Por Félix Roque Rivero
En la mayoría de los pueblos del planeta, las lecciones para elegir a sus gobernantes se realizan un día domingo, por ser un día en que los electores no van al trabajo y así, la participación electoral tiende a aumentar y bajar la abstención.
En Estados Unidos no es así. Para ellos, tanto los días sábado como los domingos, son días destinados a las actividades religiosas. Así que por «respeto al Señor», su elección presidencial y para senadores y representantes, se realiza un día martes.
Ahora bien, ¿por qué un martes y no un lunes, o miércoles, o jueves o viernes? El asunto fue decidido el 23 de enero de 1845. Los Estados Unidos de entonces eran una sociedad eminentemente agrícola. Descartado el día domingo, para poder votar un lunes había que viajar en carruaje hasta los centros de votación y ello no era posible sin irrespetar al Señor. Los miércoles, jueves y viernes, se realizaban las ferias de mercado y eso no se podía interrumpir sin afectar la economía. Solo quedaba el día martes y esa fue la decisión.
La elección no sería en cualquier mes. Noviembre era el más benigno, con temperaturas no muy frías y con pocas probabilidades de lluvia. Se decidió que la elección sería en ese mes.
Decidido el día martes, también decidieron que no sería un martes cualquiera, sino, el día siguiente al primer lunes de noviembre, ya que el día primero era el Día de todos los Santos y eso había que respetarlo.
Desde entonces, hace ya más de 175 años, los estadounidenses elijen a sus gobernantes un día martes, así te cases y te embarques.
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Félix Roque Rivero Abogado