El 03 de febrero de 1962, inició formalmente el bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba y se le confirió carácter oficial a las acciones agresivas que se venían aplicando desde el triunfo revolucionario, configurado como un crimen de lesa humanidad, un genocidio injustificable, que viene perpetuándose por más de 60 años.
El bloqueo impuesto a Cuba, por Estados Unidos de Norteamérica, es la expresión más injusta, insensible e inhumana, producto de su autoritaria y arbitraria hegemonía de poder. Sin que nadie lo haya nombrado, se ha convertido en el árbitro del bien y del mal. Son más 60 años de resistencia, de lucha y batalla de las ideas, de ir construyendo la patria socialista, con seres humanos y humanas, aunque el pueblo norteamericano es inmensamente solidario.
Hacemos eco del pronunciamiento del presidente Miguel Díaz Canel: «Si quieren preocuparse por el pueblo de Cuba, abran el bloqueo. Sabemos que no lo hacen porque no tienen valor».
El bloqueo, es el genocidio más largo de la historia de la humanidad, que está tatuado en la memoria de millones de hombres y mujeres de Cuba, de Latinoamérica y El Caribe, que, además, es profunda impronta de violaciones, de indignación, de lucha y resistencia contra el poder hegemónico, del gendarme, que no quiere entender que Cuba nació para ser territorio libre de la injerencia y el vandalismo multiforme del imperialismo norteamericano.
Este bloqueo, no sólo que transgrede y viola el derecho internacional y otros instrumentos, sino que ha condenado a todo un pueblo, a carencias que han terminado golpeando su economía cuyos impactos se han evidenciado más en contexto de la crisis sanitaria, derivada de la pandemia de la Covid-19, que la ha impedido proveerse y abastecerse de insumos médicos, fármacos y otros requeridos para el proceso de su vacunación. Sus vacunas son un ejemplo de ciencia al servicio de los pueblos, donde no ha llegado la ayuda humanitaria del gobierno federal de Estados Unidos.
Hablemos claro, el bloqueo es una arma de guerra, que configura algunos delitos, que pueden ser tipificados en el marco penal internacional. Uno de ellos de lesa humanidad, pero que es invisibilizado, por la Organización de Nacuines Unidas (ONU), Derechos Humanos, así como de la Corte Penal Internacional, y el Estatuto de Roma.
En medio de esto el bloqueo y las medidas coercitivas unilaterales, impuestas a raja tabla, con una total opacidad de la comunidad internacional, concomitante, el orquestamiento de asedio e injerencia y la penetración de un perverso oenegenismo financiado por Usaid, Ned,Cia, con el único objetivo y fin en mente de propagar, la subversión política e ideológica, de desestabilizar la libre autodeterminación de Cuba, a su Revolución Socialista, que no va retroceder jamás, porque se ha convertido en el paradigma de América Latina, El Caribe, y el mundo
De resistencia y lucha en contra del imperialismo norteamericano e internacional, que se han erigido en los modelos de democracia, desde las lógicas y miradas del capitalismo y neoliberalismo salvajes, caracterizados por la explotación de las clases subalternas, de mantener activada la lucha de clases y concentración de riqueza en las manos de castas de poder y corporaciones transnacionales, que mantienen activados conflictos en el mundo.
La humanidad, dice no, a este brutal y demencial bloqueo y las MCU, las ordenes ejecutivas y constantes amenazas al disfrute de uno de los derechos, a vivir en paz y armonía con la vida, al desarrollo soberano, sin pedir permiso a los Complejos Militares, al Pentágono, que tiene diseminadas en el mundo más de 800 bases militares.
El Plan Cóndor 2.0, la inmensa batería de trollcenters, una gran estructura comunicacional que difunde solo Fake-news, narrativas, libretos, que agreden las mentes de adolescentes y jóvenes que diseminan y difunden el país del hotdog, la hamburguesa, la libre portabilidad de armas, y Hollywood, que reproduce la más atroz violencia, de un modelo neoliberal, insensible e inhumano, que no termina de generar profundas asimetrías.
Cuba viene de un largo e histórico proceso de solidaridad, con memoria social, cultural y revolucionaria. Cuba va, convencida que el legado de José Martí, el apóstol iberoamericano de la justicia social ,de la verdad, del pensar para proveer, de ser cultos para ser libres, de los comandantes Ernesto Guevara, Fidel Castro, que no va a claudicar jamás, porque la Revolución es irreversible, pero también perfectible, porque ha sido expresión de lucha, de constante batalla de las ideas ,en contra del hegemón norteamericano y su moral de doble rasero, que mientras invade pueblos, se permite hablar de derechos humanos, que los viola todos los días y que quiere someter a los pueblos a su orden y establecimiento, al colapsado modelo neoliberal de democracia que vigila, castiga y sanciona desde Washington.
Cuba viene de resistir, de luchar y se aferra al Patria o Muerte Venceremos, porque se trata de principios y valores, de ética política, de coherencia, de convicción y solidaridad diseminada por la humanidad, mientras este hegemón yankee activa tanques y misiles con su mal llamada ayuda humanitaria, que significa expansión, invasión, el cometimiento de crisis humanitaria. Qué quiere seguir engañando al mundo, en la búsqueda de la construcción de la paz, cuando en su manual de subversión, subyacen sus complejos militares, porque su modo de vida son los misiles, tanques y armas nucleares. Siguen ocultando, una terrible crisis interna.
Empero, Joe Biden, no se inmuta en secundar las prisiones a cielo abierto más grandes del mundo, presentes en el Apartheid y exterminio del pueblo de Palestina, cometido por el Estado Sionista, expansionista e invasor de Israel, el wahabismo saudí, en la invasión a Yemen, en el pueblo Saharahui, sitiado y exterminado por el reinado de Marruecos. A propósito, Guantánamo es territorio cubano, deben devolver, lo que no es de ellos. Cuba no está sola, la humanidad sigue despierta y demanda el levantamiento del bloqueo.
¡Go home míster Biden! ¡Patria o Muerte Venceremos!
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Luis Ernesto Guerra Analista político y activista de Derechos Humanos
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