Colombia: una República portátil colonia de Estados Unidos

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La historia revela que Colombia sigue siendo un apéndice de Estados Unidos, tomando en cuenta sus características geopolítica y «geoparamilitar». Asumido como una República portátil, donde sus gobernantes la cargan en un maletín. La Nueva Granada se vende al mejor postor, bajo la negociación de una oligarquía que se apoderó de los cimientos de lo que quedó luego de la desintegración del proyecto del Libertador Simón Bolívar.

Nacida bajo la orientación de Francisco de Paula Santander, Colombia es la cuna de la destrucción del Padre de la Patria. En ella se generó una campaña para apartarlo del mando. Es la noche del 25 de septiembre de 1828, cuando se asume el magnicidio de Bolívar, bajo el liderazgo del llamado “hombre de las leyes”, pero con un genotipo caracterizado por la ambición de poder.

La ambición ha hecho que el poder solo puedan ejercerlo los hijos, nietos y bisnietos de quienes han sido presidentes de Colombia. Casos Laureano Gómez, Alfonso López Pumarejo, Eduardo Santos, Alberto Lleras Camargo, Alfonso López Michelsen, Guillermo León Valencia, Andrés Pastrana, Belisario Betancourt, entre otros, fueran presidentes por mandato de la oligarquía colombiana y el gobierno de Estados Unidos. No así Alvaro Uribe Vélez, cuyo padre, Álvaro Uribe Sierra nunca fue político, sino un ambicioso criador de caballos de paso.

Uribe Vélez hoy llama a un golpe de Estado en Colombia para no reconocer el triunfo del Pacto Histórico en las elecciones parlamentarias. Alvarito es de ese fenotipo al estilo que “si no gana arrebata”. Su organización política, Centro Democrático, sufrió el 13 de marzo una estruendosa derrota al quedar el quinto lugar en la elección para el Senado. Fue un claro grito del pueblo colombiano, ante los desmanes cometidos por la Fuerza Pública en tiempos del Paro Nacional realizado el año pasado y una clara advertencia al Centro Democrático que no habrá impunidad.

Para el 29 de mayo están convocadas las elecciones  presidenciales en «Polombia», tal como la llamó Iván Duque, con P mayúscula. Desde ahora hasta la fecha para la elección de mayo cualquier cosa puede ocurrir. Álvaro Uribe es capaz de cualquier cosa con tal de evitar el triunfo de los movimientos progresistas. Hay miles de ejemplos que dejan a la clara el genotipo paramilitarista y narcotraficante. Ya el 9 de abril de 1948 Jorge Eliécer Gaitán Ayala, a quien la oligarquía lo llamaba “el indio” y tenía la primera opción presidencial, fue asesinado.

La extensa bibliografía que existe sobre la tragedia colombiana, producto del control político del Liberalismo y los Conservadores, es que cualquier fórmula distinta a sus intereses particulares es dirimida por vía de la violencia. Candidatos presidenciales con opción a triunfo fueron  asesinados. Sobran los ejemplos: En 1987 Jaime Pardo Leal; 1989 Luis Carlos Galán; 1990 Carlos Pizarro y Bernardo Jaramillo.

¿Será que ahora el Centro Democrático de Álvaro Uribe tiene lista una bitácora para subvertir el orden constitucional colombiano, para que ese país siga siendo una colonia norteamericana? Promesa ratificada por Iván Duque al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, al suplicar el ingreso de Colombia a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Vista y pendiente, viene 29 de mayo. Alerta Gustavo Petro y demás candidatos progresistas. A Federico Gutiérrez, o Fico, tratarán de elegirlo presidente de la República con fotocopias, en unos centros de votación amañados y controlados por el uribismo.

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William Gómez García Periodista venezolano

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