En la acostumbrada agenda de “Miércoles de Economía” el presidente Nicolás Maduro Moros, comentó sobre la invitación enviada por la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras), a la cual asistió la vicepresidenta Delcy Rodríguez. La federación busca avanzar junto al gobierno Bolivariano en la superación de la crisis económica que afecta al mundo en plena pandemia, el presidente al respecto señaló: “no importan las diferencias ideológicas o políticas. Lo que importa es que en esta etapa los venezolanos estemos unidos, superando la pandemia y trabajando para producir y producir, hacer florecer a nuestra hermosa Patria”.
Durante la jornada de trabajo del 21 de julio, el Presidente comentó que emprendedores de diferentes sectores productivos nacionales están enfocados en la generación de soluciones de consumo interno y con vocación exportadora. “Hace muchos años no nos veíamos las caras con Fedecámaras”, rememoró Maduro, al reconocer la iniciativa de la organización empresarial, de la misma forma agradeció y felicitó a la vicepresidenta ejecutiva por el discurso ofrecido en el encuentro con la cúpula de los empresarios. “Me parece muy bien, vamos a asistir para llevar un mensaje de diálogo, entendimiento, de reconciliación, mensaje de trabajo productivo, por Venezuela, y eso fue lo que hizo la vicepresidenta Delcy”.
Carta con sotana, fracasa en el encuentro
El dignatario, abrió un paréntesis para denunciar lo que calificó como «un intento por perturbar con odio y cizaña en la Asamblea de Fedecámaras», cuando un sacerdote desconocido, presente en el acto protocolar, hizo lectura de una carta la cual, supuestamente, fue enviada por el canciller del Vaticano en Venezuela, Pietro Parolin. “Fue el único que puso la nota discordante. Cuando todo el mundo está hablando de producir y unirse, superar la crisis y generar riquezas, viene un cura que no conozco, invitado especial, un Obispo, no sé quién es, y leyó una carta que era un compendio de odios, venenos, rencillas, de casquillos, cinismo puro”.
Consideró el presidente venezolano, que la misiva tal vez no fue enviada por el canciller del Vaticano, aseveró su sospecha de un plan para tratar de involucrar a un alto funcionario del Vaticano en una reunión entre el gobierno Bolivariano y empresarios privados venezolanos.
Para concluir, el Presidente llamó a “producir y producir, que nadie se enganche al odio, la intriga, la maldad y la mentira, no importa que se vistan con sotana los demonios y diablos, no importa eso, no te enganches en el odio; vamos a engancharnos con el trabajo productivo”.
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