Por Juan Azócar
Este 6 de diciembre los venezolanos asistimos a un nuevo proceso electoral. En esta oportunidad para elegir el Parlamento Nacional. Pandemia y medidas coercitivas son ingredientes que marcan de manera determinante la intención del voto en un país caracterizado tradicionalmente por su entusiasmo a la hora de asistir a este tipo de convocatoria.
La Venezuela 2020 pareciera haber soportado ya suficientes bombardeos en su economía, cuya fragilidad se resiente con innegable y vertiginoso proceso inflacionario que en esencia pulveriza salarios, volvió añicos a nuestra moneda nacional y en consecuencia ha desmejorado considerablemente la calidad de vida del venezolano.
Durante los últimos años y de manera precisa con el advenimiento del presidente Maduro, la administración norteamericana en conciliábulo con factores políticos y económicos internos han intensificado su macabro plan para desaparecer el Bolívar y, no hay dudas, lo han logrado con la aplicación de medidas unilaterales para impedir el acceso de alimentos, medicinas, bienes y servicios, con las nefastas y probadas consecuencias para el buen vivir de nuestra población.
Para decirlo de manera directa, esta oposición es la más arrastrada, ruin, entreguista y antinacional que ha existido en la historia de nuestro país. Haberse prestado para la entrega y venta como baratija de toda una cantidad de bienes y empresas nacionales a corporaciones extranjeras es la palpable muestra del caradurismo de estos sectores.
Como si no bastaran las sanciones, el derrotado presidente de Estados Unidos y sus voceros llegan al colmo de la ridiculez mundial señalando que «su fraude» fue diseñado nada más y nada menos que por Hugo Chávez. Se imaginan ustedes tamaña elucubración que aplauden los bobalicones y ladroncillos locales.
En medio de este desenfrenado ataque, los venezolanos vamos a elecciones para ratificar una vez más que aquí la democracia participativa y protagónica es una construcción popular de todos los días y en todos los espacios. Y como tal es obstáculo para quienes han vivido del engaño, la exclusión y la represión como mecanismos para permanecer en el poder.
Aquí, a pesar del feroz bloqueo y del agresivo ataque por parte de los manipuladores del dólar contra nuestra moneda, nuestro pueblo sigue dando claras y contundentes muestras de resistencia y combate, a prueba de usurpadores y vendepatria.
Tenemos suficientes razones para ser optimistas y creer que una elección como la del 6D será un paso positivo en el proceso de consolidación de nuestra Revolución bolivariana. Reafirmaremos, una vez más, que los venezolanos vamos por buen camino en la construcción socialista. Que derrotaremos la agresión imperialista y neocolonizadora de Estados Unidos, la Unión Europea (UE), sus países lacayos y a los traidores internos.
Este 6D volveremos a salir victoriosos y esta será otra prueba fehaciente de cuál es la aspiración de nuestro pueblo, y también una respuesta a las artimañas para quienes han pretendido descalificar el socialismo usando campañas mediáticas y bloqueos criminales.
Este 6D no solamente nos sacaremos el clavo del 2015 para desalojar la violencia y a los que piden invasión contra nuestro país. Lo más alentador será que una vez más vencerá el humanismo, legado de Hugo Chávez.
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Juan Azócar Sociólogo