Derechos Humanos de altura

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Por Jorge Guerrero Veloz

En los últimos años hemos estado viendo cómo el tema de los Derechos Humanos se ha convertido en el centro de un  debate político, entre los gobiernos de tendencias progresistas y los gobiernos  derechas. Dando como resultado la ideologización y politización de los derechos fundamentales y colectivos de todos los seres humanos.  Lo cual nos ha llevado a la división entre los Derechos Humanos de los sectores populares mayoritarios y los de las elites minoritarias burguesas; estas última, han secuestrado con su discurso y acción estos importantes derechos, al punto que las agencias del sistema de las Naciones Unidas, que tienen la responsabilidad de velar por dichos derechos, en su mayoría están controladas por personalidades con tendencias ideológicas de derechas.

La creación de los diferentes instrumentos, tratados, pactos, convenciones y agencias del sistema de las Naciones Unidas, para la promoción, protección y garantía de los Derechos Humanos, han sido conquistas de los movimientos sociales populares en su inmensa diversidad, quienes históricamente son los grupos o colectivos sociales vulnerables a la violación de los Derechos Humanos. Con sus luchas e incidencias lograron y siguen logrando estos la creación de espacios para la defensa ante las Naciones Unidas, exhortando a los Estados partes de ese sistema a implementar políticas públicas de protección y promoción de los Derechos Humanos a través de las convenciones, tratados y pactos para todos los sectores vulnerables de nuestras sociedades.

La tragedia, para quienes exigimos que se cumplan sin sesgo el respeto, la promoción y garantía de nuestros derechos, comenzó cuando el sistema de Naciones Unidades dio un salto del Consejo de Derechos Humanos al Comité de Derechos Humanos y luego a la Comisión de Derechos Humanos,  y por último, a la Oficina del Alto (a) Comisionado (a) de los Derechos Humanos, quien a su vez es el máximo o la máxima autoridad responsable del cumplimiento de la garantía de los Derechos Humanos, designado por el Secretario General de las Naciones Unidas.

De allí en adelante los Derechos Humanos para los sectores sociales, populares, vulnerables a la violación de los mismos, desde los históricos dígase afrodescendientes, indígenas, migrantes, desplazados, y los emergentes como la comunidad LBGT, entre otros, no están siendo respetados, protegidos ni garantizados porque ahora la promoción, el respeto y protección, para los antes mencionados sectores sociales se convirtieron en inalcanzables,  es decir, no están a la «altura» que establece el sistema controlado por las élites de la burguesía de derecha, valga la redundancia, y la burocratización de los mismos.

Últimamente hemos visto que el tema de los Derechos Humanos tiene estatus de VIP, viaja en primera clase, solo un sector social elitesco, goza y controla los privilegios en esta materia. Nadie los señala como violadores de Derechos Humanos, cuando están ejerciendo sus gobiernos marcados por represiones, muertes, asesinatos, desaparición de líderes, lideresas sociales y políticos, masacres, no, perdón “ asesinatos colectivos”, entre otras. En vivo y en directo presenciamos las violaciones flagrantes de los Derechos Humanos, por el solo hecho de ejercer el libre derecho de protestar. Hay países en la región y el mundo donde frecuentemente se violan los Derechos Humanos y no pasa nada. ¿Ejemplos? Chile, en las manifestaciones pacíficas muchos perdieron los ojos de manos de los carabineros; en Colombia todos los días asesinan a líderes y lideresas sociales y políticos, tienen fosas comunes, masacran a los sectores populares por razones políticas y el Presidente las llama “asesinatos colectivos”, con la impunidad  que caracteriza su irresponsabilidad como gobernante.

En Bolivia, después del golpe Estado contra Evo Morales, asesinaron y masacraron a sectores sociales, donde el racismo contra la mayoría indígena goza de impunidad. Asimismo pasa en Honduras, donde han secuestrado y asesinados a importantes líderes y lideresas sociales y políticas. Sin contar las violaciones de los Derechos Humanos en los Estados Unidos, expresadas en la brutalidad racial policial contra los afroamericanos, ocasionándoles la muerte a muchos de ellos, sin ningún castigo para los autores de estos crímenes.

En  Brasil, los afrobrasileños, comunidades y pueblos indígenas son víctimas sistemáticas de la violación de los Derechos Humanos. Al término del desplazamiento forjado de sus territorios ancestralmente ocupados por los indígenas, con la quema criminal de la Amazonía.    

En Venezuela, con las sanciones terroristas y el bloqueo genocida se están cometiendo las violaciones colectivas de los Derechos Humanos del pueblo venezolano, negándole la venta de productos básicos, medicinas, alimentos y congelando las cuentas del Estado en el extranjero; y no pasa nada.

De tal manera que los Derechos Humanos para estos sectores sociales no están a la «altura» de las exigencias del sistema de Naciones Unidas y la burguesía burocratizada que controla esas instancias. Aunque parezca una contradicción, les están aplicando racismo y discriminación a países y a gobiernos de corte progresista y revolucionarios, por razones políticas e ideológicas. No podemos permitir que en nombre de los Derechos Humanos la burguesía vinculada al capitalismo y al imperialismo nos secuestre esos espacios y esos derechos, nos eleven los requisitos, los encarezcan, nos suban y le pongan precios  exorbitantes, para que no podamos acceder a la protección, promoción y garantía de los mismos, con el fin de pretender someter y dominar a pueblos libres y soberanos.                             

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Jorge Guerrero Veloz Investigador militante del Movimiento Afrovenezolano y diplomático

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