El Neverí: 200 años de inundaciones

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En 1811 era crítica la situación de Barcelona con el desbordamiento del río Neverí. Tan es así que el francés Juan Buscat, presidente de la sociedad patriótica de la época, presentó un informe a esa junta. Allí describe a Barcelona como una ciudad rodeada de aguas “encharcadas” donde sus habitantes nunca gozan de buena salud. Propone la nivelación de las casas, a la altura del puente Orpí, siguiendo el descenso de las aguas hacia el río. Recomienda la construcción de una muralla que sirva de barrera para desviarlo hacia el mar para evitar las inundaciones, tal como ocurrió en 1807. Allí fueron incuantificables el número de víctimas y viviendas derrumbadas. Buscat, con vista hacia el futuro, va más allá al sugerir mudar a Barcelona para un sitio conocido como puerto Neverí, para evitar todas las calamidades que ha vivido nuestra ciudad capital.

Con anterioridad, hacia 1700, para salvaguardar a sus habitantes por  las continuas inundaciones que padecían Barcelona del Cerro Santo y la Nueva Ecija de San Cristóbal de los Cumanagotos, a consecuencia del desbordamiento del río Neverí durante el invierno, ambas poblaciones se trasladaron a su actual sitio. La Nueva Ecija de San Cristóbal de los Cumanagotos estaba a media legua, es decir dos kilómetros y medio a la margen del río Neverí y a medio kilómetro de la nueva ciudad, la cual tenía más comodidades y estaba  libre de inundaciones.

Durante el invierno de 1774, el río Neverí cambió de cauce originando Caño Sala´o que permitió la entrada de embarcaciones mayores. El curso del Neverí fue cambiado con el empleo de indios Píritu, para permitir la navegación de embarcaciones que trasladaron  piedras desde ese sitio, para la construcción de la Iglesia de Santa Eulalia (hoy Catedral).

Es de hacer notar que en 1796 se terminó la construcción del puente sobre el río Neverí para unir el centro de la ciudad con Barceloneta, cuyos trabajos fueron costeados por parte de los vecinos de Barcelona y las limosnas provistas por la iglesia de la época, el cual tuvo uso hasta 1856.

Neverí, traducido del Cumanagotos como “arroyo de los cangrejos”, sirve de embalse fundamental para los pobladores de la tierra Cumanagota. Para la fecha de la mudanza de Barcelona a su actual territorio, en 1671, se construyó el Puerto del Río para la comercialización de la producción agrícola de la zona. Uno de sus principales atractivos, la Isla Guárico, fue convertida en balneario en época de Juan Vicente Gómez.

El 21 de junio de 1766, Barcelona se estremeció con uno de los más cruentos terremotos que se haya sentido en estas tierras. Tuvo una duración de siete minutos, tal como lo describe el sacerdote Fernando de Bastardo y Loayza. Las casas comenzaron a juntarse y los árboles caían al suelo, mientras el río Neverí subía de caudal y sus aguas batían como si el mar hubiese entrado en él. Los habitantes de Barcelona se echaron a la calle, para buscar auxilio en la iglesia parroquial. Durante tres días, el pueblo siguió fervoroso las instrucciones de sus sacerdotes, mientras durante esos mismos días se sometieron a un riguroso ayuno, el cual culminó con la procesión del Nazareno.

El 3 de junio de 1793, se redactó un “Reglamento para el funcionamiento de la Compañía de Filipinas” que sustituyó a la Compañía Guipuzcoana. Allí se establecía que “los comerciantes que usaren el río Neverí debían darle mantenimiento procediendo a su  limpieza, obra en la que invirtieron, en 1803, 22 mil pesos”.

El río Neverí, por su navegabilidad, fue admirado por el sabio Alejandro Von Humboldt, quien en 1800 lo describió como importante para el envío de carne salada para las Antillas. El 13 de octubre de 1847, un torrencial aguacero caído sobre Barcelona, produjo un fuerte desbordamiento del río Neverí, lo que conllevó a que ocurriera una terrible inundación que provocó el derrumbe parcial de la Casa Fuerte.

Pero la catástrofe en el siglo XX tenía marcada a la capital del estado Anzoátegui, cuando el 22 de julio de 1970, el desbordamiento del río Neverí causó la muerte de 25 personas y pérdidas materiales, que conllevó la construcción en 1971 del canal de alivio. El desbordamiento fue desde Naricual hasta las cercanías de Maurica. En ese tiempo todos los barrios, urbanizaciones y la zona industrial de Barcelona se convirtieron en un gigantesco lago. Los registros del volumen de agua, fue calculado por la estación La Escuela en un nivel de 5,36 metros en la cota de la avenida Fuerzas Armadas.

Fueron cuatro días de fuertes lluvias en la cuenca del Neverí. Los daños causados a viviendas, comercios e industrias, estuvo por el orden de 18 millones de bolívares aproximadamente. A consecuencia de esta situación el gobierno de Rafael Caldera decretó la construcción de un canal de alivio para desviar las aguas por playa Caicara.

Tres años después, el 26 de septiembre de 1973, a las 11 de la mañana, fue inaugurado el canal de alivio del río Neverí por el presidente de la República, Rafael Caldera, con la presencia del Gobernador de Anzoátegui, Francisco Arreaza. El acto protocolar contó con la bendición del Obispo de la Diócesis de Barcelona, Constantino Maradei Donato, según la Memoria y Cuenta del Ministerio de Relaciones Interiores.

Como anécdota, 1973 era el inicio de la campaña electoral presidencial. Los candidatos, Carlos Andrés Pérez por Acción Democrática y Lorenzo Fernández por Copei. Luego del triunfo de Pérez, fue designado Gobernador del estado Anzoátegui Pedro Tábata Guzmán, quien descalificó la construcción del canal de alivio como “un gasto innecesario”. Procedió a llenar de canchas el canal de alivio, en la primera crecida el río Neverí arrasó con dichas canchas.

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William Gómez García Periodista venezolano

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