Así dice la letra de su Himno Nacional, Tierra de los libres. Su medio millón de habitantes esgrimen el lema “Bajo la sombra yo florezco”; Belice se ubica en el extremo noreste de Centroamérica, en una extensión geográfica de casi 23 mil km², fronterizo con Guatemala en el oeste y México en el norte, se yergue de frente al Caribe como testimonio vivo de una enorme historia que muchos desconocemos y que, claro que sí, vale la pena conocer. Su territorio forma parte de la tierra Maya, de donde probablemente proviene su nombre; casi una decena de yacimientos arqueológicos exponen esa característica de origen.
Testigo de grandes pugnas históricas, su territorio fue disputado por grandes potencias coloniales, así como también posee lo suyo en cuanto a mitos y leyendas de los sanguinarios piratas del siglo XVII; se define como un país independiente, a decir de Gerardo Argote, embajador venezolano en Belmopan, la capital de Belice.
Argote explica que “de todos sus procesos sociales, desde su independencia del Imperio británico en 1981, esta nación ha luchado no solo por su independencia política, sino también por su independencia económica y cultural. Esta sociedad ha debido afrontar diferentes cambios y desafíos y estos noveles movimientos sociales y organizaciones de base, han jugado un importante papel en toda esta dinámica”.
El Embajador abre paso a la entrevista para Correo del Alba desde la tecnología, que permite acercarnos en tiempos de pandemia en el empeño de conocer más a los pueblos que forman parte de este continente y comparten una misma historia.
Argote nos confirma que “Belice representa un inmenso crisol de culturas que con las décadas se han ido arraigando en este territorio, podemos hablar de descendientes de mayas, criollos, menonitas, garífunas, libaneses, indios y centroamericanos venidos de El Salvador, Nicaragua y Honduras”.
Continúa en su comentario apuntando que «Belice logró su independencia en 1981, desde esa fecha ha logrado ampliar sus relaciones internacionales aprovechando el hecho de ser una especie de bisagra entre Centroamérica y el Caribe anglófono; lo curioso de Belice es que es el único país centroamericano en el cual su idioma oficial es el inglés, a pesar de que posee una sociedad multicultural, heredera del mismo pasado colonial de América Latina y el Caribe, por haber sido inicialmente una colonia española para posteriormente pasa a ser una colonia del Imperio británico”.
En tal sentido, Belice tiene “los mismos rasgos culturales tanto de América Latina como del Caribe anglófono. Cabe señalar que, si bien el lenguaje oficial es el inglés, aproximadamente el 60% de la población habla español, así como otras lenguas como el creole, el garífuna y los dialectos mayas”, señala Argote.
Esta diversidad cultural y su ubicación geográfica en el istmo centroamericano le ha permitido a Belice “pertenecer a diversos mecanismos regionales de integración política, económica y cultural entre los cuales destaca la OEA, Caricom, el SICA, la Celac, y Petrocaribe. Con lo cual Belice puede estar al día en el acontecer político regional, beneficiarse de acuerdos de integración en materia comercial y de suministro energético”, dice el Embajador.
“A un nivel mas global, es decir, extraregional, se puede afirmar que su pasado colonial británico le permite compartir ciertos elementos culturales con los países miembros de la Mancomunidad de Estados Británicos, la Commonwealth, y con su antigua metrópoli, el Reino Unido, lo cual le ha garantizado una membresía en la esa comunidad. También se podría agregar que Belice ha logrado captar cierto liderazgo al haber presidido en 2020 a la Comunidad de Estados Insulares en Desarrollo de las Organización de Naciones Unidas ONU, mecanismo mediante el cual se trabaja ampliamente los temas relativos al cambio climático”, son algunos de los datos políticos de este país que vale la pena conocer según nuestro entrevistado.
Al revisar la propuesta y tentadora oferta turística comprendemos la denominación como destino turístico destacado para varios países del continente que aportan con visitantes “lo cual, ha fortalecido su diplomacia blanda, es decir, los ámbitos económico, cultural y turístico se ha beneficiado ampliamente al saberse un destino de disfrute, ligado a la presencia de figuras mundialmente conocidas del jetset internacional”, aporta el embajador Argote.
Por otra parte, un legado de los menonitas, reconocido por la sociedad beliceña, facilita el crecimiento en materia agrícola: “Llegaron procedentes en su mayoría desde México para asentarse en la otrora Honduras Británica, hoy Belice, para trabajar y cultivar las fértiles tierras beliceñas y a su vez contribuir con la seguridad alimentaria y con la economía de este país”, señala el entrevistado.
Ante la pregunta de cómo ha sido la participación de Belice en los distintos foros internacionales en los que Venezuela ha sido atacada, Argote responde: “Digna y soberana. Belice es un país que no se libró de sufrir presiones por su relacionamiento con Venezuela. Sin embargo, este pueblo y su Gobierno (el anterior y el actual) ha sido coherente con su postura de agradecimiento y solidaridad con el pueblo de Venezuela. Pero, sobre todo, ha mantenido su voz de independencia ante ciertos países. Nosotros lo sabemos y por eso reconocemos el esfuerzo que para ellos representa mantenerse solidarios y no haberse sumado a iniciativas absurdas de reconocer como Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, a una persona impuesta por Estados Unidos, la cual no fue elegida por el pueblo venezolano para ser Presidente y que, además, con su aparición violentó al Derecho Internacional y a la Convención de Viena sobre Relaciones Internacionales; en ese mismo orden de ideas, Belice tampoco se unió al autodenominado Grupo de Lima. Nuestro gran respeto al Gobierno de Belice por tan digna acción”.
“En el marco de Caricom la postura ha sido unida y consistente”, continua el embajador, “siempre defendiendo la autodeterminación de los pueblos para definir sus asuntos internos. Mientras que en la OEA nunca se ha sumado a iniciativa alguna que busque dañar a Venezuela, y en Naciones Unidas ha levantado su voz a favor de Venezuela, aupando la libre determinación de los pueblos, alegando que los problemas de Venezuela deben resolverse internamente, sin injerencia de extraños, para así retomar el camino a la prosperidad y desarrollo socioeconómico que teníamos hace un par de años atrás”, destaca Argote.
Belice, nos comenta el diplomático, “es el único país de Centroamérica que tiene al idioma inglés como su lengua oficial, además que cuenta con dos fachadas una caribeña y la otra centroamericana, su política exterior busca mantener buenas relaciones con todos los países de la Región y solventar su diferendo territorial con Guatemala. Más allá de sus prioridades en cuanto a política exterior, también encontramos sus características idiomáticas y culturales; también cabe destacar que es desde La Habana, Cuba, que Belice lleva la concurrencia diplomática con Venezuela, que es el país de Suramérica con el que han podido construir una gran amistad, gracias a la iniciativa de la diplomacia bolivariana, en base a esta realidad, el trabajo se centra en ir fortaleciendo paulatinamente esa relación”, finaliza.
Hay un gran desconocimiento sobre este país mesoamericano, pero al estudiar un poco nos adentramos en una realidad común a Latinoamérica y el Caribe, y, por qué no, al sur global.
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Cris González Directora
