En alusión a la gran novela de Gabriel García Márquez en diciembre de 2011 Hugo Chávez señaló que las estirpes condenadas a los cien años de soledad no tendrían más cabida. “Pareciera que alguien nos condenó a cien primeros y otros cien segundos. Tenemos una tercera oportunidad. Otros cien años. Hagamos posible la unidad esta vez”, expresó el líder bolivariano en aquella histórica cumbre inaugural de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), realizada en Caracas.
El pasado 18 de septiembre le tocó al mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador, abrir la VI Cumbre de la Celac, convocada por México con el ánimo de fortalecer la unidad regional bajo los principios fundacionales de un organismo en el que participaron los líderes más reconocidos de la decada pasada.
Esta vez en Ciudad de México se dieron cita 17 mandatarios, dos vicepresidentes, nueve cancilleres y otras autoridades, por lo que se vuelve a posicionar como un mecanismo de integración esencial para el continente, que promueve acuerdos basados en el respeto de las diferencias.
Las discusiones más importantes se dieron en torno al rol de la Organización de Estados Americanos (OEA) en la Región, mientras que el presidente anfitrión ya había propuesto el reemplazo de este organismo hélice de la hegemonía yanqui.
Por su parte, el embajador boliviano ante la OEA, Héctor Arce, propuso solicitar la remoción del cargo de secretario general del organismo interamericano a Luis Almagro por su directa vinculación con el golpe de Estado en Bolivia en 2019; tema que ha de revisarse en la próxima Asamblea General de la OEA, agendada para los días 10, 11 y 12 de noviembre en la Ciudad de Guatemala. Esas son acciones concretas y necesarias.
Durante la VI Cumbre Venezuela propuso construir una nueva institucionalidad de la Celac, que apunte a crear una Secretaría General del mecanismo integrador.
Se acordó igualmente la creación de la Agencia Latinoamericana y Caribeña del Espacio (ALCE) y el Fondo de Respuesta Integral a Desastres para enfrentar el impacto del cambio climático.
Se aprobó el Plan de Autosuficiencia Sanitaria propuesto por la Cepal y Naciones Unidas, a objeto de reducir la dependencia de medicinas de la Región, con siete líneas de acción: plataforma regional de ensayos clínicos; consorcios para desarrollo y producción de vacunas; mecanismo regional de compra de vacunas; acceso a la propiedad intelectual, entre otras.
En la cita se debatió la necesidad de fijarse en los objetivos comunes y dejar de lado las diferencias. Se condenó la agresividad de Estados Unidos contra Cuba y el bloqueo sobre esta. Se propuso producir lo que la Región consume, optimizar los recursos humanos, naturales y estratégicos, mediante políticas redistributivas centradas en la justicia social.
También se hizo un llamado al FMI para flexibilizar las condiciones de la deuda y financiamiento, reducción y condonación de obligaciones por la crisis económica agudizada por la pandemia.
Finalmente, entre varios temas abordados, se hizo hincapié en la no intervención en asuntos políticos y económicos internos de los Estados, en tanto los conflictos han de resolverse soberanamente y por la vía del diálogo, con el acompañamiento de organismos neutrales.
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Cris González Directora de Correo del Alba