Para el imaginario de la oposición y otros sectores de la ultraderecha venezolana, entre ellos la Conferencia Episcopal, la bandera con las ocho estrellas fue un invento del Comandante Eterno Hugo Chávez, tema que hoy siguen utilizando para descalificar a nuestro símbolo patrio. En el tema religioso, lo vimos por televisión en la celebración de San Judas Tadeo, en la iglesia que alberga al llamado santo de las causas perdidas en La Pastora, Caracas. Allí colocaron una simbología de nuestra bandera hecha con globos, pero con las siete estrellas.
La identidad de nuestra enseña patria, conllevó a serios enfrentamientos en el 2006, cuando el conocido “Cabeza de Motor”, Oscar Pérez, hoy exiliado en Perú, en un acto en la plaza de Chacao desconoció la bandera de ocho estrellas, calificándola como representativa del “autoritarismo” y la de “siete estrellas de la libertad y la democracia”.
El desprecio hacia nuestra historia ha sido, y es, uno de los elementos más controversiales con los cuales una oposición apátrida pretende desdibujar nuestra identidad. Sin embargo, en el contexto de lo que nos enseñó el Comandante Hugo Chávez, debemos recordar el alfa y omega de la reconstrucción de nuestros símbolos patrios.
El 20 de noviembre de 1817, el Libertador Simón Bolívar, como Jefe Supremo de la República, decreta en Angostura la inclusión de una octava estrella a nuestra bandera nacional. El Padre de la Patria establece como elemento fundamental para esa octava estrella, el aumento del número de provincias que componen la República de Venezuela. Esa octava estrella corresponde a Guayana, decretada como tal el 15 de octubre de 1817, luego de la acción fluvial sobre el Orinoco y los fortines de Guayana la Vieja, la cual junto a la Batalla de San Félix de marzo anterior, completaron la liberación de la estratégica Provincia de Guayana.
Originalmente las siete estrellas corresponden a las provincias que enviaron sus representantes al Primer Congreso Constituyente del 5 de julio de 1811 que juraron la Independencia: Caracas, Barcelona, Cumaná, Margarita, Barinas, Trujillo y Mérida. Estas provincias hasta 1817 estaban simbolizadas en el Pabellón Nacional hasta que, en 2006, el comandante Hugo Chávez Frías, en el contexto de la Constitución de 1999, luego de un debate nacional da como resultado el Acuerdo de la Asamblea Nacional del 6 de marzo de ese año, en el que se aprueba incorporar la octava estrella en la Bandera Nacional.
A pesar de que el capitán de la Vinotinto, Tomás Rincón, se ha convertido en el más conspicuo de los opositores al colocar nuestra bandera nacional al revés, utilizando la de siete estrellas nuestros símbolos patrios siguen consolidando la soberanía e independencia nacional.
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William Gómez García Periodista venezolano
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