrida, de cuarta y quinta generación. Jamás entenderán que la batalla de las ideas está vigente hoy más que nunca, porque hay un constructor contrahegemónico, anticolonialista y antiimperialista que está llevando y construyendo el poder popular en Venezuela bolivariana, aunque el yanqui no quiera.
Cómo les duele a toda esta cofradía de complejos militares, y los rezagos colonizadores de Europa occidental, que el mundo dejó de ser su ajedrez y laboratorio de experimentación para empobrecer a los pueblos, de someter y subordinar a su modelo de democracia con caudillos y represores, que solo dicen «yes míster Biden».
El comandante Chávez nos ha dejado su legado, su abundante siembra de seguir levantando la voz a los imperios del vandalismo y saqueo de nuestros pueblos, de sus recursos naturales y patrimoniales, de Latinoamérica, el Caribe.
Somos una región de paz, pero no vamos a bajar los brazos ni callar ante la brutal arremetida de estas nefastas estructuras capitalistas que quieren seguir precarizando la vida. Soberanía, solidaridad con dignidad, sin claudicar.
Por ahora, como dijo el comandante Chávez: “Unidad, lucha, fuerza y batalla”, para no desviarse del camino trazado de la lucha permanente, en contra de las agendas estratégicas imperialistas, de la diseminación de sus bases militares, de asedio e injerencia.
Comandante Chávez vive, la lucha sigue. Pretenden abolir los derechos y exterminar la vida. En cada venezolano, venezolana, el germen de esperanza de abrigar la patria grande.
Hay que seguir luchando, porque esa batalla es de ideas y de principios revolucionarios que no se someterán jamás al imperialismo.
Siguen mintiendo y usando las redes sociales para imponer su narrativa massmediática, que raya en las fake-news y el lawfare.
Nos quieren gobernar con el miedo, el algoritmo 2.0, su refuncionalizado Plan Cóndor versión 2.0, y su versión armamentista y bélica Alianza Atlántica, pero no van a poder ejecutar su perverso plan filofascista, porque la patria grande camina hacia el sol del nuevo día, sembrando amaneceres de independencia y libertad.
“Nuestras tareas deben ser la ideología, el debate de todos los días, la batalla de las ideas, la artillería del pensamiento, el trabajo voluntario, la incorporación a la praxis, a la solución de problemas, a la atención de los más débiles, la creación de la sociedad del amor, de una nueva espiritualidad, de una nueva base moral, ética», aconsejó Chávez.
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Luis Ernesto Guerra Analista político y activista de Derechos Humanos
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