En abril del año 2020, Luis Alberto Ramírez escribía desde Puerto Cabello sobre David Nieves Banchs. Decía que, en el atardecer de su vida, «David Nieves” es un militante de la causa comunista y no renunciará a sus convicciones aun cuando el fascismo, representado en un mercader de la medicina, le niegue la atención médica. David Nieves, en el amanecer de su vida se destacó en la izquierda venezolana que apostaba, a la hipótesis comunista del mundo, su consigna de lucha: «el socialismo se conquista peleando». Se sintió representado en las pruebas de la cárcel y la tortura, su hombría fue admitida hasta por sus torturadores. Él es de los pocos políticos de la izquierda radical, que se le reconoce jerarquía de mentor revolucionario, escribe con palabras de apóstol y camina con las charreteras morales de comandante. Era el ejemplo de David ante un médico sin alma que se negó a atenderlo del Covid19 por «guerrillero, comunista y chavista».
Cuando la tarde se despedía del cielo caraqueño, David, el muchacho juguetón de La Pastora, entregaba su vida a la historia.
Larga y fructífera vida de este revolucionario marxista leninista, bolivariano. Internacionalista por la causa proletaria. Leal hasta el extremo en la defensa de los principios éticos de la moral revolucionaria. Muchas conversaciones con David. Encuentros en diversas circunstancias. Amigo y camarada de chanzas y de rabietas justificadas, contra las injusticias.
Inició su vida de militante de la causa de los oprimidos cuando a la caída de la dictadura perejimenista, al intentar tomar la sede de la policía en su parroquia, una bala asesina le atravesó el estómago. En peligro siempre. Perseguido, preso y torturado. Incansable caminador de senderos con la carabina al hombro. Guerrillero urbano garantizador de la logística del Frente. Mirista fundador de la Organización de Revolucionarios. Jefe de la Liga Socialista junto a Jorge, Carmelo y tantos otros. Compañero de Julio Escalona y de Juan Medina Figueredo.
En David está presente la frase de Bertolt Brecht, esa que dice…»Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay quienes luchan toda la vida, esos son los imprescindibles». De poder leerme, seguro me criticaría implacablemente diciéndome…No Félix Roque, mira hacia atrás, allí viene un tropel de pueblo a tomar mi lugar…
Hace unos días conversamos y como era natural, su reclamo jocoso al enterarse por otros de mi último libro dedicado a Jorge Antonio Rodríguez, estudiante de Rubio. Compartir con él, con Sara, hablar de poesía y sentir su fuerza interior. Sentir con él las angustias del pueblo, el asedio imperial a la patria.
Cuando el presidente Maduro lo condecoró con la Orden Libertador, me dijo: Mira Félix Roque, con esa espada de Bolívar le voy a planear las nalgas al imperialismo. Siempre era él, genuino, auténtico, sin dobleces y sin manchas.
David se marcha. Seguro estoy que seguirá militando donde sea que se encuentre. Hará asambleas con los trabajadores y campesinos. Cantará con Alí Primera «Las casas de cartón». Escribiría junto a Jorge para «El Basirruque». Seguirá empujando la marcha de los pueblos y continuará jugándosela al lado de los oprimidos. David se marcha y seguro estoy que intentará, tomar el cielo por asalto.
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Félix Roque Rivero Abogado venezolano
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