Los hombres no pueden ser más perfectos que el sol. El sol quema con la misma luz con que calienta. El sol tiene manchas. Los desagradecidos no hablan más que de las manchas. Los agradecidos hablan de la luz.
José Martí
Sí, el comentario de Fernando Molina publicado en Facebook («Sobre Cuba») es breve, pero repleto de juicios y sentencias, arrogante, aunque finalmente transparente en tanto culmina: “Reclamar al comunismo lo que prometió y nunca dio: la emancipación humana, es mi causa”.
Es cierto que la “vertiginosa historia latinoamericana nos pide posicionarnos”, como afirma. Por eso desguazaré su columna.
«Sobre Cuba» empieza por reconocer “que Estados Unidos no ha cejado en su presión e intromisión en Cuba, desde antes de la Revolución”, al tiempo que afirma, en relación a las protestas de ayer, que “también es cierto que hay muchas razones para protestar y luchar dentro de un régimen posestalinista”. Aquí lo primero que cabe es preguntarse ¿en qué país de nuestra Región no hay razones para que la sociedad civil proteste? ¿Pasará, el amigo escritor, revista al conjunto de condiciones adversas que padecen las distintas naciones de este lado del mundo o se quedará únicamente en su autoasignado papel de Fiscal de la Revolución cubana?
Paréntesis… lo de “régimen posestalinista” no sé por dónde tomarlo, carece de cualquier rigor histórico y refleja un absoluto desconocimiento de la idiosincrasia cubana y del origen y desenvolvimiento de esa Revolución. Deduzco que desea equiparar a Stalin con Fidel Castro. Sin comentarios. Solo decir que no pude sino recordar el legendario libro de Andrés Oppenheimer La hora final de Fidel Castro, publicado en 1992. ¡La hora más larga de la historia de la humanidad! ¿Será que confunden deseos con realidad? ¿Qué desconocen la raíz de ese proceso emancipador –lo que los lleva a la básica ecuación de dirigentes estalinistas, masacradores y pueblo sumiso y doblegado por décadas–?
Párrafo siguiente, afirma el autor: “El dogmatismo y el temor de la nomenclatura o casta dominante no permite a los cubanos convertirse en sujetos económicos”. Otra vez… si de algo se ha caracterizado desde su cuna esa Revolución es justamente de la heterogeneidad del pensamiento de izquierdas y la convivencia de sus corrientes internas, donde cobraron protagonismo nociones nacionalistas, otras progresistas, otras marxistas, etcétera. Basta estudiar el primer medio siglo de la historia de la isla del siglo XX y sobre todo entre la tercera y quinta década, para identificar partidos y movimientos como la Joven Cuba, el DEU, el 26 de Julio, el Partido Socialista Popular, el Directorio Revolucionario, entre muchos otros con ideologías y programas políticos diversos. ¿Es pecado que desearan anteponer a sus diferencias la unidad del arco revolucionario tras el primer lustro de la Revolución?
Sigamos con el juicio anterior… “nomenclatura o casta dominante”. Debiera ponerse de acuerdo: ¿nomenclatura o casta dominante? Son categorías bastante distintas y distantes. La primera, claramente la emplea, una vez más, como “calco y copia” de los análisis occidentales acerca de la exURSS, en un ejercicio poco original ya que –al menos como lo entiendo– los intelectuales deben crear, no repetir y extrapolar ciegamente (le faltó nombrar “gulag” y quedaba completo el cuadro). Y lo de “casta dominante”… No me imagino qué comprende por casta, porque en sus propias líneas habla de ascensos –obviamente que añade «partidarios»–, etcétera… ¿se refiere a “casta-PCC”?
Respecto a “sujetos económicos”. ¿Qué quiere decir? ¿Qué se de paso a la propiedad privada (nunca ha dejado de existir en Cuba)? ¿Qué se enajene la propiedad pública en favor de empresarios particulares? ¿Qué quiere decir “sujetos económicos”?
El párrafo siguiente es el más aventurero y peligroso, allí Molina escribe: “El modelo consiste en tener al pueblo como el mantenido de un Estado insuficiente, pobre, burocrático y atravesado por corruptelas y nepotismos”. Aquí solo podemos asumir una cosa, además de que subestima a un pueblo completo en su condición de “mantenido”. ¿Querrá decir Molina que el Estado insuficiente, pobre… no resulta? ¿Es fallido? ¿Y si no resulta o funciona ese Estado qué propone? ¿Quién debe hacer de ese Estado otro “suficiente”? ¿Qué quiere decir un Estado “suficiente”? ¿Qué Estado de nuestra Región no es pobre, superó el burocratismo, erradicó la corrupción y toda clase de males? Lamentablemente es justo ese argumento el empleado por quienes a voz en cuello desde el exterior claman «ayuda humanitaria» –léase invasión… digamos las cosas por su nombre–.
El párrafo venidero es realmente difamatorio, pues no creo al periodista tan ignorante: “No hablemos ya de que se permita que los cubanos sean sujetos políticos. Todas las vías de debate y pensamiento independiente (inclusive las artísticas) están bloqueadas o controladas celosamente por un Estado”. Solo me quedaría agregar que vea en detalle las propias imágenes y reproduzca los videos de las protestas en Cuba que tanto le conmueven; y que ojalá vaya a la isla y sin temor visite asociaciones de artistas, acuda como oyente a una reunión de juntas de vecinos, etcétera… quizás se sorprenda que lo que tiene en su mente dista de lo real.
La guinda del párrafo: “…que si algo sabe hacer bien es reprimir selectivamente, identificar y neutralizar moral y materialmente a los disidentes”. Me encantaría que en el mismo Facebook el periodista nos pudiera compartir las crudísimas respuestas de la Revolución que “si algo sabe hacer bien es reprimir”… Que nos comparta la Policía anti-motines disparando a quemarropa, las personas torturadas y sin ojos, los cadáveres… algo que hemos visto últimamente en Chile, Colombia, Perú, Ecuador y por supuesto en Bolivia con Áñez.
Por cierto, “disidente” quiere decir que una persona no comparte una ideología oficial de un Gobierno o partido, o iglesia, entre otros… ¿En Cuba hay disidentes? Claro, lo contrario sería lo antinatural, que once millones de personas pensaran igual. Como en cualquier sociedad hay personas en favor del proyecto político e ideología dominante, otras en contra, otras marginadas, etcétera. ¿Por qué el que en Cuba existan personas que están disconformes con el Gobierno debe ser noticia mundial? ¿Qué hace que lo que existe en todos los países en Cuba cobre una particular relevancia?
Continuamos con algo caricaturesco: “Las nuevas tecnologías que el Partido Comunista ha dejado entrar a regañadientes a la isla han flexibilizado un poco este control secante”. ¿Por qué el estalinista y represor Partido Comunista y su nomenclatura y casta nepotista –perdón si me olvidé de alguna palabrita lanzada– habría de ceder a que la población tenga acceso a Internet y flexibilizar “un poco este control secante”? ¿Para qué crear las condiciones de su propia desestabilización? ¿Sabe el autor cuál es la cobertura y conexiones de la población a Internet? ¿Le sonará al autor el chat “Zunzuneo”? Pudiéramos extender muchísimo el cuestionario en esta materia; ¡su «a regañadientes» es gracioso, lo confieso!
Aquí otra vez reaparece el Fiscal del conjunto de una Nación: “…sin chocar cotidianamente con restricciones que les impidan actuar, determinar su propio modo de vida”. Cualquier persona mínimamente informada y sincera podría reconocer el alto nivel de instrucción de esa población, a sus destacados intelectuales, artistas, científicos, etcétera. Sostener que esas personas sean incapaces de “determinar su propio modo de vida” no es más que menospreciar la inteligencia de esos cientos de miles de inteligentes. Desconozco si Molina “determine su propio modo de vida”, espero que sí, para que sea feliz. Lo que me es llamativo es su certeza del modo de vida que desearían personas tan lejanas a él… en fin… ¡Fiscal de la Revolución y ahora de la filosofía de la vida de una nación caribeña! ¡Un crack!
A esta altura, lector/a, me voy cansando… sintetizaré los puntos venideros: “El discurso del Partido… discurso, además, orientado a consagrar la lentitud o imposibilidad del cambio social…”. Vamos: Periodista, le invito a leer noticias… comience por VI y VII Congreso del Partido, lineamientos, unificación monetaria, entre muchas otras; compare luego políticas económicas en los 70, 80, 90, 2000 y 2010… Lea lo que es un cuentapropista… Y es que si algo ha hecho la Revolución cubana en seis décadas es justamente lo que el señor Molina niega: cambiar la sociedad. ¡Ah, claro que no la cambia donde él quisiera, para fortuna de cubanas y cubanos!
Otra: “La única opción de un cubano inteligente y aplicado para salir adelante es hacerse oficialista, lo que estrecha sus posibilidades (y rebela constantemente a algunos individuos)”. Una vez más totalizando… incapaz de ver matices en una sociedad. ¿Si yo le dijera que no pocos artistas, atletas y docentes no son “oficialistas” ni militan en el Partido Comunista me creería? ¿No concibe a alguien que entregue toda su inteligencia a su país sin ser oficialista? ¿El periodista amigo –imagino que se sentirá muy inteligente– ha salido adelante sirviendo a quién?
Otra afirmación temeraria: “…espontánea lucha popular por demandas que deberían tener toda nuestra simpatía (y que no pueden atribuirse solamente a los estadounidenses) como la solución de la carestía crónica de alimentos”. ¿Me puede apuntar los informes de las FAO que digan que en Cuba se da una “carestía crónica de alimentos”? ¿Cree seriamente que un país hambriento puede multiplicar las expectativas de vida de su población como ningún otro del subcontinente latinoamericano y caribeño? En lo personal, no puedo simpatizar con grupos que plantean guerras fratricidas; menos aún a quienes se movilizan por la idea que mató a José Martí y tantas y tantos otros: el imperialismo.
Finalmente, cierra Molina entre Oráculo de Delfos y pesimismo –pobrecito él–: “Es difícil que haya cambios profundos en Cuba por varias razones: a) porque el Ejército, que es el único sujeto político real de la isla (se trata de una dictadura militar) no parece tener razones para cambiar este régimen, del que es la columna vertebral, por una democracia como la que querría imponer Estados Unidos; b) porque los cubanos son nacionalistas y, dada su cercanía a Estados Unidos, cualquier cambio facilitaría la injerencia de este país en los asuntos nacionales; c) porque la parte de la población que tenía más agencia política y podía oponerse al estado de cosas se halla fuera del país, exiliada en distintas partes del mundo”.
Una vez más vamos… a) ¿Dictadura militar? ¿»Democracia» como la que querría imponer Estados Unidos? Sin comentarios… esto no se lo cree ni Vargas Llosa; b) Ciertamente las cubanas y los cubanos son nacionalistas, martianos… ¡Al fin pegó a una / por probabilidades a veces ocurren cosas así! Pero… no es la cercanía la que facilita o no la “injerencia” de Estados Unidos en tal o cual lugar (otra vez lo convido a leer noticias en el mundo desde la Guerra de los Balcanes para acá), es el peso de la historia de las relaciones cubano-norteamericanas. Le paso un dato: en la céntrica Librería Subterránea están vendiendo a buen precio dos libros de historia de Cuba desde Colón a Fidel Castro; no estaría mal que les diera una revisada.
La despedida: “Reclamar al comunismo lo que prometió y nunca dio: la emancipación humana, es mi causa”. Le aplaudo lo más honesto del relato, su posición respecto a la ideología que yo profeso: el comunismo.
Pd.: Le creeré su preocupación por Cuba el día que encabece la campaña en Bolivia –o al menos en La Paz– del levantamiento del bloqueo. Mientras tanto… solo veo impostura.
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Javier Larraín Profesor de Historia y Geografía
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