Al inmortal Simón Bolívar

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El 17 de diciembre de 1830, es decir, hace 191 años, moría para vivir por siempre, El Libertador Simón Bolívar, en la Quinta San Pedro Alejandrino, Santa Marta, Colombia. Desde ese día pasó a ocupar el lugar más importante en la historia de la liberación e independencia del continente americano.

Simón Bolívar fue fiel a su juramento de juventud: “No descansaré hasta romper las cadenas del dominio español en América”. Asumió a temprana edad ese enorme compromiso, lo cumplió a cabalidad, dando su vida, su salud, su fortuna. Seres humanos  como él impactan, más ahora cuando prima el individualismo, parecerían  no ser de este mundo.

A partir de 1812,  lideró la lucha por la independencia de América, colonia de  España, saqueada y subyugada, fueron  siglos de explotación y  exterminio de sus habitantes y el  saqueo de sus riquezas naturales. Bolívar, dirigió  batallas militares, supo de triunfos, reconocimientos por donde pasaba lo esperaban con grandes homenajes. Pero tuvo que soportar todas las penurias de la guerra  el clima, las distancias enormes, las traiciones, las decepciones. Luchó contra la adversidad día a día, por eso el mismo se autodefinía: “Soy el hombre de las mil dificultades”.

Era un ser humano  sincero, apasionado, inteligente, culto, sublime, decidido, valiente. Un rasgo sicológico que se destaca es la hiperactividad, nunca estaba quieto, atendía varios temas a la vez. Dictaba sus proclamas mientras leía cartas o disponía órdenes. Otra característica era su preocupación por sus soldados, por la tropa  y oficiales, atento siempre a su alimentación y descanso.

Mucho se ha escrito de El Libertador, se le han dedicado poemas, se  han hecho películas, novelas, series que ahora se pueden ver en distintas  plataformas. Pero, muy poco se profundiza acerca de  su visión integradora del continente. La que planteó  en el congreso Anfictiónico de Panamá entre el 22 de junio y el 15 de julio de 1826, el cual tenía el gran objetivo de crear una confederación de los pueblos iberoamericanos, desde México hasta Chile y Argentina. Era el momento cúspide de las revoluciones independentistas hispanoamericanas. Bolívar fue visionario y proyectó la idea de, como dijo el Comandante Chávez: “salir del modelo de esclavitud, de explotación, de segregación, de desigualdades, de imposición, romper las cadenas no bastaba, romper las cadenas del imperio no bastaba, lo sabían ellos muy claramente. Necesario era reunificar esta parte del mundo”

Por eso cuando vemos la XX Cumbre del ALBA-TCP  recién realizada el 14 de diciembre en La Habana, Cuba, el sentimiento bolivariano resurge como un rayo de fortaleza y esperanza de unidad. No fue acallado  por los traidores a El Libertador, ni por la doctrina Monroe, saqueadora y rapiña, el sueño de ver a una América Latina unida.

Insto a todas y a todos a leer la Declaración de la XX Cumbre ALBA-TCP en conmemoración de su XVII aniversario, pero sobre todo a seguir sus postulados para hacer de este continente una tierra digna y mejor como soñó El Libertador.

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Cris González Directora de Correo del Alba

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