Testimonio de Inga López Quiroga: «Allanamientos, prisión y tortura» │ A 50 años del golpe en Chile

-

Mi nombre es Inga López Quiroga. Mi familia y mi persona fuimos víctimas de la represalia de la dictadura de Pinochet. Mi mami se llama Teresa Quiroga Morales; mi papá Homo Patricio López Álvarez, el mismo que falleció en 2008. Y tengo una hermana que se llama Tamara.

Un año antes del golpe de Estado nos fuimos a vivir a Chile, en la zona de Providencia, en la calle Emilio Delporte, cerca de un centro policial. Recordando esa época, agosto de 1973, estábamos en un gobierno democrático, del presidente Allende. Había un ambiente de intranquilidad, iba a haber una asonada.

Mi mamá me cuenta que había refugiados de varios países, como Argentina, Paraguay, Uruguay y también Bolivia. La gente se había refugiado en zonas periféricas, villas, que es donde comenzaron a tomar prisioneros, represalias, asesinar. Había huelgas. Por tal motivo, los refugiados empezaron a cambiar de residencia, por estrategia, para resguardar sus vidas.

Como vivíamos en una zona de privilegio, algunos camaradas vinieron a nuestra casa, como el dirigente nacional de la Central Obrera Boliviana (COB), Simón Reyes, con sus tres hijos y su esposa. También vino Felipe Iñiguez, el exrector de la Universidad Técnica de Oruro (UTO). Estuvo igual en la casa el médico Héctor Alemán. Otro que estaba en camino a la casa era Hernán Melgar, exrector de la Universidad Autónoma del Beni, pero nunca llegó, a medio camino cambió de dirección.

A los pocos días se da el golpe y se instala un estado de sitio, cierran fronteras, nadie podía andar por las calles, salen las milicias al estilo Nazi: te cerraban el paso, hacían un círculo y te pedían documentos, y de ahí directo a la prisión.

En eso allanan nuestra casa, un grupo del retén de Carabineros que estaba cerca. En la mañana entra un escuadrón e intervienen: todos los varones que vivían ahí son sacados con las manos en la nuca y se los llevan en un camión. Nos dijeron que solamente era para presentarse y mostrar sus documentos, y que después volverían. A mi hermana y a mí nos llevaron a un cuarto para interrogarnos, querían saber si teníamos armas escondidas. Como éramos pequeñas, de tres y cuatro años, respondimos que sí, y fueron al jardín para escarbar y encontraron nuestros juguetes, que eran de pistolas. Saquearon las cosas de valor y destrozaron la casa. En ese momento mi tía Ana Quiroga reclamó el por qué destrozaban la casa, y uno de los policías dijo: “ella debe ser una terrorista, parece que está bien preparada”. Se la llevaron presa.

Después de tres meses pudimos saber que estaban vivos. Unos días antes del allanamiento, mi papi tenía unos ahorros y tuvo el tiempo de esconderlos, los cosió en uno de sus sacos. Ese dinero sirvió para poder comprar comida durante esos meses difíciles que vivimos con mi mamá y los cinco niños en la casa.

TE PUEDE INTERESAR │ «Quiénes son los bolivianos ejecutados por la dictadura de Pinochet»

Con los años mi papi me contó lo que vivió cuando se lo llevaron de la casa. Fueron a  parar al Estadio Nacional, donde los tenían en los camerinos. Los torturaron por turnos. Los llevaban a otra habitación y regresaban desmayados y ensangrentados. Eso sí, tenían bien identificados a los dirigentes políticos de Bolivia, entre ellos a Reyes, a quien torturaban de manera constante. También recibieron torturas psicológicas: a todos los prisioneros los sacaban a las graderías para hacerles creer que serían fusilados.

Cuando se consumó el golpe, controlaron todos los medios de comunicación y daban instrucciones de que teníamos que poner banderas de Chile, y ponían música Nazi. Un vecino nos golpeaba la pared para preguntar si estábamos bien, ya que éramos cinco niños, además de mi tía Marcela –la esposa de Simón Reyes–, mi otra tía y mi mami.

Mi casa, luego de que se llevaron a los varones, fue intervenida otras tres veces. No nos sentíamos seguras ahí ni tampoco en la calle. Ante la presión de la demanda internacional de los Derechos Humanos, obligaron a Chile a abrir las fronteras para que las personas pudieran ver a sus familiares. Sacaron a los presos a un refugio, con el apoyo de las organizaciones de Derechos Humanos, y allí se les otorgó un destino. Así nos fuimos exiliados: algunos partimos a Suecia y otros a Alemania.

Tengo muy presente cuando vi por primera vez a mi papi, después de esos tres meses: estaba en un estado lamentable, totalmente desnutrido, destruido emocionalmente, golpeado. Era otra persona; nunca más volvió a ser la misma persona.

Cuando mi papi estuvo preso, en Bolivia, en el periódico La Patria, habían dado una lista de todos los presos políticos que estaban en Chile, y publicaron la información que habían sido fusilados. En esa lista salió mi papá y las personas que fueron de mi casa llevadas al Estadio Nacional. Imagínense cómo cayó esa noticia en la familia, todos pensaban que habían sido fusilados y estaban consternados con esa noticia falsa.

Quiero concluir con esta historia que hemos vivido como familia con algo que creo importante de contar. Cuando allanaron por primera vez mi casa estaban dispuestos a llevárselos a todos prisioneros, pero mi papá, en ese momento, dijo: “no, mis hijas no se pueden quedar solas, son pequeñas; mi esposa no va”… esto porque los estaban llevando con mentiras. Mi papá dijo: “mi esposa no se va, tiene que cuidar a las niñas”. Y, claro, a mi papá le dieron un culatazo y se lo llevaron. De esa manera mi mamá se salvó de ir a la prisión y nosotras de haber quedado a la deriva. 

Inga López Quiroga

________________________________________________________

Inga López Quiroga Boliviana, residente en Chile en 1973

TE PUEDE INTERESAR │ «Testimonio de Gabriel Loza: ‘El día G: del golpe del 11 de septiembre'»

Juan José Peralta Ibáñez
Fotógrafo documentalista, fotoperiodismo, naturaleza, video, música

Últimas noticias

Putin: rusos y chinos «hermanos para siempre», ambas naciones firmaron una declaración conjunta

El presidente, Vladimir Putin, en el cierre de su visita a China, calificó la relación entre Moscú y Pekín...

Bolivia: transita de una televisión con tecnología analógica a una digital

Desde el siglo XIX la transición de tecnologías analógicas a digitales ha sido un fenómeno revolucionario que ha transformado...

││CORREO DEL ALBA No. 128 – Mayo 2024 – ¿Están en crisis las Naciones Unidas? ││ *Descarga gratuita*

EN PERSONA-“En la encrucijada del siglo XXI: crisis y defensa de los organismos internacionales. Hablamos con Marta Martín y...

Estados Unidos contra la espada y la pared por su apoyo a Israel

Israel, en 18 días de ataques combinados de bombardeos aéreos y terrestres de artillería con arremetidas de escuadrones de...
- Publicidad -spot_imgspot_img

Catalunya, ese país tan español

Los procesos electorales presentan tantas interpretaciones como partidos compiten. Quienes ganen escaños, pierdan, desaparezcan o cobren protagonismo, construirán su...

A 206 años del nacimiento de Karl Marx

En una carta de Karl Marx a Arnold Ruge, enviada en 1843 (y publicada en 1844 en los Anales...

Recomendados

Estados Unidos y su declive catastrófico

¿En qué punto puede detenerse una caída, descansar en...

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí