EXCLUSIVO │ Isabel Rauber habla de la biografía de Marta Harnecker que se presentará en Bolivia

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Doctora en Filosofía por la Universidad de La Habana, Cuba. Pensadora latinoamericana dedicada a estudiar los procesos de construcción de poder popular desde abajo en indo-afro-latinoamérica, Isabel Rauber además se desempeña como profesora universitaria y pedagoga política.

Para hablarnos de su último libro, Marta Harnecker: Vida y pensamiento, escrito a cuatro manos con la célebre marxista chilena, la entrevistamos en Correo del Alba.

¿Cuál es el origen de este libro biográfico-testimonial acerca de la vida y pensamiento de Marta Harnecker?

Es interesante cuando recuerdo cómo comenzó en mí a gestarse la idea de este libro y de que fuera Marta. Yo había hecho hace años estudios de historia de vida de mujeres en mis trabajos de género y después me fui no alejando, sino que dejando ese tema tan específico y tan apasionante, porque estuve acompañando y sistematizando experiencias de movimientos sociales del continente.

Entonces ya había decidido que era tiempo de pegar la vuelta y recuperar las historias de vida de mujeres, porque lo que veo es que avanzamos y la participación de las mujeres queda relegada. Por lo tanto dije: «Voy a reabrir mi colección de grandes mujeres de nuestra América», y, enseguida, en el terreno intelectual, pensé en Marta Harnecker. Tengo un listado de muchas candidatas, pero empecé con ella porque en un viaje a La Habana coincidió que ya tenía esta idea y se la pensaba plantear, y ella –mira tú que coincidencia–, sabiéndose tan enferma, viendo la amenaza concreta de la posibilidad de que se le acortara el tiempo de vida, había pensado en que trabajara con ella su biografía-testimonio. No tanto biografía, sino como su historia de vida.  

Según ella, yo era la persona más preparada para hacer ese trabajo, porque compartimos el punto de vista de la metodología y la concepción de esta labor. Ella lo quiso así. 

Marta me comentó que editoriales le habían pedido hacer su biografía, pero que no quería aceptarles porque no estaba interesada en que escriban sobre ella, sino en ella contar, y para hacerlo necesitaba conversar con alguien, y ese alguien era yo. También yo quería su testimonio para el realce de la participación de las mujeres en el quehacer histórico y del presente de América Latina, así que de esa convergencia surgió el libro.   

¿Cuándo, dónde y durante cuánto tiempo se llevaron a cabo las sesiones, a cuatro manos, para construir este relato?

Esto fue en el año 2015 y trabajamos en los meses de enero y febrero, fueron seis encuentros, pero no eran entrevistas, nos juntamos a conversar a veces por seis horas, otras cinco horas; una vez estuvimos siete horas. Cuando ya nos dábamos cuenta que estábamos cansadas en la conversación, dejábamos. 

Fueron realmente conversaciones muy lindas, distendidas, no había preocupación, Marta no estaba preocupada en absoluto de las preguntas, se entregó al trabajo: «Que esto lo haga Isabel como entienda, porque conoce el método”, dijo.

El método lo aprendí de ella, por supuesto, y con los años de experiencia sabía que lo iba a hacer bien. 

¿Cómo fue la experiencia de sentarse a conversar con Marta Harnecker acerca de su vida?

Tenía temores de poder trabajar con esa flexibilidad, esa libertad, sabiendo que ella ya conocía y tenía esa capacidad de anticipación de ver a dónde voy y todo. Pero ella no se metió nada en eso, conversamos abiertamente, a sabiendas que después yo tenía que organizar y reordenar todo el texto.

Fue una experiencia muy tranquila, muy agradable, enriquecedora además por todo el contenido, porque no conocía toda su vida ni mucho menos. Toda la parte personal no la conocía. Aparte de la sorpresa, fue muy agradable conversar con Marta en una forma tan distendida y tranquila.

Usted habla de al menos tres grandes giros en la vida de Marta Harnecker, como son sus estudios en Francia, la ida a Cuba tras el golpe de Estado en Chile en 1973 y, finalmente, su vida en Venezuela… todo cruzado con relatos de cortes sentimentales, además… ¿nos pudiera hablar de la estructura del libro y el método para construirlo?

La historia de Marta me fue hablando de las posibilidades de estructurar una presentación de su vida. En general, siempre me dejo llevar por el sujeto, es decir, oigo al sujeto de la investigación –en este caso Marta–, los mismo cuando es un movimiento social, es decir, escucho y trato de comprender, muchas veces después de oír y de leer el original, cuál es el mensaje, y ordenarlo a partir de ahí.

Me surgió la idea que indicas porque me quedó claramente lo de esas diferentes etapas de su vida. Mira, la idea original era otra, era hacerla a través de los libros, contar de los libros y cómo se hizo cada uno, aunque eso me pareció que iba a ser aburrido, que no iba a reflejar realmente la vida de Marta. Por lo que organicé finalmente eso en el cuestionario, y aunque no sabía que iba a agrupar así las etapas sí incluí hablar de su vida. Después resultaron esas tres etapas fundamentales: la formación en Francia, el golpe contra Allende y su exilio en La Habana, que le cambia todo su quehacer; y creo que la estancia en Venezuela, con la experiencia de la Revolución bolivariana, es lo que más impacta.

Eso me permitió analizar su producción intelectual alrededor de los momentos de su vida, poder enlazar la vida que ella tenía y la experiencia en los distintos momentos de su vida con la creación intelectual. Cuando uno lo lee así, queda ya construida esta historia de vida y pensamiento, por eso puse «vida y pensamiento» en el título, porque su pensamiento se va desarrollando profundamente articulado con su experiencia de vida, hay un nexo entre las experiencias de vida y lo que ella evoluciona en su pensamiento.

Creo que ese es el punto fundamental y el mayor legado que Marta nos deja y me siento profundamente agradecida de haber tenido la oportunidad de tomar todo este testimonio, y a la vez muy responsable de hacerlo porque en la etapa de procesamiento ella ya nos había dejado y yo mismo lo dejé descansar un año, no tenía claridad si lo hacía o no lo hacía, es decir, si terminaba de procesar los testimonios o no, porque ya no tenía a la persona para hacer las consultas, para mostrarle cómo había ordenado el texto, para proponerle este esquema de organización interna. Tuve un debate ético interno muy fuerte acerca si debía o no llevarlo adelante, entonces me acordé de las palabras que Marta me había dicho varias veces en el curso de la conversación: «Isabel, busca, busca, tengo muchas cosas dichas, entrevistas, referencias, busca y vas a encontrar respuestas, no importa que yo no te lo diga».

Con aquel estímulo y la responsabilidad de haber tomado el testimonio de ella –de común acuerdo–, lo terminé y me siento muy agradecida a Marta por esto, y también feliz de poder contribuir al legado de una gran mujer intelectual de indo-afro-latinoamérica, como digo, y con esto quiero reconocer a tantas y tantas mujeres, compañeras, militantes, de este continente, quienes son las que, en cierta medida, han ayudado a que este libro vea la luz impreso, entre ellas a nuestra querida compañera militante, artista y excelente persona, comprometida con nuestros pueblos y su quehacer, como eres tú, Cris.  

Puedo agregar aquí que no creo en las metodologías. Tengo una metodología, pero, como digo, igual tengo un principio rector que es que el sujeto a mí me habla y la metodología surge de ese escuchar al sujeto con el cual interactúo, sea un sujeto individual o colectivo, y a partir de ahí reorganizo y me planteo la producción del texto, porque no es lo mismo producir el texto que producir las entrevistas y las conversaciones, son momentos distintos, uno de una gran compenetración y diálogo personal y el otro donde este diálogo personal va a tener en cuenta a una tercera dimensión como es quién va a leer lo que se está produciendo. Por lo tanto, esto influye en la forma de comunicar y en los contenidos, en los tiempos de la lectura, en la posibilidad de estructurar de una forma tal que sea muy sencillo para el acceso y la comprensión de los lectores y las lectoras.

¿Por qué las lectoras y los lectores en Bolivia crees que deben leer este libro? ¿Qué contenidos pueden nutrir sus propias experiencias de luchas en curso?

Los lectores y lectoras de Bolivia van a encontrar en este libro una riqueza para sus experiencias porque lo primero que van a hallar es un pensamiento en movimiento, un pensamiento lejano de lo que uno puede imaginar por los dichos respecto a que Marta era una “dogmática”; porque dogmático quiere decir estar cerrado al tiempo histórico concreto, aferrarse a pensamientos abstractos.

Lo primero que uno aprende de la vida y el pensamiento de Marta no es copiar lo que dice, sino que lo que piensa y hace está en movimiento, es decir, en una construcción permanente. Me parece que este legado que subyace al mensaje en sí, a la cita en sí, es muy importante.

Otro elemento que me parece clave es que la sabiduría nace de la experiencia de la realidad, y, sin despreciar los aportes académicos, se realza. Ambas le damos un lugar prominente al estudio de las experiencias concretas de construcción de alternativas, de construcción de posibilidades a futuro y de fuente de alimentación de las esperanzas de los pueblos, y todo esto lo encuentran, por supuesto, los lectores y las lectoras en este libro.

Finalmente, ¿cuál crees que sea el mayor legado de Marta Harnecker y cuál la utilidad de estudiarla en la actualidad?

Esto es precisamente para mí su mayor legado, haber trabajado siempre vinculada a las experiencias, aprendiendo de la creación de los pueblos, de la creación de los gobiernos, aprendiendo que el pensamiento teórico está profundamente entrelazado con las prácticas y, si se quiere, va un paso más atrás de la práctica, en el sentido de que sin experiencia no puede haber teoría. Es una teoría que se independiza de la experiencia, porque tiene la capacidad de volver a ella como pensamiento crítico. No es el recuento de lo que ocurre, sino que es un recuento distanciado de lo que sucede con capacidad de ver las experiencias de una forma comprometida y crítica para que a su vez los sujetos y las sujetas de esa experiencia puedan visualizarse a sí mismos en su trayectoria histórica, con enseñanzas y desafíos. 

Tomar distancia para ver qué se está haciendo, creo que ese para mí es el legado fundamental de Marta, independientemente del texto que uno quiera leer. Esta es razón suficiente para recomendar que se lean el texto, que se estudien este punto de vista y que se fortalezcan desde ahí las otras miradas epistemológicas y epistémicas que tenemos los pueblos y que, a veces o muy pocas veces, se reconocen como válidas desde el quehacer no digo académico, sino academicista teorético que pretende saber todo independientemente de la creación colectiva de los pueblos.

¿Por qué hay que estudiar a Marta en este momento? En primer lugar, hay que estudiar a Marta porque los saberes todos son pocos y necesitamos conocerlos. Lo que no se puede es estudiar a Marta para encontrar ahí la fórmula del éxito, porque haría muy mal en decirlo ya que ella no creía en eso ni yo tampoco.

Lo que creo es que hay que estudiar y conocer la realidad para poder pensar y transformarla, y la dialéctica entre conocimiento y práctica, entre experiencia y sabiduría, se encuentra en los textos de Marta Harnecker.

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Cris González Directora de Correo del Alba

https://fundacionpinves.wixsite.com/libros/product-page/marta-harneker-vida-y-pensamiento
Juan José Peralta Ibáñez
Fotógrafo documentalista, fotoperiodismo, naturaleza, video, música

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