EXCLUSIVO │ Ramón Grosfoguel: “La modernidad no es un proyecto emancipatorio, es un proyecto civilizatorio”

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Modernidad, colonialismo, imperialismo, capitalismo, racismo, sexismo, cristianismo, historia y conquista de América son solo una pequeñísima muestra de palabras, concepciones, categorías y definiciones que nos encontramos a diario en debates políticos, coloquios de pensamientos, estudios, entre otras actividades.

Sin embargo, la difícil tarea de relacionar cada una de ellas en un todo integral razonable es imprescindible para comprender nuestro lugar en la historia, en el tiempo y lugar que ocupamos actualmente y el devenir, condición impostergable para pensar e implementar cualquier proyecto emancipatorio anticapitalista.

Para hablar de estos temas y, en particular, del llamado enfoque “decolonial”, entrevistamos al sociólogo puertorriqueño Ramón Grosfoguel; a continuación compartimos un fragmento del encuentro. 

Queremos entender esta nueva forma épica, epistemológica y universal que planteas para cambiar la lógica de colonialidad que domina al mundo actual.

En términos de qué significa esto de colonial, tienen muchas dimensiones: hay una colonialidad del poder, hay una colonialidad epistémica, es decir, del saber, hay una colonialidad del ser y hay una colonialidad sobre la naturaleza.

Cuando hablamos de descolonización estamos hablando de una multiplicidad de formas de dominación de un sistema civilizatorio, un sistema que desde el comienzo fue una expansión de una civilización. En la expansión colonial europea trajeron toda su civilización al resto del mundo, no fue que ellos vinieron con la economía y dejaron en la casa la maleta de la religión, la maleta de la visión de mundo, de sus prácticas patriarcales, y llegaron a un nuevo mundo puramente económico.

Vinieron con la maleta llena y donde quiera que llegasen la abrían y salía todo el paquete de relaciones de dominación de esa civilización de la cristiandad, cuyas narrativas y mitos de esa cristiandad se secularizan en lo que conocemos como la modernidad. En otras palabras, este mito de que la modernidad es científica y que está más allá de una religión es una gran mentira.

Las lógicas civilizatorias de esta civilización cristiano-céntrica, occidentalocéntrica, moderna, colonial, se instalaron desde el primer día en un mercado mundial capitalista que se creó a través de una expansión colonial a todo el planeta, porque empezaron por un sitio, siguieron al otro y pasaron al otro continente, y cuando ya después de 400 años habían cubierto el planeta entero, entonces hoy día nosotros estamos metidos en una civilización que es planetaria.

Y 500 años después todavía España no logra resolver del todo sus problemas internos, por ejemplo, su propio Estado-nación.

Exactamente, y ese concepto se seculariza, en un primer momento era teológico, luego empieza a ser la identidad nacional y entonces todos somos franceses, por ejemplo. El problema con ese modelo de nación es que no existe, razón por la que los movimientos indígenas de América Latina han impulsado los  Estados Plurinacionales, que es una idea de descolonizar ese concepto Estado-nacional. Es una gran ficción, no existe ningún lugar del mundo donde haya un Estado, una identidad y una población que corresponda en uno a uno con la identidad de su Estado, eso no existe. Es una ficción que crea más problemas que soluciones, porque siempre van a haber allí poblaciones que no tienen tu misma identidad del Estado y si no haces un Estado Plurinacional lo que va a pasar en la práctica, y lo que ha pasado históricamente, es que esos Estados son instrumentos para súperexplotar y excluir a una parte de la población de sus territorios, cuestión que se globalizó como estructura al mundo.

«Llevamos 500 años produciendo tecnología bajo una cosmología dualista cartesiana destructiva de la vida»

¿La modernidad es un proyecto emancipatorio o es un proyecto civilizatorio de muerte?

La retórica de la modernidad  dice que nos hicimos así de ricos porque hemos trabajado duro, porque tenemos ciencia, porque tenemos niveles de coeficiencia e inteligencia superiores, o sea, ahí está el tema racial en tanto los demás son inferiores en cuanto a inteligencia y coeficiencia. 

El neocolonialismo está muy vivo y ha sido el mecanismo central con el que siguen dominando al sur global hasta el día de hoy.

En la narrativa eurocéntrica de izquierda la modernidad es un proyecto emancipatorio y lo que impide que esa modernidad sea emancipatoria, como lo fue para los europeos, es el sistema capitalista, por tanto lo que hay que hacer es acabar con el capitalismo y cumpliremos las promesas inconclusas de la modernidad y nos haremos modernos, y estaremos de tú a tú con Europa, y eso es una falacia porque la modernidad no es un proyecto emancipatorio, es un proyecto civilizatorio.

Si lo miramos desde el sur global, esas promesas nunca han llegado ni llegarán porque es un sistema que es inherentemente súperexplotador, racista, patriarcal, imperialista, colonial, cristianocéntrico, occidentalocéntrico, eurocéntrico, ecologicida, es decir, el pensamiento crítico producido desde el sur global siempre habla de una civilización, no solamente de un sistema económico. 

Cuando miras los pensamientos críticos negro, indígena en las Américas, indígena en África o en el Pacífico, de los musulmanes o del mundo budista, el pensamiento que se produce desde estos lugares y estas tradiciones, siempre están hablando de una civilización. Nunca dicen «el sistema económico…», sino que siempre dicen «es una civilización que tiene un sistema económico explotador, pero que no se agota aquí la cosa». Por lo tanto, la teorización de lo decolonial significa un nuevo paradigma de cómo descolonizar la economía política que hemos tenido hasta ahora.

Si  te organizas contra el capital reproduciendo la lógica civilizatoria moderna, racista, pues vas a reproducir en la propia lucha contra el capital los problemas con los cuales estás luchando en contra, porque si te organizas contra el capital de manera racista la consecuencia va a ser que no vas a acabar con el capital, lo vas a reproducir; si  te organizas contra el capital reproduciendo el patriarcado, pues vas a reproducir otra vez los mismos problemas que tiene ese sistema del capitalismo histórico, el realmente existente, que está organizado desde adentro por las lógicas civilizatorias de la modernidad.

¿Por qué el capitalismo es genocida y epistemicida?

El capitalismo histórico es genocida porque es racista, porque está organizado por las lógicas civilizatorias no como superestructuras, sino como principio organizador de la acumulación de capital, por las lógicas civilizatorias modernas del racismo. Si el capitalismo es feminicida es porque está organizado desde adentro con las lógicas civilizatorias de la modernidad del patriarcado de la cristiandad que fue el que se globalizó en el mundo; no fue cualquier patriarcado, fue el de la cristiandad, el que ellos trajeron en la maleta que te hablé al principio, ya que donde quiera que fueran abrían la maleta y sacaban el patriarcado de la cristiandad en todas partes del mundo. 

El capitalismo es epistemicida porque está organizado desde adentro con lógicas civilizatorias modernas del eurocentrismo, donde imponen como superior una forma de producir conocimiento y lo demás es inferior, y de ahí viene el epistemicidio. Si el capitalismo es ecologicida es porque está organizado desde adentro con las lógicas civilizatorias de la modernidad que es el dualismo cartesiano, estas ideas de pensar que la vida humana está ontológicamente separada de otras formas de vida que llamamos y nombramos naturaleza, cuando realmente la vida humana coexiste con otras formas de vida dentro de un solo cosmos.

Llevamos 500 años produciendo tecnología bajo una cosmología dualista cartesiana destructiva de la vida. Lo que está destruyendo la vida del planeta no es solamente la lógica capitalista de acumulación, es también una manera particular, una cosmovisión, que organiza el capitalismo de una manera singular, una lógica civilizatoria que viene de la modernidad, que es la idea del dualismo cartesiano, que en última instancia empareja humano-naturaleza.

Ninguna civilización anterior, con todos los problemas que le podamos encontrar y las críticas que podamos hacer, tuvo la estupidez de pensar la relación o producir tecnología bajo una cosmología dualista. Con todas sus diferencias, todas tenían allí un principio holístico de la relación entre vida humana y otras formas de vida, no eran dualista, eran holísticos, es decir, todos estamos dentro de un solo cosmos donde todas las formas de vida coexistimos en la diversidad dentro de la unicidad, es un principio. 

En las cosmovisiones del Ubuntu en África, de la Pachamama andina o del Tabuik del islam, vas a encontrar la idea básica de la diversidad dentro de la unicidad: no la idea dualista de que estamos los humanos por aquí y las otras formas de vida por allá.   

¿Occidente como proyecto civilizatorio es un proyecto de muerte?

Es sentido común de que si destruyes tu medio ambiente te destruyes a ti mismo, por eso digo que Occidente como proyecto civilizatorio es un sistema de muerte. Como dicen los intelectuales críticos indígenas de nuestra América o de Abya Yala, la lógica destructiva de la vida ha prevalecido producto de una cosmovisión que es muy problemática. En el pasado, todas las civilizaciones tenían principios holísticos, sin embargo, ahora ves que la civilización occidental dice que los humanos somos muy destructores de la vida, pero  cuando   llevan  en cohete a alguien a la luna dicen “nosotros los occidentales”, y cuando se trata del desastre dicen: “no, los humanos”; ahí les echan la culpa a los humanos.

En otras palabras, el proyecto de transformación debe tener como horizonte, aunque no podamos hoy realizarlo, un cambio en las lógicas civilizatorias hacia la fundación de una nueva civilización que rompa con todas estas diferentes lógicas de dominación.

¿Son muchas las jerarquías de dominación? ¿Cómo reconocerlas?

Identifico alrededor de 16 jerarquías de dominación, por ejemplo, las jerarquías de dominación médicas, donde privilegiamos las formas de medicinas occidentales contra las medicinas tradicionales. Las jerarquías de civilización urbano-rurales, cuando se privilegia en esta civilización lo urbano sobre lo rural, y en esta civilización ha sido una maquinaria de destrucción del campesinado y de comunidades. A la sazón hemos puesto la mayor parte de la población del mundo ahora en las zonas urbanas y en lo que son las zonas rurales, agrícolas, entre otras, cada vez son menos los que viven ahí, fenómeno que crea unos desastres ecológicos brutales, además de toda la pobreza concentrada en las ciudades.

La división internacional capitalista del trabajo centro-periferia, la estructura de clase que constituye ese sistema; el sistema interestatal organizado entre países imperialistas y países periféricos con la idea de autoridad política del Estado; la ficción del Estado-nación con todos los problemas que crea; la jerarquía de dominación racial; la jerarquía de dominación patriarcal que es de corte cristianocéntrico, con una jerarquía de dominación de género y de sexualidad; la jerarquía de dominación lingüísticas, donde privilegiamos lenguas europeas sobre lenguas no europeas; las estructuras de dominación pedagógicas epistémicas, donde el crecimiento europeo se privilegia sobre el no europeo; las estructuras de dominación ecológicas, donde ya describimos el dualismo cartesiano y cómo esta civilización organiza esto destruyendo la vida; las estructuras de dominación de los medios de comunicación, en que se destacan las narrativas imperialistas occidentales de lo que pase en el mundo y las formas alternativas de información quedan excluidas, subordinadas, subalternadas; las jerarquías de dominación político-militares en el mundo. Esas son las variadas formas de dominación.

«El neocolonialismo está muy vivo y ha sido el mecanismo central con el que siguen dominando al sur global hasta el día de hoy»

¿Crees que a ciertos sectores de las luchas sociales no les interesa acabar o buscar alternativas posibles al capitalismo, sino modificarlo y adaptarse a este?

Claro, ese es un problema que tenemos, desde ese planteamiento de Fisher de que podemos imaginar el fin del mundo, pero no del capitalismo; pues muchos movimientos terminan por adaptarse al capitalismo y por no plantearse un más allá del capitalismo histórico y de la modernidad como proyecto civilizatorio. 

Si en la izquierda, cuando llegamos al poder, no tenemos claro dónde está el problema y volvemos a reproducir el proyecto civilizatorio de la modernidad, con todo el paquete de relaciones de dominación que he mencionado, pues, bueno, termina la cosa como abortada porque no acabas de llegar al fin  del capitalismo. Y no terminamos de llegar allí porque no se trata de un sistema económico, sino de un proyecto civilizatorio que es más grande, mucho mayor, y por tanto tenemos que plantearnos una lucha en diferentes frentes de batalla, sobre todo cuando ya estás en el poder, porque al menos estás en una posición más fuerte, aunque a veces puedes estar gobernando un Estado donde no tienes el control total, porque estamos en un sistema global que te va a poner un montón de impedimento para avanzar, como a Cuba o Venezuela con los bloqueos del imperialismo y todo eso.

¿El multicolonialismo liberal trata de cambiar algunas cosas para que nada cambie?

Es la estrategia Obama, donde pones allí un rostro negro para ocupar la Casa Blanca. Pero la casa sigue siendo blanca, la casa nunca dejó de ser blanca, nunca se hizo casa negra o casa indígena; es la Casa Blanca y tú estás allí trabajando para ellos, para la supremacía blanca imperialista global, entonces no nos confundamos.

¿Cómo ha influido tu condición de puertorriqueño en el planteamiento de tu teoría decolonial? 

Cuando en Puerto Rico miramos el tema de la descolonización, vemos que nuestro país es como una anomalía histórica, es todavía una colonia en el sentido clásico, con su actualización, con una administración colonial dominada por el Congreso norteamericano, en pleno siglo XXI.

¿Cómo pensar desde Puerto Rico un proyecto descolonizador o una descolonización del país que no termine en otra neocolonia?

Cuando mirábamos a los países latinoamericanos, centroamericanos, caribeños, lo que veíamos en su mayoría eran países neocoloniales, entonces nos dábamos cuenta inmediatamente de que la ruptura con el imperialismo no  lleva automáticamente a la descolonización, “aquí hay algo más pasando”. Por eso nos preguntamos, ¿podemos resolver el problema de la dominación imperialista, el problema de descolonizar nuestro país, cuando en el resto de la Región se hicieron luchas parecidas desde el siglo XIX y todavía están luchando por descolonizarse? Ese dilema es el que  me llevó, mucho antes que esta literatura reciente decolonial, a pensar en que el tema de descolonización no se agota con una independencia formal frente al imperialismo, porque si los países vecinos son formalmente independientes y están en una condición colonial, “entonces aquí hay algo más pasando”. Esto  nos obligó a pensar que el tema de que la economía política del mundo sigue siendo propia de un sistema mundial imperialista;  nos damos cuenta inmediatamente de que la solución al problema colonial de Puerto Rico no va a ser meramente la independencia de Puerto Rico, eso se nos queda muy pequeño, porque si es todo un sistema global a lo mejor nos hacemos independientes y no nos convertimos en la gran maquiladora del imperialismo, como pasa en muchos países del mundo, incluyendo a países centroamericanos.

Puerto Rico, en parte, es puesto como un ejemplo de algo condensado que todavía sigue pasando en el resto de América Latina. Fue toda una reflexión la que me llevó a lo que hablamos al principio, de cómo aquí hay una civilización, una cosa más grande, la relación entre modernidad y capitalismo, todo eso que expliqué; todas son ideas de experiencia vividas de pensar un proyecto antiimperialista desde Puerto Rico.

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Cris González Directora

VIDEO │ Entrevista a Ramón Grosfoguel

Juan José Peralta Ibáñez
Fotógrafo documentalista, fotoperiodismo, naturaleza, video, música

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