Somos Bolívar y Chávez ante las dificultades

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Bolívar, padre Libertador, tú que doblegaste con tu espada al Imperio Español, la peor peste del siglo XIX, que esclavizó a la América bajo la fuerza de la barbarie, levanta tú espíritu redentor para que este pueblo sometido por un nuevo  Imperio que pretende asumir el control de esta nación bajo la brutalidad del bloqueo, sin respetar las leyes universales de la vida y los derechos humanos, restablezca la paz como estandarte de la unidad revolucionaria.

Ese nuevo imperio, convertido en un virus infamante, utilizando una corona transgresora de la vida, pretende controlar el mundo para su propio beneficio capitalista, sin importarle cuánto sufre la humanidad.  Es el imperio de la ignominia que ha llevado guerra, hambre y muerte a los oprimidos, a los desvalidos y todo lo que sea un peligro para el Nerón del siglo XXI, caracterizado por el supremacismo y el odio a los distintos a su color de piel.

Así está ocurriendo con Afganistán. Luego de 20 años de control territorial que ha conllevado a la pérdida de vidas humanas, los talibanes, esa misma horda guerrerista creada por el mismo Imperio norteamericano, ha puesto a correr a los gringos, sin importarles a quién se llevan por medio. Lo importante para las fuerzas invasoras, era cuidar el crecimiento del opio, como  para el consumo interno de los Estados Unidos. Eso en Asia.

Aquí en América, están generando, a través de sus lacayos, un golpe parlamentario contra el recién electo presidente de Perú, Pedro Castillo. Por eso, pareció sospechoso el reconocimiento de Keiko Fujimori al resultado electoral. Mientras que en Colombia están controlando el cultivo de coca, con la autorización del gobierno de Iván Duque.

Pero serán los pueblos libres de la tierra los que se levantarán para derrotar a Estados Unidos, a quien Bolívar calificó de estar destinado por la Providencia para plagar  la América de miseria a  nombre de la Libertad.  Padre de la Patria, quienes pregonamos que nuestra independencia no se negocia, tenemos el arma legítima de la soberanía, enmarcada en nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana y el Poder Popular. Esa misma que nos enseñó Hugo: Pasar por encima de todas las dificultades que  aparezcan en la marcha, porque nos mueve un amor muy grande. Frente a las dificultades, está levantarnos por encima de las circunstancias y hoy diremos como Ribas en La Victoria: No podemos optar entre vencer o morir. Necesario es vencer.

¡Qué viva la Patria!

“Me parece que ya veo una conjuración general contra esta pobre Colombia, ya demasiado envidiada de cuantas Repúblicas tiene la América. Todas las prensas se pondrían en movimiento llamando a una nueva cruzada contra los cómplices de traición a la libertad, de adictos a los Borbones y de violadores del sistema americano”.

Simón Bolívar al señor coronel Patricio Campell, Guayaquil, 5 de agosto de 1829.

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William Gómez García Periodista venezolano

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