Cuántos centenares de veces, Comandante Fidel, pretendió el imperialismo norteamericano silenciar tu vida y la voz de defensa de la libre autodeterminación de los pueblos.
A noventa millas de los Estados Unidos, Cuba es David frente a Goliat. El Comandante Fidel, nunca se hincó y llegó a convertirse en un referente mundial de la resistencia antihegemónica y antiimperialista.
En el quinto aniversario de su partida a la eternidad, su ideario revolucionario permanece enarbolando la defensa de la paz.
“Sigamos, como hizo Fidel en muchos casos, a José Martí que dirigiéndose a los jóvenes les dijo: La solución no está en imitar sino en crear”. (Fidel Castro Fondo Casa de Las Américas 2016).
No pudieron ni podrán, por más que agitan las puntas de lanza de asedio e injerencia desde Miami y La Florida, destruir el legado humanista y solidario de Cuba, porque hay un pueblo convertido en la Revolución Cubana que ama la vida y la paz en abundancia.
Como les duele a estos imperialistas que la dignidad y soberanía jamás se someterá a la tortuosa hegemonía de la muerte.
Son sesenta y dos años de un bloqueo injusto, insensible e inhumano, que conculca y pisotea derechos fundamentales que, a través de su gran maquinaria massmediática, de la perversa dictadura del algoritmo, las redes sociales, las Fake-news no cesa en sus nefastos y filofascistas ataques convertidos en guerra de quinta generación.
Bien dice el estribillo de una canción; y a los yankees ¿quién los eligió?
Ellos son los gendarmes del mundo y no solo disparan misiles, sino también con su subversión política e ideológica, recrudecen la aplicación de las Medidas Coercitivas Unilaterales (MCU).
La añeja doctrina de James Monroe ha retornado más refuncionalizada para intentar asfixiar al bravo y solidario pueblo cubano.
Ya hicieron sus nefastos ensayos durante la pandemia. Por mencionar no han permitido que se provean y adquieran medicinas e insumos médicos requeridos, concomitante se sigue boicoteando su libre autodeterminación.
Empero, mientras esto sucede la solidaridad internacional, no se detiene, sigue manifestándose y condena el bloqueo convertido en delito de lesa humanidad. La bandera de Cuba flamea en los pueblos de Latinoamérica, El Caribe, Europa, África, Asia, que devuelven con reciprocidad y solidaridad lo que las Misiones y Brigadas Médicas de batas blancas han llevado para salvar la vida de la humanidad.
Joe Biden, no escucha porque ni republicanos, tampoco demócratas, son la solución para el mundo.
La última resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas devela y evidencia que sólo Estados Unidos e Israel, no la acatan y continúan vulnerando su cumplimiento.
Esto configura un atropello a algunos principios de la Carta de las Naciones Unidas, el derecho internacional e Instrumentos de Derechos Humanos.
El mundo aboga por el levantamiento del bloqueo y a Estados Unidos le importa un bledo.
Ergo, estas lógicas y dialécticas responden a los Complejos Militares, Industriales y Financieros, al Pentágono, La Agencia Central de Inteligencia (CIA), La Fundación para la Democracia (NED), que son las que determinan las políticas públicas que debe cumplir el gobierno federal norteamericano, es decir, la oligarquía mundial del capital asentada en Washington, orquestada por una enorme telaraña de oenegés, que ejecutan los libretos y manuales desestabilizantes.
Cuba, no está sola, su Revolución Socialista es irreversible y nada, ni nadie la detiene, porque es el corazón revolucionario de su pueblo, inmensamente solidario con la humanidad.
Ya lo dijo el Comandante Ernesto Guevara: La solidaridad es la ternura de los pueblos. En el quinto aniversario del Comandante Fidel, su legado revolucionario sigue firme.
Estados Unidos de Norteamérica, no declina en su tortuosa y decadente neocolonialidad, su mirada geopolítica de la opresión recibe como respuesta la geopolítica de la emancipación, de defensa de la paz, de la vida, de la cooperación e integración que se ha convertido en el camino de Cuba.
La injerencia tiene un nombre e identidad concreta y específica: imperialismo norteamericano. Fuerzas neoconservadoras internacionales se rasgan las vestiduras hablando de derechos humanos, cuando desnudan a Estados Unidos como el país que mayores violaciones comete, se ha criminalizado la migración de miles de seres humanos, aún flota en Afganistán su nefasto accionar bélico.
En América Latina y El Caribe, han encriptado el perverso libreto del castrochavismo, que por cierto no es el culpable de la terrible brecha de inequidad e injusticia, de desigualdades, de exclusiones y negación del ejercicio pleno de derechos, sino de un neoliberalismo que maximiza y concentra la riqueza del capital financiero en castas corporativas de poder y que mantiene viva la lucha de clases, que la vemos reflejada en regímenes neoliberales de una matriz capitalista que ha desenmascarando y evidenciado en plena pandemia el restringido acceso de las vacunas, que se ha convertido en un gran negocio de los emporios transnacionales farmacéuticos. Los medios de comunicación del neoliberalismo no dicen absolutamente nada respecto a tres vacunas que han logrado la inmunización del hermano pueblo de Cuba desde la base etarea de la niñez hasta los adultos y adultas.
Sólo un presidente como Miguel Díaz Canel, que piensa y construye el Poder Popular con su pueblo, puede levantar la voz a los cuatro puntos cardinales y decir que jamás se arrodillarán ante el filofascista enemigo de la vida Estados Unidos, porque el Comandante Fidel, se convirtió en todo un pueblo que no declinará ante el asedio y recurrente injerencia que intenta penetrar la mente de los adolescentes y jóvenes.
En Cuba manda el pueblo y no el hegemón norteamericano. Claro que hay problemas derivados del bloqueo y las MCU, que solo ellos y ellas buscarán solucionarlos y volver más perfectible la Revolución.
La paz, que amó el Comandante Fidel en Cuba, se ve expresada en tres vacunas, en donde el ser humano es la columna vertebral de la revolución, porque el Comandante Fidel se sustentó en pilares estratégicos como la salud, la educación y la ciencia al servicio de la humanidad.
Así es Cuba, la hermana mayor de Las Antillas inmensamente humana, humanista, solidaria en donde el legado del Comandante Fidel sigue vivo y vigente.
Se fue físicamente pero su recuerdo, su ejemplo, sus enseñanzas, han quedado grabadas en la mente y corazón de América Latina que nació para ser libre y antiimperialista.
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Luis Ernesto Guerra Analista político ecuatoriano y activista de Derechos Humanos
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