Hace 16 años, en la cátedra de Gerencia y Planificación Editorial de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Santa María, me correspondió presentar un trabajo sobre el liderazgo, cuyo personaje central era el Libertador Simón Bolívar, el cual fue calificado como «sobresalientes». Por ello, se me ocurrió publicarlo.
El liderazgo es considerado como una de las representaciones más importante del ser humano. No solo es un hecho axiológico presente en el hombre, sino que ello es inmanente en todo ser pensante. En consecuencia, es una acción que por su naturaleza misma destaca al líder en hechos sociales relevantes que consolidan los valores fundamentales de los pueblos.
El liderazgo tiene una concepción lógica, porque ella pertenece a la humanidad. En el mundo son muchos los liderazgos que han ocupado espacios importantes en el devenir de la historia. El hombre ejerce su derecho y su deber, para consolidar un efecto que despierte la conciencia para lograr el objetivo deseado. Convertir a la sociedad y el Estado en una organización, donde el cuerpo social tenga acceso a los factores básicos de convivencia.
Desde el mismo momento de la concepción de la humanidad, el liderazgo fluye como el camino necesario para unificar a los pueblos. Ello se logra a través de la asociación de tres procesos diferentes. El líder evalúa con un conocimiento amplio las propiedades y características del objeto.
En primer lugar, el liderazgo debe estar compenetrado con el afecto. Es decir, debe despertar los sentimientos para entrar a la fase conductual. En segundo lugar, en el ser humano la conducta es el factor decisivo para lograr la consolidación del proceso de participación, con sus respectivas características sociales. En tercer lugar, permitirán al hombre y a la sociedad llevar el mensaje de que el progreso y el bienestar es el producto del esfuerzo de los hombres bajo la égida de la solidaridad, para enfrentar con voluntad las más variadas metas.
En consecuencia, analicemos al Libertador Simón Bolívar y su conocimiento de la estrategia militar, que sirvió para enfrentar al dominio español, la cual diseñó bajo los avatares de los primeros años de la República. Descubriremos su obra para crear conciencia viva de nuestra formación como nación. En ese aspecto, El Diario de Bucaramanga es una de las obras de mayor interpretación sobre el liderazgo de Simón Bolívar. En ella, el coronel Luis Perú de Lacroix, un militar francés que se unió a la causa de la independencia de Venezuela, se convierte en el mejor estudioso del liderazgo del Padre del Patria.
Escrita entre el primero de abril al 26 de junio de 1828, esta obra define los caracteres en los cuales Bolívar consolidó su visión militar y estratégica. Uno de los elementos que cultivaba eran los valores morales, tomando en consideración los vicios de la época y la educación que de manera imperativa soslayaba la formación del venezolano.
Es necesario acotar que en el Libertador afloraba la fase del sentimiento, el cual sumado a la creencia conforma uno de los componentes más importantes para el liderazgo. En consecuencia, para Bolívar el arte de la política consiste en precaver y juzgar a los hombres, con el conocimiento profundo del corazón humano y sus acciones.
Logros
En concordancia con el liderazgo emanado de su extensa relación epistolar, Simón Bolívar a través del Discurso de Angostura se ubica como uno de los oradores con mayor expresión literaria. Para él la estructura del efecto semántico es valiosa para construir las oraciones que tengan un alto grado de identificación con el receptor. En este caso, su mensaje se mantiene en el tiempo.
Considerada como uno de los instrumentos literarios del general Simón Bolívar, el Discurso de Angostura se convierte en pieza de consulta obligada por el aspecto sociológico de los venezolanos que allí se trata; se pronuncia contra la esclavitud y a favor de la democracia; propone un Senado como base fundamental del poder legislativo; se inclina por una educación popular, dando a conocer uno de los pensamientos con mayor carácter universal: «Moral y luces son los polos de una República: moral y luces son nuestras primeras necesidades».
Asimismo, en el discurso plantea la creación de un poder moral para prevenir la corrupción administrativa, que no fue acogida por los diputados de entonces, sino como un apéndice de la llamada Constitución de Angostura, sancionada el 15 de agosto de 1819 y segunda del constitucionalismo venezolano.
Otro de los logros del Libertador fue el uso de la táctica militar para consolidar el proceso independentista en América. De acuerdo a los historiadores en el arte de la guerra americana, Bolívar ayudaba a los soldados en ciertos trabajos. Para él no había distancia sobre las diferencias jerárquicas. Ello evidencia el valor de la autoestima, para el Libertador no era obstáculo ayudar personalmente a los soldados a cargar las mulas y socorrer en los pasos de ríos a los que no sabían nadar o a los más débiles.
La experiencia en el campo de batalla, tejió en el Padre de la Patria un vasto conocimiento sobre el uso de los elementos bélicos. Entre ellos, la utilización de la fuerza con el objeto principal de reunir las operaciones militares bajo el contexto de sitiar al enemigo. La mencionada estrategia sirvió para coronar con éxito la batalla de Carabobo en 1821, la cual cumple 200 años este 24 de junio.
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William Gómez García Periodista del estado Anzoátegui
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