La voluntad soberana del pueblo del Perú expresó su apoyo al programa de gobierno del profesor Pedro Castillo de Perú Libre el domingo 6 de junio de 2021. Un sencillo profesor rural unidocente, rondero, hijo de las entrañas de una Cajamarca excluida del mundo urbano blanqueado de neocolonialismo, xenofobia y racismo, de raíces de pueblos originarios, víctimas de la exclusión, pobreza, xenofobia e irreversibles procesos de aculturación, de un Estado amorfo, generador de riqueza en manos de pocos y diseminador de pobreza para las mayorías.
Ahora le tocó al pueblo. Todavía no logran entender las lógicas y dialécticas de las narrativas y discursivas de la subversión política e ideológica oligárquico-imperialista, no reaccionan los tanques de pensamiento nacionales e internacionales y las miradas hegemónicas, geopolíticas, geoestratégicas y su apetito geoeconómico y antipopular, en sus cuartos de guerra analizarán qué le falló al libreto del establecimiento, que más pudo la indignación de un pueblo sometido a un acumulado de décadas neoliberales de inequidad e injusticia.
Las profundas asimetrías que han venido devastando y vulnerando los derechos del pueblo peruano, hoy evidencian que se cansó de la exclusión, la discriminación, que la riqueza se concentre en una minoría a costa de un pueblo empobrecido y más aún durante la pandemia del Covid-19, que cada día carga sobre sus espaldas una inmensa deuda externa, con alarmantes indicadores socioeconómicos cuyos efectos e impactos golpean a los sectores campesinos más empobrecidos. Concomitante, una terrible estructura de diferentes metástasis de corrupción, con expresidentes que han fomentado una mayor concentración de la riqueza, pisoteando los derechos del pueblo y enriqueciéndose mediante el vandalismo y saqueo de los recursos naturales del Perú.
No pudo conseguir el triunfo la gran maquinaria electoral oligárquico-imperialista anclada en el poder por más de 30 años, ni las calumnias que acusaron de terrorista, maoísta y comunista al electo presidente Pedro Castillo, a pesar de contar con una estructura massmediática corporativa. Intentaron erosionar el inmenso apoyo popular, pero es el pueblo el que decide en las urnas, que logró propinar la derrota electoral y política al fuji-montesinismo, al Grupo de Lima, que se queda sin Lima, a la reconfiguración neocolonial, empresarial neoterraterniente, de las ultraderechas iberoamericanas de Madrid y Miami, al hegemón norteamericano, a su doble moral de rasero, convertido en modelo de democracia que pisotea los Derechos Humanos de los pueblos de Latinoamérica y mundo que practican el principio de la libre determinación de los pueblos y se niegan a convertirse en patios traseros de la añeja neocolonialidad del imperialismo norteamericano y de la Unión Europea (UE), aupado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con una hipócrita diplomacia que permite la aplicación de Medidas Coercitivas Unilaterales, que son y constituyen una flagrante violación al Derecho Internacional, Derecho Humanitario Internacional, Instrumentos Internacionales de Derechos Humanos, Convenciones, rayando en el más demencial crimen y delito de lesa humanidad.
No extraña que la señora Fujimori haya recurrido a la muletilla de el fraude electoral sin sustento y materialidad del mismo. A ella la persigue un largo expediente de delitos, pero, a pesar de controlar el Congreso peruano, la comunidad internacional está atenta.
Hay un nuevo despertar de los pueblos latinoamericanos, por justicia social, por derechos, por solidaridad. Se viene una nueva reconfiguración de la democracia que le apuesta a la integración, a los Derechos Humanos, a la vida en abundancia, a la igualdad, a la equidad de género, a una diplomacia de los pueblos contrahegemónica y antiimperialista.
Perú votó por el programa de gobierno que es una apuesta a una Nueva Constitución, a la erradicación y desmontaje de una sistemática estructura de corrupción, a la reforma agraria y a una Economía Popular de Mercado con tintes de keynesianismo social, de cepalismo, a un proceso de industrialización, a la revitalización y fortalecimiento de la pequeña y mediana empresa, a la defensa de los recursos naturales, del agua, como sus ancestros. Lo que significa enterrar el fantasma del bombardeado comunismo.
Por ahora, en lo inmediato, esperamos que el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), fiscalizador de escrutinios, evacue las actas presentadas para anulación por Fuerza Perú y la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) pueda proclamar oficialmente el triunfo del profesor Pedro Castillo, que ha culminado con el 100% de actas escrutadas.
Latinoamérica y el mundo mira al Perú, que por cierto no está solo, todos los gobiernos progresistas acudirán en su apoyo.
Ergo, primero vacunas para inmunizar al pueblo, acompañadas de cambios estructurales en su economía para rehabilitar el empleo, tributos que deberán pagar los que más tienen en beneficio del proyecto nacional de justicia social con derechos fundamentales para todas y todos los/as peruanos y peruanas.
El profesor Pedro Castillo es el legítimo ganador de este balotaje electoral en el que la señora Keiko Fujimori no tuvo el apoyo popular, cuyo resultado es irreversible, por más que golpee las puertas de los cuarteles militares, que constitucionalmente no son deliberantes. Existen observadores internacionales electorales de la OEA, Unión Europea (UE), de Latinoamérica y los/as delegados/as de las organizaciones políticas inmersas en el proceso electoral.
Quisieron posicionar las proyecciones de encuestadoras electorales que la convertían en ganadora, esa era la estrategia de toda una estructura massmediática corporativa nacional e internacional, para hacer creer al pueblo que ella ganó.
Hay un hilo conductor de relatos corporativos, negacionistas, que no miraron el inmenso apoyo que tenía el profesor Castillo.
En un proceso electoral no se gana con porcentajes, sino con votos reales, tangibles, contables y la sumatoria total de los mismos expresa el triunfo o derrota.
En efecto, acudimos a la tercera derrota política electoral de la señora Keiko, el día domingo ya sabía que perdió y ahora es recurrente en invocar al fraude electoral, que deberá probarlo. Mismo manual con un discurso para intentar amortiguar el gran expediente de delitos en su contra que lleva adelante el Ministerio Público en el Perú.
Empero, es importante visibilizar que ella controla el Congreso a través de su bancada legislativa, Fuerza Popular, que desde allí va torpedear y boicotear cualquier proyecto de ley que presente el presidente Castillo.
El pueblo ya decidió, ya tiene presidente y deberá gobernar no solamente para sus coidearios/as, sino que tendrá que hacerlo por quienes votaron y no votaron por él, es decir, para 33 millones de peruanos y peruanas que quieren la reactivación socioeconómica, del Sistema Nacional de Salud pública para el pueblo, fundamentalmente las vacunas, reactivación productiva, del empleo, reducción de las brechas de pobreza y extrema pobreza y cumplimiento de su programa de gobierno.
Ya la campaña electoral es parte de la memoria e historia electoral del Perú.
La comunidad internacional, a través de sus misiones de observación electoral, debe exigir se garantice con total transparencia los resultados electorales. Anhelamos y aspiramos que ello se cumpla apegados/as a derecho.
Por el bien de la democracia del pueblo peruano, de una Latinoamérica convertida en región de paz, no queremos que se repita el nefasto acontecimiento de Bolivia, que terminó con un golpe de Estado y una dictadura sangrienta.
Otro Perú es viable y posible. La democracia se consolida cuando se respeta la decisión y voluntad soberana del pueblo. Quien convoca el respeto a la espiritualidad, a la vida, no puede ser tachado y tildado de ateo.
Por ahora el Perú ya tiene presidente y hay que aprender a respetar la decisión popular. Tendrá que unir al pueblo, respetando la diversidad y otredad sociocultural. Otro Perú ahora es viable y posible con el presidente Pedro Castillo Terrones.
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Luis Ernesto Guerra Analista político y activista de Derechos Humanos
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